lunes, 23 de abril de 2012

BAGAJE FAMILIAR


Publicado por Jose M. Luis 


La “Base”

El tema de las normas en casa es uno de los temas que más preocupan a los padres de hoy en día. Con la estructuración de las familias en la actualidad se están perdiendo algunos de los roles asignados a cada miembro de una misma unidad familiar. En mi opinión, uno de los mayores problemas de la escuela de nuestro tiempo es que se le sobrecarga de responsabilidad. Se pone todo el peso de la educación de nuestros hijos e hijas sobre ella. Teniendo en cuenta las carencias de las instituciones educativas en nuestro país, ya sea por falta de recursos, por falta de organización, o por falta de coordinación con las altas esferas políticas que dirigen nuestro sistema educativo, lo cierto es que los informes internacionales y nacionales indican que tenemos un grave problema con los centros educativos.

Para mi, como he dicho antes, no es un problema únicamente de las instituciones. Es más, considero que el problema está en la base, está en que los alumnos y alumnas no llegan con ninguna base a la escuela. Y cuando digo “base” no me refiero a conocimientos, puesto que creo que estas generaciones llegan más que sobradas de conocimientos. La “base” a la que yo hago referencia, es una base de comportamiento, de respeto. Si estas generaciones no respetan a sus figuras paternas, ¿cómo van a respetar a unos profesores que bastante hacen con inculcar contenidos y valores?

Por lo tanto, si queremos que el sistema educativo funcione, deberemos cambiar esta “base” de la que estamos hablando. La polémica sobre la severidad y rectitud de los profesores y maestros actuales, está servida. Vamos a hacer un ejercicio de reflexión y a recordar el trato que teníamos con nuestros maestros y profesores cuando nosotros éramos pequeños:

Los “profes”

Recuerdo ahora mismo que muchos de los “profes” de mi infancia eran Don o Doña. Es cierto que no ocurría con todos pero la con la mayoría utilizábamos estas formas de dirigirnos a ellos. Con muchos de estos además se daba la coincidencia que además se les tenía que hablar de usted. No recuerdo si realmente “se les tenía” que hablar de usted o es que era la forma que estábamos acostumbrados a utilizar. De hecho, en mi caso, yo hablaba de usted a todas las personas mayores. Y eso que mis padres no eran para nada “chapados a la antigua”, ni mucho menos, todo lo contrario. Actualmente es muy difícil encontrar a niños y niñas que se dirijan a los mayores de usted. No se si será la “tontería” de parecer mayores porqué nos hablen de usted, pero se está perdiendo.

El tono con que se hablaba a los “profes”, la forma de hablar con ellos, muy distinta a la que usábamos con nuestros compañeros. Eso también se está perdiendo. He visto a alumnos dirigirse a sus “profes” como si fueran sus colegas…

Todo esto es lo que no podemos permitir. No hay que debatir si hay que poner unos metros por encima a los maestros en clase, o si hay que introducir castigos de otras épocas. Es mucho más sencillo que eso, es cuestión de que los niños entiendan esa diferencia de trato. Si esa diferencia la traen ya en su “base” de casa, todo será más sencillo para todos.

Consejos:

Es imposible dar con la clave y poner aquí una receta mágica para conseguir unas buenas normas en casa. Lo que intentaremos es, como siempre, dar una serie de recomendaciones a modo de herramientas, que nos puedan servir a la hora de llevar adelante la relación con nuestros hijos.

Lo primero es que las NORMAS de casa, deberán ser eso, NORMAS DE CASA. Deben ser impersonales, es decir, no dictadas para nuestros hijos sino normas generales que todos los miembros de casa debemos cumplir. Es muy difícil inculcar a nuestros hijos en buenos hábitos, como puede ser el no fumar, si nosotros mismos no lo cumplimos. Suelo poner un ejemplo para entender esta impersonalidad: Una familia que conozco tiene en su hogar una norma que es la de no decir palabrotas en casa. Ellos hacen el esfuerzo de cumplirla y sus hijos no oyen una palabrota en su casa. Uno de sus hijos es ya más mayor (12 años) y seguramente, como dicen sus padres, en el colegio o con sus amigos, utilizará alguna palabrota. Pero en casa sigue respetándolo. Es más, según cuentan sus profesores, en clase a veces ha dicho alguna y automáticamente ha hecho algún gesto de sorprenderle a él mismo. Como les dije a sus padres, ya es un gran paso que este niño no diga palabrotas en casa, pero para ello es muy importante el EJEMPLO.

Otro consejo útil es la RESPONSABILIDAD. Cuando queramos inculcar algo a nuestros hijos, es muy importante hacerlos responsables de ese algo. Que ellos sientan la importancia de sus actos.

Por último, nombraremos el SENTIDO COMÚN. La típica frase que se utiliza de “no matar moscas a cañonazos” es muy gráfica. Los premios y castigos deben ir acordes con los actos. Se habla mucho del REFUERZO POSITIVO y muchos padres lo han entendido como NO CASTIGAR. Yo considero que no tiene que ver con eso. Es cierto que el castigo no es lo más adecuado, pero debemos usar el SENTIDO COMÚN y si el acto lo merece, habrá que emplearlo. En cuanto al PREMIO, hay que matizar que el premio no tiene porqué ser algo material. Muchos padres lo arreglan todo con un regalo. Los niños, tienen tantas cosas que no aprecian esos regalos. La mayoría de veces vendría mucho mejor el REFUERZO SOCIAL, una alabanza, un ratito de juego compartido, un “que bien!!!”, cosas así…

Algún día comentaré en este blog, algunos casos particulares de conocidos (siempre y cuando me den su beneplácito) y veréis la diferencia de herramientas que utiliza cada uno. Siempre bien, si se basan en el SENTIDO COMÚN.

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