El preescolar de tres grados es trascendental para la educación del ser humano
FECODE
Una de las actuales prioridades que ha definido Fecode es la defensa y preservación del preescolar de tres grados. El gobierno ha implementado políticas que han desdibujado el carácter de este periodo y han desestimado su relevancia en la educación integral. Sin embargo, desde hace varias décadas no solo desde el país, sino desde la Unesco y siguiendo orientaciones de organizaciones internacionales preocupadas por la niñez, son múltiples las voces que están reivindicado el preescolar en la primera infancia.
La situación es tal que se sugiere que el término “preescolar” se encuentra en desuso, para reemplazarlo por “atención a la primera infancia”. De esta manera, el ciclo formativo previo a la educación primaria obligatoria, establecido en muchas partes del mundo, pasa de ser parte del sistema formal de educación a convertirlo en un simple centro de cuidado o un jardín de estadía.
Lo cierto es que la educación que comprende la edad de 0 a 5 años es sumamente importante. En Colombia, hasta la década de los 90, existía la posibilidad de contar con preescolares en las escuelas públicas. Muchos de esos niños y niñas hoy ya son profesionales. De allí se desprenden experiencias bastante satisfactorias para los niños, para la educación y para la sociedad. Pero la política educativa del gobierno ha desdibujado la importancia del preescolar, especialmente, en sus tres niveles: prekínder, kínder y transición.
Los primeros años de vida son los más hermosos para cualquier ser humano. Inclusive en las especies animales, los aprendizajes vitales se dan en los primeros años. No obstante, a diferencia de ellos, los humanos se demoran más en aprender habilidades y destrezas. Mientras algunas especies pueden volar en pocos días o trotar a los pocos minutos después del parto, un bebé necesita mucho más tiempo para aprender a hablar, desde el balbuceo hasta la conjugación efectiva de verbos.
Por esta razón, esta etapa requiere un acompañamiento permanente de la población adulta para desarrollar exponencialmente todas las habilidades. En el campo cognitivo, hay escuelas de la sicología que dicen que en los primeros años se dan todos los desarrollos del cerebro. Entonces, es vital el trabajo que se haga en estos años en su dimensión cognitiva y corporal, detalles como que reconozca su espacio, quiera su cuerpo y comprenda todas las dimensiones de su corporeidad.
El desarrollo integral del infante es el punto de partida para que él se dote de las condiciones humanas para su interacción con la sociedad y la formación de su personalidad y el mundo cultural. Son como esponjas, donde las enseñanzas que se le den hacen parte de su historial personal. En consecuencia, hay que trabajar la dimensión comunicativa, las posibilidades a través del lenguaje para entender a la sociedad adulta, para entender su entorno a nivel emocional, afectivo; pero también a nivel ético, pareciese que la formación política hay que dejarla para la mayoría de edad, cuando esta se da desde la cuna, el aprender a conocer, a respetar y a ejercer las reglas es fundamental en esta edad.
En contraste, el actual gobierno le está apostando a la mera atención de la primera infancia, es decir, tiene una estrategia que asegura garantizar la protección, la salud, la nutrición y cobertura, pero deja huérfana la educación de aproximadamente 2’875.000 niños y niñas, que le entregará, de acuerdo al proyecto del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, al Sistema Nacional de Bienestar Familiar – SNBF. De esta manera, asume que con una colada, dos horas de sueño y un poco de distracción, los pequeños están bien atendidos.
Lo curioso de todo es que es el Ministerio de Educación lo entiende perfectamente para las elites. Los preescolares donde las mensualidades cuestan millones, tienen excelentes maestros, equipos de sicólogos, trabajadores sociales y nutricionistas, lo cual justifica que la clase dominante sí entiende la importancia del preescolar. El programa de ‘Cero a Siempre’ puede tener sus bondades, pero es un asistencialismo que los condena al subdesarrollo.
Aprendizaje integral en la primera infancia
Hay diversas discusiones de escuelas teóricas alrededor de qué debe aprender el niño en preescolar. Alguna de ellas sostiene que al entrar a 1º de primaria, debe saberse los números del 1 al 1.000, otras dicen que al menos las vocales y algunas sílabas, los padres a veces se conforman con que sepan contar hasta 10. Más allá de ese aprendizaje básico, que es importante, hay otras lecciones que son trascendentales en esta etapa y que solo unos buenos años de preescolar pueden inculcar.
Las nuevas tendencias de la pedagogía y los planteamientos del PEPA plantean que en los primeros años hay un hecho esencial, un contenido al que no se puede renunciar: es la formación de hábitos. En este sentido, no es tanto que el menor aprenda a leer perfectamente en preescolar, sino que adquiera el hábito de la lectura.
Las posibilidades para adquirir este hábito son muchas, como los libros que se pueden manipular o los cuadernos con historias para colorear. Ese contacto con los libros y con juguetes didácticos les permiten generar la costumbre de estar frente a un texto, de disfrutar el obtener nuevos conocimientos, de estar ávido de capacitarse; especialmente, cuando la familia no tiene la posibilidad económica de formarlos en la casa, es responsabilidad del Estado formar esa disciplina.
Resulta tremendamente significativo leerle cuentos, no al menos diez minutos al día como dice el MEN, sino en diferentes sesiones; esto le permite desarrollar la comprensión lectora. Así mismo, contándole historietas se le emparenta con un mundo que para él es mágico, pero que abre su imaginación y, por ende, su creatividad. Leer es una actividad fundamental que necesitan los niños menores de 5 años, es muy difícil que la apliquen cuando no tienen una maestra sino una tutora que es analfabeta.
Otro hábito diario importante es el ejercicio físico. Correr, jugar, bailar, saltar o treparse son esenciales para adquirir motricidad y dinámica, así como para dominar su propio cuerpo.
Para nombrar un tercero aspecto, están los hábitos de higiene. Hace varias décadas el baño diario en las regiones frías era cada 8 días y sólo para ir a misa. Hoy no solo se ha entendido que el baño diario es necesario para conservar una buena salud. Además, la higiene debe ser externa e interna; la alimentación saludable y el consumo regular de agua derivan en condiciones nutricionales que se sostienen toda la vida.
En resumen, el aprendizaje de aspectos claves en la educación es esencial, pero es igual de importante inculcar hábitos, para formar un ser humano integral. Un niño al que se obligue a aprender las vocales terminará odiando la lectura y, al final, rechazando su propia adquisición de conocimiento.
La suprema importancia de una maestra de preescolar
Una de las esencias primarias de un o una estudiante de licenciatura en preescolar son las cartillas de estimulación temprana. Una persona dedicada a la educación de niños y niñas en el preescolar debe ser un profesional. Su labor no es simplemente enseñarle a sus alumnos y alumnas cosas como los colores, las formas o algunos números.
Parte de conocer la vida de los niños, cómo es su individualidad, a pesar de su corta edad, para así estimular cómo se va desarrollando sus sentidos y su cerebro. No se trata de una conducta espontánea, de decidir cada mañana qué se hará con los niños, qué juego practicarán o cuál canción cantarán. Consiste en un seguimiento juicioso.
Desde los padres en adelante, todos creen que conocen al niño o la niña, pero cada día se sorprenden más por las expresiones que pueden lograr en ambientes favorables. Por eso, es más adecuado dejar esta labor a quienes han estudiado las didácticas y la pedagogía infantil.
Así mismo, es necesario generar ambientes favorables para los aprendizajes. Algo como una sala de lectura, con silencio y buenos libros; o espacios de recreación seguros y con varias opciones.
El maestro o maestra debe estar a tono con sus alumnos y alumnas para captar su pensamiento. Tener en cuenta algo tan obvio como que los juegos y los ambientes actuales no son los de hace una década; solo hay que mencionar la creciente influencia de la tecnología en los niños cada vez más jóvenes, esto puede traducirse en distracción.
En este contexto, un simple acompañamiento al niño es insuficiente, es más, esos jardines que se conforman con mantenerlo ocupado o distraído por horas, son contraproducentes para desarrollar sus potencialidades. Una de las funciones de la escuela pública es precisamente trabajar con las fortalezas y debilidades del niño, unas para desarrollarlas y las otras, para superarlas.
De las escuelas normales y de licenciaturas en preescolar resultan excelentes profesionales preparados para esta tarea. Hay que reconocer que quienes deciden dedicarse a la educación preescolar, que por lo regular son mujeres, tienen un tinte de vocación. Les gusta estar con los niños, compartir su vida, pasar tiempo con ellos, eso les da una puerta de entrada para practicar la pedagogía infantil y aplicar las metodologías que están basadas en el juego.
Vale subrayar que la educación para los menores de 5 años no es igual a la de los mayores, porque la intencionalidad es diferente y las condiciones también. Fecode reconoce que la labor de las madres comunitarias es de un valor importantísimo, pero el Estado debe asumir la formación integral de los más pequeños desde la escuela pública.
http://www.fecode.edu.co/index.php/es/publicaciones/comunicados-fecode/boletin-virtual/293-el-preescolar-de-tres-grados-es-trascendental-para-la-educacion-del-ser-humano /http://www.fecode.edu.co/index.php/es/publicaciones/comunicados-fecode/boletin-virtual/296-la-suprema-importancia-de-una-maestra-de-preescolar / http://www.fecode.edu.co/index.php/es/publicaciones/comunicados-fecode/boletin-virtual/294-aprendizaje-integral-en-la-primera-infancia
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