sábado, 22 de octubre de 2011

LA DIDÁCTICA DE LOS MENTEFACTOS COMO ESTRATEGIA PARA EL EMPODERAMIENTO DE LOS CONCEPTOS EN CIENCIAS SOCIALES

LA DIDÁCTICA DE LOS MENTEFACTOS COMO ESTRATEGIA PARA EL EMPODERAMIENTO DE LOS CONCEPTOS EN EL ÁREA DE CIENCIAS SOCIALES


WILLIAM VARÓN ROJAS[1]

 
Resumen

La población escolar actual exige cambiar la clásica exposición magistral y el aprender de memoria, que se ha mantenido en las aulas de clase,  por un ambiente dinámico, activo y agradable en el que se fomente la reflexión, la actitud crítica, el trabajo cooperativo y la elaboración participativa de los conocimientos. El docente del área de Ciencias Sociales debe orientar su práctica pedagógica hacia la comprensión de la estructura semántica de los conceptos propios del área y para ello debe apropiarse de diversas estrategias didácticas, entre ellas la didáctica de los mentefactos.

Palabras clave: Didáctica, mentefacto, operaciones intelectuales, instrumentos del conocimiento.       

Corresponde al área de ciencias sociales, preparar a los niños y niñas para la sociedad; educarlos para la comprensión de la realidad social; porque es fundamental comprender el acontecer social diario, si se quiere ser protagonista del entorno real social en el cual se vive. La sociedad de hoy requiere de hombres y mujeres mediadores de conflictos, capaces de aportar soluciones a los inconvenientes de la vida diaria; seres poderosamente afectivos, humanos e inteligentes, de alta estima, que valoren lo que sucede a su alrededor. 



Ante esta gran carencia, ¿cómo comprender la apatía y el rechazo que la población estudiantil de la educación primaria y secundaria manifiesta hacia el área de ciencias sociales?, ¿Qué justifica la creencia que tiene la actual población escolar de que el conocimiento que proporcionan las ciencias sociales es poco útil para responder a las demandas del mundo de hoy?; tales cuestionamientos obligan a pensar en torno al papel que cumplen las ciencias sociales en la educación de los niños y jóvenes; entonces se hace necesario, reflexionar respecto a ¿Qué enseñan?, ¿para qué enseñan? y ¿cómo enseñan las ciencias sociales?. 

Es evidente que la gran mayoría de estudiantes de nuestras instituciones educativas no alcanza el nivel de pensamiento esperado, lo cual es desalentador; hay preocupación por el bajo rendimiento académico de los estudiantes de básica primaria, básica secundaria y media técnica, a nivel nacional; se afirma que el área de ciencias sociales entre otras, no está contribuyendo al desarrollo del pensamiento; lo cual quiere decir, que se continua enseñando información para que el estudiante aprenda y almacene; es decir, que aún prevalece el gravar y archivar información para olvidar y jamás aplicar. 

Algo está fallando en la enseñanza de las Ciencias Sociales. Problemas cotidianos como la continua alza de los precios, la renovación técnica, las dificultades del transporte en las grandes ciudades o el quehacer de los partidos políticos, no sólo no podrían encontrar respuesta de nuestros adolescentes escolarizados, sino que, probablemente, no han sido siquiera interrogantes generados por la práctica escolar. (Zubiría, 1987, pág. 13) 

Gran parte de los docentes del área de ciencias sociales enseñan lo que les parece, continúan orientando sus clases con programas y contenidos bastante ambiguos, lejanos de los lineamientos curriculares del MEN. Posiblemente, este sea un argumento válido que sustente, la indiferencia, el desinterés, la pereza o ignorancia de los estudiantes. 

“¿Qué sentido tiene hablar continuamente, en la edad colegial, de historia de reyes, de revoluciones, de ríos, capitales y montañas, cuando ni siquiera está siendo comprendido lo más cercano, lo más palpable, lo cotidiano?” (13) 

Es evidente que existe un abismo entre lo que estipula el Ministerio de Educación Nacional en sus lineamientos curriculares y los estándares de competencia, con lo que hacen gran parte de los docentes en su práctica educativa en el aula de clase con los estudiantes, un reflejo de ello son los resultados de las pruebas externas, SABER e ICFES. 

En virtud de lo anterior, urge (Torrado 2000, pág. 53) “reflexionar y reorientar muchas de las prácticas de enseñanza y revisar cuidadosamente la selección y organización de los contenidos y actividades curriculares”. Se requiere transformar las prácticas pedagógicas, reemplazar el modelo educativo centrado en contenidos y objetivos por un nuevo modelo que centre su atención en el desarrollo de competencias acorde con el desarrollo de los procesos biológicos y psicológicos de los estudiantes. 

Ello implica redefinir los propósitos, la planeación, organizar programas, procesos y prácticas de trabajo pedagógico-didáctico en el aula de clase; generar procesos de divulgación, apropiación y profundización de los estándares de competencia y las teorías propias del área de ciencias sociales; cambiar la clásica exposición magistral y el aprender de memoria, que se ha mantenido en las aulas de clase, por un ambiente dinámico, activo y agradable en el que se fomente la reflexión, el trabajo cooperativo y la elaboración participativa de los conocimientos. 

¿Cómo hacer de las ciencias sociales un área que contribuya a mejorar la calidad educativa, y garantice el desarrollo del pensamiento, la construcción de un ser humano inteligente, talentoso, creativo, de espíritu crítico y poderosamente afectivo? 

No es tarea fácil, exige un trabajo que debe ser edificado sobre la base de los lineamientos curriculares (MEN, 2002) y los estándares de competencia; (MEN, 2.004) de tal manera que, en su armonía se construyan los procesos que los estudiantes deban desarrollar en el área de ciencias sociales. 

En primer lugar, lo anterior sugiere, diseñar la estructura curricular teniendo en cuenta los lineamientos y los estándares por conjunto de grado, la jerarquización de los niveles de competencia, los componentes del área estructurados en tres grandes problemáticas que recojan los ocho ejes generadores (MEN, 2002, pág. 89); con sus ámbitos conceptuales cuidadosamente seleccionados para cada grado con sus respectivas preguntas problematizadoras (p. 60); actividades pedagógicas y actividades didácticas; de esta manera, se puede lograr que el estudiante del grado primero hasta el grado once, desarrolle las competencias básicas, generales y específicas, (p. 78.); se empodere de los conceptos propios del área de ciencias sociales y pueda construir un discurso coherente que le permita dar explicación a los hechos y acontecimientos del pasado, del presente y del futuro de la sociedad global actual. 

En segundo lugar, la estructura curricular debe estar enmarcada dentro de un modelo pedagógico coherente, que permita la enseñanza de instrumentos de conocimiento que exijan al estudiante el desarrollo de operaciones mentales; en este sentido, voy a referirme a la pedagogía conceptual (Miguel De Zubiría, 2.008) “teoría soportada por dos postulados, el primero psicológico, el segundo pedagógico. Postulados que responden a dos preguntas centrales: ¿Qué es lo humano del hombre? Se responde con la subteoría del triángulo humano” afirma que de lo humano del hombre participan tres grandes sistemas: el sistema cognitivo, el sistema valorativo y el sistema expresivo. Que la esencia de lo humano del hombre son sus conocimientos, afectos y comportamientos. 

¿Cómo humanizar, pedagógicamente, a los futuros hombres y mujeres? (De Zubiría, 2.008) Se responde mediante la subteoría del hexágono, según la cual todo acto educativo requiere definir seis componentes, en un orden secuencial estricto: 1) Los propósitos, 2) Las enseñanzas, 3) La evaluación, 4) La secuencia, 5) Las didácticas y 6) Los recursos complementarios. 

En tercer lugar reside en (De Zubiría, 2.008) FORMAR INTELECTUALMENTE tanto a los alumnos como a los profesores. Los cambios atañen al QUÉ enseñar. Precisa enseñar Instrumentos de Conocimiento y estimular las Operaciones Intelectuales; por sobre la enseñanza de informaciones específicas, datos, fechas, nombres, longitudes, batallas. 

Para cumplir tal propósito se deben privilegiar como enseñanzas los instrumentos de conocimiento y las operaciones sobre los conocimientos; Por tanto, habilidades, capacidades y estrategias son tanto instrumentos como productos del aprendizaje que la escuela debe proveer a los estudiantes, y que éstos deben lograr para hacer realidad los objetivos que el proceso educativo persigue. 


Enseñar instrumentos de conocimiento y operaciones mentales no es posible con métodos tradicionales, activos, o constructivos; se requiere una didáctica para enseñar nociones, proposiciones y conceptos. En este punto los Mentefactos brindan enormes beneficios (De ZUBIRÍA ). El primero obligar a los maestros a organizar, en su propia mente, sus conocimientos a enseñar. Un mentefacto es un excelente organizador mental. Gracias al mentefacto es posible dominar una útil herramienta de conocimiento, un concepto, con el cual se puede interpretar el mundo en que se vive. 

Ahora bien, la nueva estructura curricular del área de ciencias sociales, el enfoque de pedagogía conceptual, la enseñanza de instrumentos del conocimiento y operaciones mentales y la dinámica de los mentefactos, convergen en el diseño y elaboración de guías de trabajo escolar para el área de ciencias sociales en el ciclo de básica secundaria, con énfasis en lectura comprensiva, para despertar interés por la lectura; producción de textos, hasta escribir con argumento y coherencia demostrando habilidad en la redacción; desarrollo del pensamiento, en procura de desarrollar agilidad mental y producción intelectual; y formación en valores, para generar sentimientos de amor, reflexión y sensibilización y de esta manera derrotar la indiferencia y la apatía que predomina en nuestra población escolar. 

En síntesis, construir guías de trabajo escolar significa contar con una poderosa herramienta pedagógica y didáctica, para la comprensión y el dominio conceptual de las ciencias sociales; dirigido a docentes talentosos y creativos que tengan como propósito formar estudiantes poderosamente afectivos, humanos e inteligentes, capaces de elaborar y explicar mentefactos como el que aparece a continuación… 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 

MEN. (2.004). Estandares Básicos de Competencia en Ciencias y Ciencias Sociales. Bogotá: MEN. 
MEN. (2002). Lineamientos curriculares de Ciencias Sociales . Bogotá: MEN. 
Miguel De subiría Samper. (s.f.). Mentefactos Conceptuales . Recuperado el 10 de 07 de 2.008, de Fundación Internacional de Pedagogía Conceptual : gdsilvag[arroba]pedagogiaconceptual.com 
Miguel De Zubiría. (10 de 07 de 2.008). Fundación Internacional de Pedagogía Conceptual . Recuperado el 12 de 07 de 2.008, de Fundación Internacional de Pedagogía Conceptual : htt//p:www.pedagogíaconceptual.com 
Torrado Pacheco Maria C. (2000). Educar para el Desarrollo de las Competencias . 
Zubiría, M. d. (1987). FUNDAMENTOS DE PEDAGOGÍA CONCEPTUAL. Bogotá Colombia, Colombia: Colombia Ltda.G 
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[1] William Varón Rojas. Licenciado en Ciencias Sociales Universidad del Tolima. Especialista en Pedagogia Universidad del Tolima. Candidato  a Magister en  Ciencias de la Educación  Universidad del Tolima. Asesor pedagógico del programa de Primera Infancia.  

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