¡La neurociencia entra en las aulas! La neurodidáctica (video)

Nueces y neuronas

Recientemente, en un artículo de la revista Quo, el neuropsicólogo Álvaro Bilbao enumeraba las diferentes aportaciones de laneurociencia al entorno educativo. Según este autor, la educación convencional debería ir introduciendo nuevos cambios, dando paso a una nueva forma de enseñar llamada neurodidáctica


José Ramón Gamo, neuropsicólogo infantil y director del máster especializado en neurodidáctica de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid , nos expone en este artículo algunos datos que corroborarían que la actual forma de enseñar ha quedado obsoleta. Nos explica que hay tres mecanismos básicos que el cerebro utiliza para poder aprender: la motivación, la atención y la memoria

Se sabe que en una conversación oral solo procesamos entre el 20 y el 30% del contenido y que de este, el 80% no es el lenguaje, sino información facial, gestual y de contexto. Esto es bastante revelador si tenemos en cuenta que el 50% del tiempo de las clases de primaria, el 60% de las de secundaria y el 80% de las de bachillerato se basan en transmitir información de forma verbal a los alumnos. Por estos motivos, estos investigadores aseguran que las «clases magistrales» ya no son consideradas una forma de enseñanza válida. 

Entre las aportaciones más destacables de la nuerodidáctica a la educación, según estos autores, podemos destacar las siguientes:

Hay asignaturas más importantes de lo que creemos. Determinadas asignaturas como la educación física, la música o las artes plásticas están quedando cada vez más relegadas. No obstante el ejercicio físico regular modifica el entorno químico y neuronal del cerebro facilitando el aprendizaje. La clase de educación física a primera hora de la mañana puede mejorar el rendimiento académico. En cuanto a las áreas de carácter artístico, permiten al niño conocer su entorno, lo cual es fundamental para un sano desarrollo cerebral. Además también reducen posibles problemas emocionales y desarrollan competencias como la creatividad o la expresión.

Aprendemos a través de todos los sentidos. La idea de que algunos son más visuales y aprenden mejor a través de imágenes, otros más auditivos y otros requieren más del tacto y la manipulación está muy extendida, no obstante las investigaciones revelan que esto no influye ni en la memoria ni en el aprendizaje. Lo que se sabe es que por cuantos más canales nos llegue la información, mejor.

El matemático nace. Una investigación de nuerocientíficos de la Universidad de Duke (EE.UU.), reveló en 2006 que los bebés vienen con conceptos numéricos de serie y son capaces de detectar diferencias numéricas incluso antes de aprender a hablar.

Necesitamos sorprendernos para aprender. La neurociencia ratifica que la novedad se origina en el hemisferio cerebral derecho, hasta que se convierte en una rutina y pasa al izquierdo donde se almacena. Esto nos sugiere que puede ser más conveniente comenzar la clase explicando conceptos nuevos, en lugar de hacerlo repasando los contenidos del día anterior.

Para aprender utilizamos todo nuestro cerebro. El mito dice que los más intuitivos han desarrollado más su hemisferio derecho y los analíticos el izquierdo. Parece cierto que cada zona del cerebro está especializada, ¡pero funcionan en conjunto! Lo que nos diferencia es la capacidad o dificultad de interconectar ambas partes y hacer que trabajen en armonía.

La importancia del descanso en el aprendizaje. La neurociencia ha comprobado la eficacia de intercalar las clases con descansos para consolidar el aprendizaje. Por cada sesión de 45 minutos, deberíamos tener 5 de relajación. Lo que ocurre es que la gran cantidad de contenidos anuales que se tienen que cubrir dificultan el poder respetar estos tiempos. Además, está demostrado que el sueño es la única forma de que lo aprendido pase a nuestra memoria a largo plazo.

No solo utilizamos el 10% de nuestro cerebro. Este es un mito muy extendido. Las imágenes cerebrales que nos permite la tecnología actual, demuestran que todas las partes de nuestro cerebro presentan algún nivel de actividad en todo momento. Lo mismo ocurre en el proceso de aprendizaje.

¿Efecto Mozart? Es cierto que la música ejerce una poderosa influencia en la mente humana y su estudio permite desarrollar la audición, la motricidad fina, la intuición y el razonamiento espacio temporal. Pero no se ha podido demostrar que la de Mozart, en concreto, aumente nuestras capacidades.

Cuantos más proyectos en grupos mejor. Con los proyectos realizados por grupos conseguimos varios beneficios. Por un lado conseguimos que el alumno se involucre más en su propio aprendizaje, ya que propiciamos que el niño descubra cosas nuevas por sí mismo y además se emocione con ellas. Además nuestro cerebro es un órgano social que aprende de los conocimientos de los demás.

La letra con sangre... ¡no entra! La eficacia de la disciplina férrea en el aprendizaje ha sido desbancada por la ciencia. El cerebro necesita para aprender con eficacia de la emoción y la motivación. Éstas son las que mejor despiertan nuestra atención y las que facilitan que lo aprendido se instale en las zonas como el hipocampo, encargadas de la memoria a largo plazo. En otras palabras, si al alumno no le emociona lo que está aprendiendo, podrá asimilarlo de forma momentánea pero no lo interiorizará y no perdurará.

Nuevas tecnologías sí, pero también papel y lápiz. La buena base del aprendizaje está siempre en el contacto con las manos y la manipulación. No es lo mismo escribir una palabra en el papel que en una pantalla. No se trata de eliminar todos los medios tecnológicos, pero es esencial que sepamos que en el desarrollo de la escritura y la grafomotricidad se activa la región del lóbulo frontal, la cual permite mantener la atencióndurante más tiempo.

Cuanto más individualizada sea la educación, mayor eficacia. La neurociencia ha comprobado algo que ya se intuía: que cuanto más individualizada sea la educación mayor será el rendimiento del alumno. Esto se debe a que de esta forma es más fácil que el alumnosienta una mayor empatía hacia su maestro y viceversa, lo que favorece la activación de las neuronas espejo, importantísimas en procesos de aprendizaje por modelamiento o imitación. Además así se respetarían los diferentes procesos de desarrollo madurativo de los alumnos.Estas son las aportaciones más interesantes que estos autores nos cuentan sobre los últimos estudios de neurociencia en los procesos de aprendizaje. Solo cabría esperar que el sistema educativo actual fuese teniendo en cuenta estas aportaciones que nos ofrece la ciencia para poder formar a ciudadanos que se desenvuelvan con las herramientas necesarias en un entorno tan cambiante como el actual. ¡Debemos tomar conciencia de que la ciencia y la educación son esenciales para que un país goce de un mínimo de prosperidad! 

A continuación os dejamos un vídeo en el que el neuropsicólogo infantil José Ramón Gamo explica brevemente el concepto de nuerodidáctica. 


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