viernes, 10 de julio de 2020

"NADA... ES CONSTANTE, EXCEPTO EL CAMBIO, UNA DE LAS LECCIONES DE LA PANDEMIA

"Nada en este mundo es constante, excepto el cambio": una de las lecciones de la pandemia

Aunque esto se aplica a la mayoría de campos, la educación es tal vez uno de los que más lo ha percibido

Susan Eyleen Jaramillo Roja
 
Foto: Needpix

La pandemia parece que llegó para quedarse. Sin embargo, todos esperamos que pase, como los acontecimientos tristes, vergonzosos y felices que se presentan en la historia.

Los corazones más optimistas y hasta el pesimista recalcitrante que se esconde en el alma temerosa esperan con obstinada esperanza que esta situación pase; seguidores, sin saberlo, de la línea filosófica de Eráclito de Éfeso, quien en el siglo sexto, antes de cristo, dijo: “Nada en este mundo es constante, excepto el cambio y el devenir”.

Mientras esto ocurre y esperamos el devenir, esta crisis nos plantea nuevos desafíos en todos los campos de la sociedad y disciplinas del saber. Sin duda, la palabra desafío resuena en las diferentes esferas sociales y profesionales: desafío para la ciencia, desafío para la rama de la medicina y, desde luego, para el proceso educativo y sus principales integrantes (docentes y estudiantes).

En estos momentos de pandemia, la educación se encuentra con nuevos retos y, por supuesto, desafíos, que demandan, hoy más que nunca, preguntarnos: ¿qué papel cumple el docente en la educación y transformación cultural?

Según la definición de educación del profesor Francisco Altarejos: “La educación es la acción recíproca de ayuda al perfeccionamiento humano, ordenado intencionalmente a la razón, y dirigido desde ella, en cuanto que promueve la formación de hábitos éticamente buenos”.

Hoy más que nunca, en tiempos de pandemia, se hace relevante la frase del profesor Altarejos: “ayudar al perfeccionamiento humano”. Esta acción recíproca de ayudar, para la perfección de la humanidad, es una pieza clave para la transformación de la cultura, y ejemplifica de la mejor manera el rol tan importante que cumple el docente en la sociedad. Pero, es necesario enfatizar, que en la anterior definición de educación, la ayuda es recíproca, no demanda un solo esfuerzo, se necesita una ayuda mutua, entre estudiante y docente.

No está bien pensar que un docente es un ser humano perfecto, para llegar a ser, le falta algo, o alguien, y ese alguien es el estudiante. No es correcto, pensar que el estudiante no es capaz de llegar a la perfección, que no lo aspira, que no le importa, que no le interesa. Ambos, docente y estudiante, se configuran y son una unidad necesaria para transformar la cultura de manera positiva, o como lo expresó en algún momento el Filósofo Emmanuel Lévinas. “aceptar que a mi lado se encuentra el otro, gracias al cual soy yo quien soy” (1906-1995).

Ese otro, quien te necesita, quien se crea una imagen de ti, docente, es el estudiante. Según Wikipedia, la palabra estudiante es un sustantivo masculino o femenino que se refiere al aprendiz dentro del ámbito académico. Y que se dedica a esta actividad como su ocupación principal. En estos tiempos de pandemia, el desafío del docente radica en lograr instruir en conocimiento a sus estudiantes. En otras palabras ayudar al otro a ser mejor ser humano desde la distancia, algunas veces sin conectividad y otras sin motivación personal, pero lograr ayudarlo para transformar con él, la cultura.

Cuando el docente, aquel que se dedica a la enseñanza, logra un impacto positivo en la vida del estudiante, su vida también se transforma. ¿Por qué? Porque juntos establecieron un proceso de aprendizaje, sin importar los inconvenientes que la pandemia trae consigo, como el distanciamiento y la falta de conectividad, al crearse estrategias, entablar comunicación constantemente con el estudiante, crear grupos de WhatsApp y canales telefónicos con los papas. Así el docente se da cuenta poco a poco de que su profesión lo ha transformado, ya sea en una persona solidaria y comprometida con su profesión o en una persona apática y desligada de la realidad de su estudiante.

En estos tiempos de pandemia las circunstancias son atípicas y nos exigen cambiar en todos los ámbitos de nuestro ser (como personas y profesionales), pero sin duda también le apuestan a un cambio positivo por parte de docentes y estudiantes para construir un proceso de enseñanza y aprendizaje. Esta es la mejor manera para transformar de manera positiva los imaginarios de cultura en el país.

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