miércoles, 22 de noviembre de 2023

POESÍA DE LA RESISTENCIA PALESTINA

Frente al genocidio al pueblo palestino en Gaza perpetrado por el Estado racista, colonial, supremacista de Israel, los poetas palestinos han levantado su voz durante años de persecución y de ocupación a su territorio. He aquí una muestra de aquella poesía que en medio del dolor resiste y denuncia con rebeldía las atrocidades cometidas por esta ideología de apartheid.

Selección Carlos Fajardo Fajardo

Homenaje a las víctimas de Gaza


Mahmud Darwish. Nació cerca de Acre el 13 de marzo de 1941 y falleció en Houston, Estado Unidos el 9 de agosto de 2008. Es considerado el poeta nacional de Palestina y uno de los más célebres escritores árabes contemporáneos. Obtuvo numerosos premios por sus obras. Sus temas se centran en su tierra Palestina, en el exilio, el destierro y la esperanza en su renacimiento como patria.

Cadáveres Anónimos

Cadáveres anónimos.
Ningún olvido los reúne,
Ningún recuerdo los separa…
Olvidados en la hierba invernal
Sobre la vía pública,
Entre dos largos relatos de bravura
Y sufrimiento.
“¡Yo soy la víctima!”. “¡No, yo soy
la única víctima!”. Ellos no replicaron:
“Una víctima no mata a otra.
Y en esta historia hay un asesino
Y una víctima”. Eran niños,
Recogían la nieve de los cipreses de Cristo
Y jugaban con los ángeles porque tenían
La misma edad… huían de la escuela
Para escapar de las matemáticas
Y la antigua poesía heroica. En las barreras,
Jugaban con los soldados
Al juego inocente de la muerte.
No les decían: dejad los fusiles
Y abrid las rutas para que la mariposa encuentre
A su madre cerca de la mañana,
Para que volemos con la mariposa
Fuera de los sueños, porque los sueños son estrechos
Para nuestras puertas. Eran niños,
Jugaban e inventaban un cuento para la rosa roja
Bajo la nieve, detrás de dos largos relatos
De bravura y sufrimiento.
Luego escapaban con los ángeles pequeños
Hacia un cielo límpido.

Traducción del árabe: María Luisa Prieto

«Carnet de identidad»

Escribe
que soy árabe,
y el número de mi carnet es el cincuenta mil;
que tengo ya ocho hijos,
y llegará el noveno al final del verano
¿Te enfadarás por ello?

Escribe
que soy árabe,
y con mis camaradas de infortunio
Trabajo en la cantera.

Para mis ocho hijos
arranco, de las rocas,
el mendrugo de pan,
El vestido y los libros.
No mendigo limosnas a tu puerta,
ni me rebajo
ante tus escalones.
¿Te enfadarás por ello?
Escribe
que soy árabe.
Soy nombre sin apodo.
Espero, paciente, en un país

en el que todo lo que hay
existe airadamente.
Mis raíces,
se hundieron antes del nacimiento
de los tiempos,
antes de la apertura de las eras,
del ciprés y el olivo,
antes de la primicia de la yerba.
Mi padre…
de la familia del arado,
no de nobles señores.
Mi abuelo era un labriego,
sin títulos ni nombres.
Mi casa es una choza campesina
de cañas y maderos,
¿te complace?…
Soy nombre sin apodo.

Escribe
que soy árabe,
que tengo el pelo negro
y los ojos castaños;
que, para más detalles,
me cubro la cabeza con un velo;
que son mis palmas duras como la roca
y pinchan al tocarlas.
Y me gusta el aceite y el tomillo.
Que vivo
en una aldea perdida, abandonada,
sin nombres en ellas calles.
Y cuyos hombres todos
están en las canteras o en el campo…
¿Te enfadarás por ello?

Escribe
que soy árabe;
que robaste las viñas de mi abuelo
y una tierra que araba,
yo, con todos mis hijos.

Que sólo nos dejaste
estas rocas…
¿No va a quitármelas tu gobierno también,
como se dice?

Escribe, pues…
Escribe
en el comienzo de la primera página
que no aborrezco a nadie,
ni a nadie robo nada.
Más, que si tengo hambre,
devoraré la carne de quien a mí me robe.
¡Cuidado, pues!…
¡Cuidado con mi hambre,
y con mi ira!

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Fadwa Tuqan. (Nablus, Palestina, 1 de marzo de 1917- Nablus, 12 de diciembre de 2003). Se le conoció en el mundo árabe como la «Gran Dama de la Poesía Palestina» y «La poetisa de Nablus». Se distinguió por ser una de las pocas voces femeninas en la poesía palestina. Su poesía se destaca por tener un sentido patriótico y nacionalista. Su obra fue reconocida con diversos premios internacionales.

La llamada de la tierra

« ¿Me han usurpado mi tierra?
¿Me han privado de mis derechos,
y me voy a quedar aquí, uncido al exilio,
humillado y desnudo?
¿Me voy a quedar aquí a morir como un extraño en tierra extraña?
¿Me voy a quedar?
¿Y quién lo ha dicho?
Volveré a la tierra amada.
¡Por supuesto que volveré!
Y allí se cerrará el libro de mi vida.
Se apiadará de mí su tierra generosa
y dará cobijo a mis cenizas.
¡Regresaré, es necesario que vuelva!
¡Regresaré, comoquiera que sean mis desgracias!»

Más siguió desterrado, observando su tierra
y murmurando: «¡Es necesario que vuelva!»
Mientras, agachaba la cabeza en la tienda,
cerrando el alma a su oscuridad,
cerrando el pecho a su desgracia.
Pero seguía estando ahí, fija, esa idea,
zumbando febril y silenciosa,
hirviendo y ardiendo en su cabeza,
quemando, como el fuego, sus sentidos:
«¡Regresaré, es necesario que vuelva!»

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Nathalie Handal. Nació en Belén, Palestina en 1969. Poeta, dramaturga, ensayista y catedrática universitaria. Es una de las poetas más importantes de la diáspora árabe contemporánea. En su trabajo poético dialogan la la tradición árabe y la historia de su pueblo con los tonos y ritmos de la poesía anglosajona.Ha recibido varios premios internacionales y su obra traducida a más de quince idiomas.

Esta noche

el agua alcanzará el borde del vaso
mas no se permitirá rebosarlo

la violencia explotará y los horrores se
atarán a cada árbol desnudo

esta noche oiremos discursos
ordenándonos abrir nuestras piernas
a escandalizar como meretrices

esta noche veremos
cinturas tatuadas y kalashnikovs
en los maleteros de los autos

recuerdos paralizados y revoluciones
tras la puerta de cada casa

veremos paisajes rojos,
piedras de luz, plumas ligeras
meciéndose en el paisaje nocturno

y las arrugas se multiplicarán
en nuestros rostros esta noche mientras cada muerto se alza de su tumba

esta noche los exiliados, inmigrantes, refugiados serán atrapados en pájaros cantores, el asfalto cuarteado recitará viejos versos

esta noche escucharemos las grietas de historias
los gritos de los estrangulados
por la noche en la noche

escucharemos el anhelo
de tardes púrpura
bajo el manto de dios

esta noche el amor será difícil.

Traductor: Beverly Pérez Rego

Muro contra nuestro aliento

Cada día una hora más cruel –
la esgrima de corazones apenas palpitando,
el pálpito de hojas en nuestros jardines secos
el calor en Gaza en Jericó
manteniendo sueños que jamás tuvimos tiempo de recordar
una anciana intentando revivir
cualquier fantasía posible, otra
pensando en su esposo
perdido en lo inimaginable
hombres sobre alambres de púas que dejan
de responder cuando gritamos sus nombres
cruzar el punto de inspección,
los soldados el día la noche
mientras otros beben té, hablan de toques de queda
las mujeres, los niños que enterraron
mientras una madre pregunta
qué le dirá al niño que lleva adentro
que ella desearía que no viniera

Somos testigos del octubre en llamas,
y cada mes siguiente,
es igual, las calles
por las que caminamos nos recuerdan
quiénes somos y lo que ellos
jamás harán de nosotros…
retratos humanos en esquinas
que olvidamos mirar u olvidamos alcanzar …
fotografías pegadas en muros como si
pertenecieran a ninguna parte
un novio y una novia forzados a casarse
en cualquier lugar menos donde era debido,
y aún así, seguimos preguntando:
cuál victoria apaga las velas
cuál mar habla de otro mar

Aún si levantan el muro
más allá de nuestro alcance
sólo conocemos un hogar
aún si cada vez tomamos rutas distintas
los árboles nos guían el viento nos guía
el sol y la luna nos guían
y cuando llegamos hallamos los libros
que no podemos dejar de leer, los bordados
hechos por los refugiados, la cocina
donde vivimos nuestras vidas –una propuesta de matrimonio una muerte un nacimiento–
y cada día mientras colamos nuestro café
nos saludamos adecuadamente
y expulsamos el muro de nuestro aliento

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Hala Alyan. Es poeta palestino-estadounidense y psicóloga clínica. Nació el 27 de julio de 1986 en Carbondale, Illinois, y creció en Kuwait, Oklahoma, Texas, Maine y Líbano. Obtuvo una licenciatura de la Universidad Americana de Beirut y una maestría de la Universidad de Columbia. Su escritura aborda los temas de la identidad y los efectos del desplazamiento, particularmente dentro de la diáspora palestina.

Topografía

La tierra es un calambre en el cuello. Arde un campo de naranjos
y es agrio cuando eructas. ¿De quién es esa voz?
Hay una fábula. Hay una llave. Cada Ramadán,
la arteria sufre primero. Una dieta de cordero pesado
y papeles de control. La indigestión como una pesadilla.
El sol de Tauro quema tu frente. Quiero decir la tierra.
La tierra se ve blanca en las imágenes de resonancia magnética:
llamas a tu abuelo. Ha estado encontrando la tierra
en sus heces. Su cuerpo se ciñe al colchón como un ataúd.
Su mano tiembla. Cuando bebe la tierra,
la orina sale color rosa.
La tierra cauteriza el esófago. No más limones,
dice el médico. Dos almohadas por lo menos.
En julio, vivías dentro de tu abuelo como un asentamiento.
Comiste sorbete de grosellas de la misma taza.
¿Heredaste la tierra en tu muñeca artrítica?
Hace que tejer sea un infierno. En el teléfono,
tu abuelo te dice que la tierra le está cubriendo los ojos.
Él te dice que vale la pena estar vivo solo para ver ese azul.
Él muere y ellos amarran su cuerpo a la mugre.
Él muere y sale el sol toda la semana.

Traducido del inglés por Javier Osuna

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Najwan Darwish. Poeta, periodista y crítico literario palestino nacido en 1978 en la ocupada ciudad de Jerusalén, Palestina. Es considerado uno de los autores más destacados de su generación en el mundo árabe. Se ha desempeñado como editor y periodista cultural. Su obra se ha traducido a más de veinte idiomas.

Durmiendo en Gaza

Fado, dormiré como hace la gente
cuando caen las bombas
cuando el cielo se abre como carne viva,
soñaré, pues, como hace la gente
cuando caen las bombas:
soñaré con traiciones.

Despertaré a medio día y le preguntaré al radio
las preguntas que la gente pregunta
¿Ya terminó el bombardeo?
¿Cuántos fueron asesinados?

Pero mi tragedia, Fado,
es que haya dos tipos de personas:
aquellos que lanzan sufrimiento y pecado
a la calle para poder dormir
y aquellos que coleccionan el sufrimiento, los pecados de la gente,
los tornan cruces, los presumen
por las calles de Babilonia y de Gaza y de Beirut
mientras plañen
¿van a venir más?
¿van a venir más?

Hace dos años, al sur de Beirut,
camine por las calles
de Dahieh,
arrastrando una cruz
tan grande como los edificios destrozados.
Pero ¿quién levantaría una cruz
de la espalda de un hombre cansado hoy en Jerusalén?

La tierra es tres clavos
y por piedad un martillo
Detente, Señor.
Detén los aviones.

¿Van a venir más?
¿Van a venir más?

Fobia

Me expulsarán de la ciudad
antes de que caiga la noche: alegarán
que me negué a pagar por el aire.
Me expulsarán de la ciudad
antes de que llegue la noche: alegarán
que no pagué rentas por el sol
ni cuotas por las nubes.
Me expulsarán de la ciudad
antes de que salga el sol: dirán
que hice sufrir a la noche
y que fracasé al elevar mis rezos a las estrellas.
Me expulsarán de la ciudad
antes de salir del vientre
porque todo lo que hice durante siete meses
fue escribir poemas y esperar para existir.
Me expulsarán de la existencia
porque tengo debilidad por la nada.
Me expulsarán de la nada
por mis dudosos lazos hacia la existencia.
Me expulsarán a la vez de la existencia y de la nada
porque nací para existir.

Me expulsarán.

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Hiba Kamal Abu Nada. Fue una poeta novelista, bioquímica, nutricionista, activista feminista de nacionalidad palestina, nacida en La Meca el 24 de junio de 1991. Murió el viernes 20 de octubre de 2023 a la edad de 32 años en su casa de Jan Yunis, en la franja de Gaza, a causa de un bombardeo por parte de las fuerzas sionistas israelíes. En 2017 ganó el premio Sharjah a la Creatividad Árabe por su novela El oxígeno no es para los muertos. El jueves 19, antes de morir, comentó: “Si morimos, sepamos que estamos contentos y firmes, y transmitamos en nuestro nombre que somos personas de verdad… Oh, Dios mío, Heba”. Este es su último poema, escrito un día antes de ser asesinada, en medio del genocidio de Israel contra Palestina:

La noche en la ciudad es oscura,
excepto por el brillo de los misiles;
silenciosa, excepto por elsonido
del bombardeo;
aterradora, excepto por la promesa
tranquilizadora de la oración;
negra, excepto por la luz de los mártires.

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Fuente: 
Periódico desdeabajo N°308, 18 de noviembre - 18 de diciembre de 2023

viernes, 17 de noviembre de 2023

RECUPERAR LA CULTURA DE LA FILOSOFÍA EN ESTE MUNDO TAN CONVULSIONADO

Basta leer a Byung Chul Han (coreano), Slavoj Zizek (esloveno) o a Hartmut Rosa (alemán), para entender que la filosofía ya no se hace desde la academia

DIEGO MARIO ZULUAGA OSORIO


Es cierto, la filosofía no recobra la salud, pero sí el sentido de la cortesía y la cultura, ya que no es posible vivir sin certeza, sin eso que signifique goce a lo hedonista, igualmente es verdad que la filosofía se está poniendo de moda y por ello la edición de obras que dirigen hacia la superación, al valor de la autoestima y otros.

La postmodernidad ha demostrado un cambio en la historia de la filosofía, seguimos con los referentes clásicos, pero se han superado a pensadores de la talla de Heidegger, Sartre, Gadamer por aquello de elaborar teorías ambiciosas como consecuencia de la década de los ochenta y novena, también por la caída del muro de Berlín, e igualmente por la ambición de las superpotencias de apoderarse de los mercados, del petróleo, de las piedras preciosas, basta mirar Irak y muchos países árabes para darnos cuenta que se ha permeado el pensamiento, la ideología, la economía y arraigado los problemas sociales, entre estos, las desigualdades en todo sentido.

Basta leer a Byung Chul Han (coreano), Slavoj Zizek (esloveno) o a Hartmut Rosa (alemán), para entender que la filosofía ya no se hace desde la academia, de la escuela, desde el escritorio, el primero refiere a una sociedad del cansancio, el segundo a que vivimos una confusión total, este es el momento de la filosofía, mientras que el tercero aduce que la dialéctica de la aceleración hace que el mundo sea enteramente disponible para su posesión y explotación (Gómez, 2023), significando que hay que hacer reingeniería de la filosofía pues hay que entenderla a partir de los relatos culturales de la sociedad, del avance del universo y lo más importante la interpretación historiológica del hombre; no basta comprender al hombre, basta comprender su relación con la sociedad y la dinámica mundial.

Se nos ocurre interrogar los motivos del ataque de Israel a Palestina, del apoyo a uno y otro por parte de países vecinos y otros lejanos, buscando quién sabe qué, mientras en América ocurren situaciones risibles o ridículas en palabras de algunos entendidos, el cambio de gobierno de la derecha por la izquierda, de la izquierda por la derecha, que el centro, el centro derecha, es decir, una cantidad de grupos que en vez de ayudar lo que hacen es polarizar el mundo de las ideas, resultado de ello son las políticas de gobierno inconclusas, incongruentes, los líderes que nos dirigen habrá algunos locos, medio locos, o totalmente idos.

Ya no se teje un mundo de respuestas a las grandes preguntas de la epistemología, la ética o la antropología, y el mundo de los grandes relatos se ha acabado; albergamos dudas pues la certeza es provisional y relativa y ello como consecuencia de la postmodernidad que no ha avanzado; el dilema social nos mantiene en la ataraxia a la que se refería Epicuro, es decir, en la imperturbabilidad y ausencia de dolor físico, alma y cuerpo, pues ya no nos duele nada, no nos sorprende nada, nos acostumbramos a ser personas indolentes, no hay participación democrática a pesar de sufragar a veces no por el más digno, sino por el que nos de más.

Las palabras ya no pueden reducirse a una interpretación referencial y unidimensional, su naturaleza es explosiva y polisémica, generar una constelación inacabable de semántica, para que la comunicación sea tan importante como el signo, es decir, poder negar y afirmar simultáneamente.

Ello nos lleva a la elaboración de nuevas teorías e interpretaciones que permitan el protagonismo del que mucho se ha criticado; hay que cultivar la claridad para que las ideas convivan de manera elegante con las metáforas, los símiles, mitos y otras figuras literarias que enriquecen el conocimiento por un lado y al entendimiento por el otro.

La filosofía no es un caso aislado entre la psicología, la sociedad y la educación, pues las preguntas del pensamiento no pueden quedar abiertas, el valor universal no puede ser ingenuo, hay que cosechar transparencia y sencillez, un nuevo grupo de lectores de la dinámica universal de la sociedad, superando la barrera del tiempo en donde las alternativas sean ese constructo que superen la perplejidad, la angustia o el desaliento.

Recobrando la cultura de la filosofía se recupera el sentido de la cortesía, se incrementa la ambición para proporcionar respuestas convincentes, que permitan aclarar los grandes enigmas de la existencia, de la política, de los gobiernos y sus gobernantes, no claudicar en corrientes hermenéuticas, sino estar en búsqueda de sentido al que se refirió Viktor Frankl. La misión de la filosofía es acompañar al ser humano en esa tarea.

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Fuente:

jueves, 20 de julio de 2023

EL PROPÓSITO DE LA EDUCACIÓN

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"Si no se sabe lo que se está buscando, si no se tiene idea de lo que es relevante, dispuestos a cuestionarse esta idea, si no se tiene eso, explorar en internet es sólo tomar al azar hechos no verificables que no significan nada." 

Noam Chomsky
Bloghemia 


Análisis del Lingüista, Filósofo y Politólogo Noam Chomsky sobre cual debe ser el verdadero objetivo de la educación. 
Transcripción realizada por Luis Rivas para la página web Rebelión a partir de una entrevista realizada a Noam Chomsky.

Por: Noam Chomsky

Podemos preguntarnos cuál es el propósito de un Sistema Educativo y, por supuesto, hay marcadas diferencias en este tema. Hay la tradicional: una interpretación que proviene de la Ilustración, que sostiene que el objetivo más alto en la vida es investigar y crear, buscar la riqueza del pasado, tratar de interiorizar aquello que es significativo para uno, continuar la búsqueda para comprender más, a nuestra manera. Desde ese punto de vista, el propósito de la educación es mostrar a la gente cómo aprender por sí mismos. Es uno mismo el aprendiz que va a realizar logros durante la educación y, por lo tanto, depende de uno cuánto logremos dominar, adónde lleguemos, cómo usemos ese conocimiento, cómo logremos producir algo nuevo y excitante para nosotros mismos, y tal vez para otros.

Ese un concepto de educación. El otro concepto es, esencialmente, Adoctrinamiento; algunas personas tienen la idea de que, desde la infancia, los jóvenes tienen que ser colocados dentro de un marco de referencia en el que acatarán órdenes, aceptarán estructuras existentes sin cuestionar, etc. Y esto resulta, con frecuencia, bastante explícito. Por ejemplo: después del activismo de los años 60, había mucha preocupación en gran parte de la gente educada, porque los jóvenes se estaban volviendo demasiado libres e independientes, que el país se estaba llenando con demasiada democracia. Y de hecho hay un estudio importante que es llamado «La crisis de la democracia», que afirma que hay ciertas instituciones de los jóvenes -la frase es de ellos- que no están haciendo su trabajo adecuadamente; se refieren a escuelas, universidades, iglesias, que tienen que ser modificadas para que lleven a cabo, con más eficiencia, esa idea, que, de hecho, proviene de liberales internacionalistas, de gente altamente educada.

En efecto, desde esos tiempos se han tomado muchas medidas para tratar de orientar el sistema educativo hacia uno provisto de mayor control, más adoctrinamiento, más formación vocacional, con estudios tan costosos que endeudan a los estudiantes y los atrapan en una vida de conformismo.

Eso es exactamente lo contrario de lo que yo describo como una tradición proveniente de la Ilustración. Y hay una lucha constante entre estos dos enfoques, en las universidades y escuelas. En las escuelas ciertamente se les entrena o para pasar exámenes o bien para la investigación creativa, entendiendo esta ultima como dedicarse a intereses que son estimulados por los cursos en los que se profundiza por cuenta propia o en cooperación con otros. Esta lucha se extiende también al posgrado o a la investigación.

Son dos maneras ver el mundo. Cuando uno ve las instituciones de investigación, como esta en la que estamos [Nota de Transcripción: MIT], observa que a nivel de posgrado se sigue esencialmente la idea de la Ilustración. De hecho la Ciencia no podría progresar a menos que esté basada en la inculcación del impulso por el desafío, por el cuestionamiento de doctrinas o de la autoridad, a través de la búsqueda de alternativas o del uso de la imaginación, con el trabajo cooperativo que aquí, en esta institución, es constante. Y para verlo, solo se necesita caminar por los pasillos.

Esto es lo que, desde mi punto de vista, debe ser un sistema educativo desde la educación preescolar.

Pero hay estructuras poderosas en la sociedad que prefieren ver a la gente adoctrinada y formateada sin que hagan muchas preguntas, siendo obedientes, realizar la función que se les ha asignado y no tratar de sacudir los sistemas de poder y autoridad. Son opciones que tenemos que elegir sin importar nuestra posición en el Sistema Educativo, como profesores, estudiantes, o gente externa que trata de ayudar a darle forma, en la manera que ellos creen que debe hacerse.

El impacto de la tecnología

Ha habido ciertamente un crecimiento muy sustancial en nuevas tecnologías: de comunicación, información (acceso e intercambio) o en la naturaleza de la cultura de la Sociedad. Pero debemos tener en cuenta que los cambios tecnológicos que están ocurriendo, a pesar de ser significativos, no tienen, ni de lejos, el mismo impacto que los avances tecnológicos de hace alrededor de un siglo. El cambio, si hablamos sólo de comunicación, de una máquina de escribir a una computadora o del teléfono al correo eléctronico es significativo, pero no se puede comparar con el cambio de barcos de vela al telégrafo: la reducción en eI tiempo de comunicación, por ejemplo entre Inglaterra y los Estados Unidos, fue extraordinaria comparada con los cambios que están ocurriendo ahora. Lo mismo ocurre con otros tipos de tecnología: algo tan sencillo como el agua corriente y el alcantarillado en las ciudades tuvo enormes consecuencias para la salud; mucho más que el descubrimiento de los antibióticos. Los cambios actuales son reales y significativos, pero debemos reconocer otros que ocurrieron y cuyos efectos fueron mucho más drásticos.

En cuanto a la tecnología en la educación, debe decirse que la tecnología es algo neutro. Es como un martillo: al martillo no le importa si lo usas para construir una casa o si un torturador lo usa para aplastarle el cráneo a alguien. El martillo puede hacer ambas cosas. Es lo mismo con la tecnología moderna. Por ejemplo: internet es extremadamente valiosa si se sabe lo que se está buscando; yo la uso todo el tiempo en mi investigación. Si se sabe lo que se está buscando, si se tiene una especie de marco de referencia, que nos dirige a temas particulares y nos permite dejar al margen muchos otros, entonces puede ser una herramienta muy valiosa. Por supuesto, uno debe estar siempre dispuesto a preguntarse si el marco de referencia es el correcto: tal vez algo que encontremos cuestionará la forma en que vemos las cosas. No se puede perseguir ningún tipo de investigación sin un marco de referencia relativamente claro que dirija la búsqueda y que ayude a seleccionar lo que es significativo y lo que no lo es, Io que hay de que dejar de lado, a lo que hay que darle seguimiento, lo que merece ser cuestionado o desarrollado.

No se puede esperar que alguien llegue a ser, por así decirlo, biólogo, nada más con darle acceso a la biblioteca de biología de la Universidad de Harvard y diciéndole: "léela". Eso no le sirve de nada, y el acceso a internet es lo mismo: si no se sabe lo que se está buscando, si no se tiene idea de lo que es relevante, dispuestos a cuestionarse esta idea, si no se tiene eso, explorar en internet es sólo tomar al azar hechos no verificables que no significan nada.

Entonces, detrás de cualquier uso significativo de la tecnología contemporánea, como internet, sistemas de comunicación, gráficos o lo que sea, a menos que detrás de ese uso haya un aparato conceptual bien dirigido, bien construído, es poco probable que este resulte útil, y hasta podría ser dañino. Si se toma un hecho incierto aquí y otro allá y alguien los refuerza, terminamos con un panorama que tiene algunas bases objetivas, pero nada que ver con la realidad. Hay que saber cómo evaluar e interpretar para entender.

Volviendo a la biología, la persona que gana el premio Nobel no es la que lee más artículos y toma más notas; es la persona que sabe qué buscar. Cultivar esa capacidad para buscar lo que es significativo y estar siempre dispuesto a cuestionar si estamos en el camino correcto, de eso es de lo que debe tratar la educación, ya sea usando computadores e internet o lápiz, papel y libros.

Costo o Inversión

La Educación es discutida en términos de si es una inversión que vale la pena, de si genera un gran capital humano que puede ser usado en el crecimento económico, y esa es una manera muy extraña, muy distorsionada, de cuestionarse el tema, opino. ¿Queremos tener una sociedad de individuos libres, creativos e independientes capaces de apreciar y aprender de los logros culturales del pasado y contribuir a ellos? ¿Queremos eso o queremos gente que aumente el PIB? No es necesariamente lo mismo.

Una educación como aquella de la que hablaban Bertrand Russell, John Dewey y otros, tiene un valor por sí misma. Independientemente del impacto que tenga en la sociedad tiene un valor, porque ayuda a crear seres humanos mejores. Después de todo a eso es a lo que debe servir un sistema educativo.

No obstante, si se quiere ver en términos de costo y beneficio, tomemos por ejemplo la nueva tecnología de la que hablábamos: ¿de dónde viene? Bueno, pues mucha de ella fue desarrollada exactamente donde estamos sentados [Nota de Transcripción: MIT]. En el piso de abajo había un gran laboratorio en los años 50, donde fui empleado de hecho, y donde había muchos científicos, ingenieros, gente con todo tipo de intereses, filósofos y otros, que desarrollaron el carácter básico y aún las herramientas básicas de la tecnología que es común hoy día. Las computadoras e internet estuvieron exclusivamente en el sector público durante décadas, financiadas en lugares como este, donde la gente exploraba nuevas posibilidades; muchas de ellas eran impensables y desconocidas en ese momento, algunas funcionaron, otras no, pero las que funcionaron fueron convertidas en herramientas que la gente puede usar.

Esa es la manera como el progreso científico tiene lugar. Es la manera en la que el progreso cultural tiene lugar, generalmente.

Los artistas clásicos, por ejemplo, son el producto de las habilidades tradicionales que se desarrollaron a lo largo del tiempo con maestros artistas, y a veces con su ayuda se crearon cosas maravillosas.

Todo eso no sale de la nada. Si no existe un sistema cultural y educativo activo, enfocado en la estimulación de la exploracion creativa, con independencia de pensamiento, con disposicion a cruzar fronteras para desafiar las creencias aceptadas... si no se tiene eso, no obtendremos la tecnología que lleva a obtener beneficios económicos. Beneficios, sin embargo, que no creo que sean el objetivo principal del enriquecimiento cultural y la educación.

Evaluación vs. Autonomía

Ha habido, en los últimos tiempos particularmente, una estructuración cada vez mayor de la educación, que comienza a temprana edad y contínúa luego, y que funciona a través de exámenes.

Pasar exámenes puede ser de alguna utilidad tanto para la persona que está pasando el examen -para comprobar cuánto sabe, lo que ha logrado, etc- como para que los instructores se den cuenta qué es lo que hay que cambiar, mejorar, en el desarrollo del curso. Pero más allá de eso no dicen mucho.

Lo sé por mi experiencia de años, he estado en comités de admisión a programas de posgrado avanzado, tal vez uno de los programas más avanzados del mundo, y sí, desde luego, ponemos atención a los resultados de exámenes, pero realmente no mucha. Una persona puede tener resultados magníficos en todos los exámenes y entender muy poco. Todos los que hemos pasado por escuelas, colegios, universidades, sabemos eso. Se puede estar inscrito en un curso que no nos interesa para el que existe el requerimiento de pasar un examen, y se estudia para el examen, se logra pasarlo con la mejor nota y, dos semanas más tarde, no nos acordamos de mucho. Estoy seguro que todos hemos tenido esa experiencia.

Los exámenes pueden ser una herramienta útil si contribuyen a los fines constructivos de la educación, pero si sólo se tratan de una serie de obstáculos que hay que superar pueden no tanto carecer de sentido como distraernos de lo que queremos hacer. De hecho veo esto frecuentemente cuando hablo con profesores: hace un par de semanas estaba yo hablando con un grupo que incluía profesores de escuela y había una profesora de 6º grado, es decir, con alumnos de 10 a 12 años, que vino a hablar conmigo luego y me dijo que en su clase una niña le contó que estaba realmente interesada en un tema: le pedía consejo para aprender más al respecto, pero la maestra se vio obligada a decirle que no podía hacer eso, porque la niña debía estudiar para un examen a nivel nacional que se acercaba y que eso iba a determinar su futuro; la profesora no lo dijo, pero también iba a determinar el de ella, es decir, eso influiría para que la contrataran de nuevo.

Ese sistema no es sino una preparación de los niños para pasar obstáculos, no para aprender, entender y explorar. Esa niña hubiera ganado mucho más si se le hubiera permitido explorar lo que le interesaba y tal vez no sacar una muy buena calificación en un examen de algo que no le interesaba.

Buenas calificaciones vienen por sí solas si el tema coincide con los intereses y preocupaciones del alumno. No digo que los exámenes deban eliminarse, pueden ser una herramienta educativa útil. Pero complementaria, algo que ayude a los estudiantes a mejorar por sí mismos, o para los instructores u otros que necesitemos saber acerca de lo que hacemos e indicarnos lo que debemos modificar.

Pasar exámenes no se puede ni comparar con buscar, investigar, dedicarse a temas que nos atraen y nos estimulan; esto último es mucho más práctico que pasar exámenes. Y, de hecho, si se nos da la oportunidad de este tipo de carrera educativa, el estudiante recordará lo que descubrió.

Un físico mundialmente famoso, aquí en el MIT daba, como muchos catedráticos, cursos a estudiantes nuevos. Un estudiante le preguntó qué temas se iban a cubrir durante el semestre y su respuesta fue: "No importa lo que se cubre, sino lo que se descubre". Y es correcto: la Enseñanza debe inspirar a los estudiantes a descubrir por sí mismos, a cuestionar cuando no estén de acuerdo, a buscar alternativas si creen que existen otas mejores, a revisar los grandes logros del pasado y aprenderlos porque les interesen.

Si la Enseñanza se hiciera así los estudiantes sacarían provecho de ello, y no sólo recordarían lo que estudiaron sino que lo utilizarían como una base para continuar aprendiendo por sí solos.

Una vez más: la educacion debe estar dirigida a ayudar a los estudiantes a que lleguen a un punto en que aprendan por sí mismos, porque eso es lo que van a hacer durante la vida, no sólo absorber información dada por alguien y repetirla.

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Fuente:

miércoles, 14 de junio de 2023

¡EL CAMBIO ES POSIBLE!

"El cambio no es arbitrario: uno no cambia porque quiere y no siempre cambia en la dirección soñada. Pero debemos saber que el cambio no es individual sino social con una dimensión individual. ¡Pero el cambio es posible!" Paulo Freire

Trascripción de una charla ofrecida por el filósofo y educador brasileño Paulo Freire en Recife. Febrero de 1997.

Por: Paulo Freire


Sería difícil iniciar mi charla de hoy sin referirme a mi pasaje por el Sesi hace cincuenta años. No sólo sería difícil sino injusto, porque las cosas que hacemos, conocemos o sabemos son producto de una compleja red de influencias.

Sin duda, mi primera experiencia de trabajo en el Sesi, durante diez años, inspiró uno de mis libros [Cartas a Cristina], en el que analizo mi pasaje por el Servicio, un tiempo al que llamo «fundante», es decir, «un tiempo que funda y que por eso se abre a la profundidad». Yo discutía eso con mi primera mujer, que fue para mí una gran educadora y una gran practicante de la educación… Además, algunos amigos dicen que yo soy la teoría de la práctica de Elza. Creo que eso es injusto para los dos. Yo también tuve una práctica y ella también tuvo una teoría.

A veces no me gusta decir que soy algo porque podría parecer un gesto de vanidad; pero en el fondo soy un educador que, además de practicar la educación, piensa la Teoría de la Educación. Por eso soy un pensador de la educación. No me gusta decir que soy un pensador del área porque suena un poco aristocrático. Pero en verdad es eso lo que vengo siendo: un pensador de la educación que no puede disociar el pensar del hacer. A propósito de esto, le decía a mi hija que todo lo que he venido criticando, discutiendo, indagando como educador, como pensador, en libros y artículos y conferencias y discusiones y congresos, todo tiene su raíz en el Sesi. Y por eso llamo «tiempo fundante» al tiempo que viví en el Sesi —mañana, tarde y noche— en la Avenida Rio Branco, que funcionaba de 7 a 13 horas; yo volvía y pasaba ahí la tarde entera, a veces debido a algún problema en alguna de sus escuelas. Y pensaba en el problema y me lo pasaba discutiendo… Lo interesante es que muchas de mis lecturas pedagógicas tuvieron su origen en problemas reales. Creo que no alcanza con leer, y que esta es una forma muy eficaz de estudiar. Quiero decir que yo buscaba, en la bibliografía, respuestas a un hecho concreto que había ocurrido. No me entregaba de manera aleatoria a la reflexión teórica. Buscaba una explicación para un hecho concreto que había vivenciado: pensaba mi práctica.

Recuerdo que, cuando ya llevaba dieciséis años en el exilio, tiempo en que estuvo prohibido mencionar mi nombre en el Jornal do Comercio, en el Diario de Pernambuco, en la Folha de S. Paulo, ni siquiera podía salir en los diarios… ¡Qué cosa! ¡A veces me impresionaba representar semejante peligro! Yo no sabía… Y decían que era peligroso. ¡La libertad es una amenaza, ya lo ven! ¡La curiosidad de la libertad se transforma en un peligro! Y recuerdo a mi amiga Heloisa Bezerra, a quien le escribía con regularidad desde Suiza, desde los Estados Unidos, cartas larguísimas que ella leía para un grupo de amigos, y después me respondían… Quiero decir, en el fondo, incluso en el exilio, mi añoranza absoluta de Brasil comprendía también mis experiencias en el Sesi.

Incluso le conté una historia a una amiga, que voy a repetir ahora, sobre una de mis experiencias en el campo de la pedagogía y de generar humildad… Porque tenemos que aprender a ser humildes. Un domingo por mes yo hablaba para los padres y las madres, pescadores y pescadoras, en el así llamado «Círculo de Padres y Docentes»; el único que hablaba era yo, todos los demás guardaban silencio. De repente me pegué un terrible susto cuando un cuerpo cayó al suelo. Un tipo se había quedado dormido y había caído redondo. Hacía mucho calor y en determinado momento mi charla debe haberse vuelto monótona y el hombre se durmió y cayó haciendo tanto ruido que nos «despertó» a todos. La caída de ese hombre me provocó una serie de reflexiones. Entre otras, que nunca sabemos si estamos o no llegando a nuestros oyentes. Es posible que, hasta que el hombre se cayó, yo pensara que el silencio reinante se debía a que los oyentes aceptaban lo que estaba diciendo. En verdad, en vez de producir un habla instigadora yo estaba cantándoles una canción de cuna. Y después tengo el tupé de criticar, en mis análisis pedagógicos, las clases que devienen en canciones de cuna. En el fondo, entonces, sería exagerado decir que en mis diez años de vida intensa en el Sesi no hubo un solo día en que no haya hecho una reflexión seria… Eso sería una exageración. Pero en esos diez años —¡y esto sí que es interesante!— escribí tan sólo tres artículos. Empecé a escribir siendo ya muy maduro. En realidad, yo aparezco en el exilio, no aquí. Ahora bien, está claro que cuando empecé a escribir en el exilio escribí acerca de la gran carga de experiencia vivida aquí y sobre la que después tuve en el exilio. Sobre mi pasaje por el Sesi y sobre las visitas que hice posteriormente a otros Sesis brasileños, sobre las experiencias que se tenían en aquella época, en los años cincuenta. En Rio Grande do Sul estaba Mário Reis, que era superintendente, asistente social, espiritualista muy católico, muy ético y muy seguro como intelectual. Fue durante una visita a Rio Grande do Sul que conocí a uno de los mejores pensadores de este país, el profesor Ernani Maria Fiori, gran filósofo ya fallecido que escribió el prefacio a la edición brasileña de Pedagogía del oprimido, que considero uno de los textos más serios que se han escrito sobre mi pensamiento y que debería ser releído constantemente. En líneas generales, la gente no lee los prefacios. Creo que hay que leer todos los prefacios, y sobre todo un prefacio como el de Fiori.

Confieso que me invadió una alegría enorme cuando me invitaron a venir aquí hoy, me sentí profundamente emocionado. Si yo fuera un principiante, es probable que me resultara difícil hablar aquí y ahora… ni siquiera me atrevería a mantener esta charla desorganizada y caótica como esta. Pero ya tengo edad suficiente como para no padecer esa clase de problemas. Mi edad ya no lo permite… O mejor dicho, la experiencia es tan grande que es imposible continuar perdido.

Obviamente no deseo reducir mi charla de hoy a esas añoranzas felices de mis tiempos en el Sesi. Pero tampoco podía no decir nada al respecto, no hablar de nuestros sueños y nuestra lucha por hacerlos realidad. Por ejemplo, recuerdo la pelea que se desató cuando soñé que todos los Sesis deberían, dentro de lo posible, independizarse del Departamento Regional porque me impresionaba la dominación asistencialista que tenían, la vocación imperialista. Yo luchaba contra eso. Y al mismo tiempo esa pelea, mis diálogos con los directores, con los líderes obreros de todos los Sesis, todo eso fue una gran enseñanza que, años después, me ayudó a escribir Pedagogía del oprimido. Mis reflexiones sobre la conciencia oprimida, sobre la actualidad del oprimido y la profundidad dominante del dominador, la posibilidad de adecuarse, de adaptarse del oprimido para poder sobrevivir… todo eso lo aprendí aquí y después lo confirmé en mis experiencias en África, en América Latina.

Pero recuerdo mi lucha y mi diálogo y cómo me perdía… por ejemplo, cuando les propuse a los sesianos que, en diálogo con las juntas directivas del Departamento, cobraran la asistencia prestada y destinaran una parte de ese dinero a los clubes y otra parte al Departamento Regional para que lo reinvirtiera en más asistencia. Y recuerdo que un compañero sesiano, un líder, un obrero de entonces, se levantó y pronunció un discurso en el que dijo con mucha fuerza: «El docto superintendente —me llamaban mucho así— es enemigo del trabajo y amigo del capital. Está en contra del trabajo y a favor del capital». Y unos días después me llamó un asesor del Sesi y me dijo que yo era amigo del trabajo y enemigo del capital. No debo decir aquí quién era ese compañero. No es necesario. Nadie lo pide. Y si lo pidieran, tampoco lo diría. Pero basta notar cómo tomaban conciencia de esas cosas, cómo me indagaban… ¿Qué habrá querido decir ese asesor cuando me llamó a su despacho? Fue una relación muy difícil. ¿Qué había detrás de su discurso? ¿Había o no una ideología? ¿Y qué es una ideología?

Todo eso me sirvió mucho. Para que tengan una idea, escribí los tres primeros capítulos de Pedagogía del oprimido en quince días. El cuarto capítulo me dio más trabajo: tardé un mes… Pero yo tenía tanto roce con la temática que el libro prácticamente salió solo… A veces tengo ganas de hacer una lectura sui generis de ese libro, subrayando las páginas e indicando, por ejemplo, que tal cosa tiene que ver con las conversaciones que mantuve en el Sesi en tal año… Me gustaría mapear el contexto del libro y el contexto mayor, que eran mis experiencias, incluso las que tuve aquí. Cosas que todavía hoy, de vez en cuando, surgen en mis reflexiones. Muchas cosas que viví en aquella época las percibí tiempo después, incluso años después, como sucede hoy mismo, por ejemplo, cuando recuerdo la tarde en que, conversando con alguien en mi escritorio, tuve una iluminación relacionada con la reflexión teórica que estoy haciendo ahora. Siempre digo que en Cartas a Cristina dedico una carta completa al Sesi… Creo que hago revisiones históricas y explicito exactamente todo lo que aprendí aquí, que fue muchísimo.

No podría no resaltar esta afectividad, que me conmueve hasta la médula, esta gratitud… Poco importa que yo concuerde o deje de concordar con las perspectivas políticas del Sesi; poco importa que yo no acepte la tendencia actual, no sólo del Sesi de Pernambuco, sino de todos los Sesis, a la que llaman equivocadamente «modernidad». ¡Nada de modernidad! En realidad es una posmodernidad mala, porque se trata de transformar el organismo y las relaciones afectivas que se dan dentro de él en dureza burocrático empresarial; es decir, se busca la eficacia de la empresa. Creo que se puede ser eficaz sin volverse malo, sin herir al prójimo. No importa la posición que yo tenga frente al Sesi, o que el Sesi tenga frente a mí; lo que importa es que el Sesi fue importante o tuvo una importancia indiscutible en mi formación filosófica, en mi formación político-pedagógica. Viabilizó una serie de cosas absolutamente necesarias para mi formación como educador.

Ahora me corresponde, en este fin de curso de la formación permanente, decirles algo que espero no lleve demasiado tiempo y que consiste en subrayar, por un lado, la importancia de las experiencias formativas o formadoras permanentes, y, por el otro, subrayar algo que muchas veces olvidamos y que se resume en la frase «Cambiar es difícil, pero es posible».

Creo que esa frase nunca fue tan necesaria como lo es hoy en Brasil. Hace más o menos un mes entregué un libro a la editorial donde analizo este asunto. El libro se va a llamar Pedagogía de la autonomía: saberes necesarios para la práctica educativa. En ese libro me ocupo de analizar determinados saberes que considero particularmente indispensables para todo educador, por supuesto con los debidos matices según sea el educador progresista o conservador. Y uno de los saberes que explico es precisamente este: «Cambiar es difícil, pero es posible».

Y les digo esto porque, si yo no estuviera ciento por ciento convencido del acierto de la expresión «Cambiar es difícil, pero es posible», no estaría aquí ahora. Por supuesto, desde el punto de vista de lo que representa humanamente para mí estar con ustedes aquí ahora, habría venido más allá de cualquier otra circunstancia. Pero si no existiera este trasfondo mayor de mi vínculo afectivo con el organismo y no necesariamente con cada uno de ustedes —puede ser que no los conozca—, yo no tendría que venir aquí. Y sobre todo no debería ser docente si no estuviera absolutamente seguro de que cambiar es difícil, pero es posible.

Hace poco tuve una gran alegría cuando una de las responsables de un sector de esta institución me dijo que su padre, que hoy tiene 80 años, era celador del Sesi en mi época. Y cuando esa mujer le dijo a su padre que vendría a conversar conmigo, él le dijo: «Escucha lo que dice el profesor Paulo, dile con claridad lo que quieres y fíjate que, cuando vuelva a hablar, te convencerá de lo que ya sabes. Una de las características de Paulo Freire es que, cuando conversas con él, insiste en dejar claro que su interlocutor también sabe».

¡Y entendió lo importante que había sido para ella esa apreciación de su padre! Y yo le dije: «Su padre, en el fondo, ha hecho una síntesis teórica del pensamiento del educador Paulo Freire». Quiero decir: mi comprensión del proceso de conocer, la producción de conocimiento, mis incursiones en lo que hoy llaman constructivismo… Yo soy el padre del constructivismo. No cabe ninguna duda de que se puede estudiar constructivismo aquí y ahora en Brasil sin mencionarme… e incluso fuera de este país. Les diré una cosa: le tengo horror a la falsa modestia. Si yo no estuviera absolutamente convencido de que tenía algo para decir aquí, no habría aceptado la invitación. Pero, habiendo aceptado la invitación, no podía presentarme aquí muy orondo y decirles: «Tendrían que haber invitado a otro»… ¿Entonces para qué viniste? ¡Le tengo horror a esas cosas! Si vengo es porque creo que puedo. Ahora bien, la modestia no radica en dudar de quién debería estar aquí; la modestia radica en saber que existen otros que también podrían estar aquí. Eso sí. Y hasta es posible que otros pudieran hacerlo un poco mejor que yo… No cabe la menor duda. Ahora, negar que yo también puedo hacerlo me parece falso, hipócrita… Y no me gusta la hipocresía. Pero por eso mismo acepto esta cuestión del constructivismo que el superintendente mencionó en su charla, me refiero al énfasis que pongo en la circunstancia, el saber o la experiencia del alumno. Es uno de los principios fundamentales del constructivismo, cuyo gran líder es Jean Piaget.

Pero yo le dije a esa persona: «Su padre hace una síntesis del esfuerzo teórico». Vean bien: cuando era joven ese hombre participó en algunas reuniones como celador, no en cursos, pero captó exactamente el espíritu fundamental de mi propuesta, que es la capacidad del sujeto de producir su propio conocimiento. Y años después, treinta o cuarenta años más tarde, cita eso en un discurso propio. Y yo le decía a la hija: «Fíjese cómo esta expresión de su padre muestra, por un lado, las limitaciones y, por otro, las posibilidades de la educación».

Por lo tanto, la educación es eso. Tal vez una de las mejores maneras de conceptuar la educación sea decir que, si bien no lo puede todo, puede muchas cosas. Es decir que nuestro problema, como educadores y educadoras, es preguntarnos si es posible viabilizar aquello que muchas veces no parece posible.

Vuelvo entonces a insistir en la misma frase: «Cambiar es difícil, pero es posible». Y quiero mencionar dos o tres reglas, sobre todo en relación con por qué me parece imposible la imposibilidad del cambio.

En primer lugar diría que sólo la posibilidad de decir que es imposible vuelve posible lo imposible. Intentaré explicarlo… quedó demasiado abstracto. Quiero decir lo siguiente: sólo aquel ser que, a través de su larga experiencia en el mundo, se tomó capaz de significar el mundo es capaz de cambiar el mundo y es incapaz de no cambiar. Y ese ser es, exactamente, la mujer y el hombre. Dos seres vivos hemos sido, hasta ahora, competentes para llevar a cabo esa tarea. Por eso, antes que tener una historia, nosotros hacemos nuestra historia. Nosotros contamos la historia de los leones. Los leones tienen historia pero no historicidad. Los leones no saben que hacen historia. La historia de los leones no la cuentan los leones: la contamos nosotros. Por eso tampoco puede hablarse de la ética de los leones. No consta, en la historia de la humanidad, que los leones africanos hayan asesinado a dos leones compañeros de otro grupo familiar y que, al llegar la noche, hayan ido a dar el pésame a la familia de los leones muertos, etc. ¡Esas porquerías sólo las hacemos los hombres y las mujeres! Sólo los seres que eticizan el mundo son capaces de romper con la ética. Sólo los seres capaces de cosas bellas, de grandes gestos, son capaces de cosas feísimas. Entonces, la eticización del mundo engendra desprecio por la ética. Y al mismo tiempo que engendra desprecio por la ética nos exige que luchemos a favor de la ética.

¡Y eso es lo que nos está faltando hoy! No sólo eso, pero es una de las tantas cosas que faltan en el Brasil actual. ¡La rigurosidad ética, que debe ser una de nuestras luchas! La democratización de la falta de ética en nuestro país es tan grande que ya nadie la toma en serio. Todos los días vemos un nuevo escándalo en la vida pública y la vida privada de este país. Pero no todo lo que se dice en este país puede quedar en la nada. ¡Pero es escandaloso lo que ocurre en este país! ¡Ya no hay límites! En cierto momento de la contravención a la ética se instala por fuerza la impunidad. Quiero decir, la impunidad es necesaria para que el desprecio por la ética avance. ¡La impunidad existente en Brasil es increíble! Y cuanta más impunidad se tiene, menos se respeta la ética. Si los sinvergüenzas fueran castigados, no habría tantos como hay. Una de las cosas que más se democratizaron en Brasil es la sinvergüencería. ¡Hay hambre de vergüenza! ¡La sinvergüencería se ha generalizado!

Entonces, en un momento como este, existe cierta tendencia ideológica a decir que «la realidad es así», que «la realidad es esto que vemos». Se habla de desempleo, por ejemplo, no sólo en Brasil sino en el resto del mundo. ¡El mundo cierra el siglo y el milenio con una cantidad astronómica de desempleados! Y oímos decir, por toda respuesta, que «así es la realidad». ¡Y no es así! La realidad no es esta. Ninguna realidad es porque tiene que ser. La realidad puede y debe ser mutable, transformable. Pero, para justificar los intereses que obstaculizan el cambio, es necesario decir que «la realidad es así». El discurso de la imposibilidad es, por lo tanto, un discurso ideológico y reaccionario. Para confrontar el discurso ideológico de la imposibilidad de cambiar debemos hacer el discurso, también ideológico, de la posibilidad de cambiar. Pero fundado incluso en la verdad científica de que es posible cambiar. Yo no acepto, yo rechazo de plano la afirmación profundamente pesimista de que no es posible cambiar. Es más, creo que el discurso de la imposibilidad de cambio del mundo —y en esto radica lo trágico de ese discurso— no es un discurso constatable.

La imposibilidad de cambiar no es una obviedad. Por ejemplo, una obviedad de los sábados es ser anteriores a los domingos. Si la imposibilidad del cambio fuera tan obvia como el hecho de que los sábados preceden a los domingos, les confieso que no tendría el menor interés en seguir vivo. Quiero decir, si el hecho de ser hombre o ser mujer me impusiera como obvio que cambiar es imposible, preferiría no ser hombre ni ser mujer; preferiría no continuar en el mundo. Me gusta ser humano porque vivo oscilando entre la posibilidad de cambiar y la dificultad de cambiar. Vivir la dialéctica de poder y no poder satisface mi presencia en el mundo, la presencia de un ser que es al mismo tiempo —y porque es— objeto de la historia, y que recién cuando se reconoce objeto de la historia puede empezar a ser sujeto de la historia. Esa posibilidad de superar la condición de objeto y alcanzar la condición de sujeto hacedor y rehacedor del mundo es la que me alimenta a mis 75 años. Les confieso que no tendría el menor interés —ningún interés— en continuar en el mundo si continuar en el mundo significara no poder escribir sobre eso. ¿Qué sería yo entonces? Una sombra en el mundo.

Pero desde el momento en que soy hacedor del discurso de la posibilidad, el hecho mismo de hacer el discurso ya es prueba de imposibilidad. Por lo tanto yo no podría ser, y por eso no somos determinados; la gran diferencia es esta: somos condicionados. Los sujetos condicionados superan al poder condicionante, en tanto los sujetos determinados se esclavizan al poder determinante. Es decir que el cambio sólo sería imposible para los animales, para los seres que no son capaces de, alcanzando la conciencia del mundo, alcanzar la conciencia de sí mismos. Esos seres ni siquiera pueden hablar de cambio o de nocambio porque no tienen un lenguaje que les permita expresar eso. Cambiar es posible desde el momento en que inventamos el lenguaje y la producción social del lenguaje. Es evidente que el cambio está sometido a múltiples dificultades. No cabe la menor duda de eso. El cambio no es arbitrario: uno no cambia porque quiere y no siempre cambia en la dirección soñada. Pero debemos saber que el cambio no es individual sino social con una dimensión individual. ¡Pero el cambio es posible!

Para terminar —finalmente hablé quince minutos de mis nostalgias y añoranzas, pero no me arrepiento—, diré que el papel de la educación es muy importante. Alguna vez se pensó que la educación lo podía todo y alguna vez se pensó que la educación no podía nada. Creo que el gran valor de la educación radica en que, si bien no lo tiene todo, puede muchas cosas. Y nuestra tarea como educadores no es otra que reflexionar sobre lo posible. Porque lo posible también está condicionado histórica, social e ideológicamente. Lo que hoy es posible en Recife, por ejemplo, no necesariamente es posible en Caruaru… y viceversa. Al fin de cuentas es necesario descubrir los condicionamientos históricos, sociales, políticos, etc., donde se dan o no se dan las posibilidades. Y diagnosticar esas posibilidades es la enorme tarea del educador y la educadora junto a otros profesionales.

Por eso quiero dejarles el alma llena de esperanza. Sin esperanza no podemos siquiera empezar a pensar la educación. Las matrices de la esperanza son las de la educabilidad del ser, del ser humano. No es posible ser inconclusos y conscientes de esa inconclusión, como lo somos nosotros, y no buscar. La educación es ese movimiento de búsqueda, esa búsqueda permanente.

Creo que los cursos, los encuentros de formación donde se estudian problemas como este son encuentros fundamentales que nos ayudan a seguir enfrentando obstáculos. Sin embargo, no debemos permitir que se nos agote la esperanza, que la lucha acabe. Y desde ese lugar profundo donde arraigan mis convicciones pedagógicas y políticas les digo: a mis 75 años tengo, no desde el punto de vista físico sino desde una perspectiva moral e intelectual, más fuerza para luchar que cuando tenía 25: precisamente cuando estaba aquí mismo, en el Sesi, comenzando… Yo no acepto que mi esperanza desaparezca. Yo lucho, peleo todos los días. Hoy —todo lo indica— soy más joven en ciertos aspectos que cuando tenía 40 años. Cuando yo tenía 40 años, o 35 para el caso, o 30, era profesor aquí en la universidad y daba clases vestido con traje y corbata. Ni una sola vez me presenté con este atuendo que me ven puesto aquí ahora. Quiero decir que hoy, a mis 75 años, soy más moderno para vestirme que cuando tenía 30. ¡Soy más joven ahora, a los 75, que a los 40! Y dentro de diez años espero ser todavía más joven de lo que soy ahora…

Eso es lo que debemos conservar, lo que debemos resguardar. ¡A pesar de todo! ¡A pesar de los fracasos! Debemos entender que los fracasos y el sufrimiento son parte de la búsqueda de eficacia. No hay eficacia que no tropiece con momentos de fracaso. Y debemos trabajar para convertir el fracaso en éxito.

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martes, 18 de abril de 2023

EDUCAR PARA LA EMERGENCIA CLIMÁTICA

Cambiar al mundo significa apropiarse de él, de las aulas, las calles, los campos, los sueños y las convicciones revolucionarias que arrebatan a los otros lo que ya tantas veces nos han arrebatado
Alzamos la bandera por una pedagogía que responda de manera puntual como contradicción sistémica ante la crisis ambiental.
Una educación diferente se plantea en sus sentidos y principios desde abajo

Eliud Salinas*

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Estamos conscientes de la realidad que se teje ante nuestros ojos, la grave crisis ambiental y de la urgencia mundial por un cambio radical. Esto como tarea histórica nos converge a posicionarnos de forma clara, pues vivimos en la misma casa donde impera una injusta distribución de recursos, donde el mercado impone su forma de consumo poniendo precio a toda forma de vida, donde la cultura es la del despojo, donde se invade y se aniquila.

Pensar la emergencia actual es pensar una relación permanente entre el trauma y el síntoma que nos abraza. ¿Qué es lo que podemos definir como problema fundamental? y ¿dónde se pierde lo que se presenta como síntoma?, manifestaciones de una patología que aun siendo atendidas no curan de raíz la problemática.

Ante esto, la emergencia debe rebasar el estatus de búsqueda del síntoma para verla directo como una enfermedad agresiva que mata todas las células sociales y descompone el territorio y la vida, el núcleo partero de la gran crisis es el sistema capitalista. Es imperioso rebasar los discursos amigables con el planeta, pues radicalizar las propuestas es un acto de congruencia, es praxis revolucionaria.

Definir al enemigo es plantar cara a las contradicciones. ¿Son los popotes ecológicos, botellas biodegradables, no ponernos desodorante o bañarnos en cinco minutos las soluciones más aventuradas que nos atrevemos a plantear? ¿Y quienes no tienen agua? ¿Y los que no cuentan con más botella que el cuenco entre las manos? ¿Y los que huelen a bencina, a pobreza, a fango, los que huelen a hambre? ¿Los que se bañan en los ríos o en las cloacas? Sólo dimensionando el tamaño del enemigo es posible diseñar estrategias para plantarle cara.

Una educación diferente se plantea en sus sentidos y principios desde abajo, sin miramientos morales; por ello pasar del discurso a la acción para incomodar con nuestra rebeldía es ser activos en nuestras propuestas, revistiéndolas de carácter popular y con significado de clase. Desde la cooperación y la construcción de conocimientos ponderan nuevas trincheras de mayor sentido histórico y político alimentadas por una filosofía del trabajo como motor y la profundidad del acto cotidiano como muestra de la praxis. Es así como desde los lugares donde habitamos los miserables de la Tierra, alzamos la bandera por una pedagogía que responda de manera puntual como contradicción sistémica ante la crisis ambiental.

Ante la situación vivida, ¿cómo actuamos? ¿Qué se hace como escuela para las denuncias públicas en beneficio de la comunidad y la naturaleza? ¿Cómo llegar a la coherencia total ante el cambio climático?

La praxis no es una tarea tan sencilla, como trata de hacerlo ver el discurso oficialista, ni es una tarea deparada para unos cuantos, los que no espantan tanto con su fealdad. No son los pequeños cambios los que estructuran las transformaciones radicales, no basta con el ejercicio individual y pretencioso de suponer que soy yo aquí deteniendo el cambio climático; por el contrario, debemos partir de una base que encuentre en la praxis no un ejercicio teórico-académico que nos posicione como el estandarte ante la defensa de los derechos de todos, sino que la resistencia colectiva representa sentarse a decidir cuál es ese futuro mejor que esperamos, en qué condiciones materiales lograríamos alcanzarlo y cuáles son las principales trabas que hoy impiden emprender rumbo en la búsqueda de un camino al costado de éste que sin la menor oposición nos arrastra al abismo del consumo y la cosificación de la vida toda.

Es urgente dejar al mundo como ajeno y ser parte de él, impulsando un cambio cultural con el conocimiento científico y la técnica como eje transversal, con emotividad y actitud revolucionaria; sólo así podemos hablar de romper los paradigmas paralizantes. Como colectivos, rescatemos los espacios públicos, nuestros campos y tierras, trabajemos para emanciparnos, de forma colectiva construyamos una nueva forma de pensar. Valoramos todos los esfuerzos y experiencias compartidas, desde la creación de huertos urbanos, reducción de la huella ecológica, la herbolaria, compostaje, uso de las tres erres, capacitación docente, cuidado de los ecosistemas y recursos hídricos, el rescate de la milpa, hasta la lucha contra las trasnacionales y grandes poseedores del capital que con sus fábricas explotan al obrero y destruyen el entorno. Un espacio alternativo debe romper con la ingenuidad y la hipocresía, generando un cambio de discurso y acciones más congruentes actuales y progresivas, porque el cambio no se hace sin escuela, pero al ver a la escuela como único factor sería ilusorio pensar que ello podría tener grandes proporciones.

¡Fuera las posturas de pesimismo paralizante! Cambiar al mundo significa apropiarse de él, de las aulas, las calles, los campos, los sueños y las convicciones revolucionarias que arrebatan a los otros lo que ya tantas veces nos han arrebatado. Para asegurar que nuestra relación con la libertad no sea como siervos más que como sus poseedores, es necesario deshacernos de esa cárcel que se carga a todos lados, la venda que nos impide ver la lucha de clases, pero cuando no nos queda fuerza para retirarnos la propia, nos arrancamos unos a otros el velo. Alentemos a la organización desde la inquietos, insumisos y siempre creativos, como en el reciente 32 Encuentro de Educación Alternativa que nos reunimos el 2 y 3 de abril 2023, en la primaria Concepción Meléndez, de Parral, Chihuahua ( https:rededucacionalternativa.blogspot.com).

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* En colaboración con Efrén Alderete, Laura Portillo, del Colectivo Freinet Parral, Chihuahua

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jueves, 13 de abril de 2023

INTELIGENCIA ARTIFICIAL: ¿ANTE UN NUEVO PARADIGMA HISTÓRICO?

Inteligencia Artificial: ¿Ante un nuevo paradigma histórico?Imagen: UNESCO " El capitalismo tardío, podría estar entrando en una etapa hiperacelerada, y nuevamente, los entes socioculturales más ...

José Daniel Arias Torres 
Bloghemia 

Imagen: UNESCO

"El capitalismo tardío, podría estar entrando en una etapa hiperacelerada, y nuevamente, los entes socioculturales más preparados para adaptarse a la nueva velocidad y capitalizar económica y políticamente las nuevas tecnologías y avances de la información"

Artículo de José Daniel Arias Torres, Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Iberoamericana de Puebla.

Por: José Daniel Arias Torres

El mundo un día amaneció con una noticia que se replicaba en diferentes medios, desde los más locales y desconocidos, hasta medios internacionales y hegemónicos: el nacimiento del ChatGPT. Bien es cierto que esta inteligencia artificial no surgió por generación espontánea, y que su segregación en el mundo de masas se dio paulatinamente, sin embargo, en cuestión de algunas semanas, esta herramienta tecnológica acaparó el debate mundial, y los efectos socioculturales de su derramamiento en el mundo, derivó en que los debates fueran arrancados de las fronteras tecno-científicas, para comenzar a ser parte de debates sociológicos, filosóficos y cotidianos.

El ChatGPT es solo el rostro actual más visible de todo un fenómeno que lleva décadas experimentándose y perfeccionándose: La Inteligencia Artificial. Múltiples han sido las lecturas que la sociedad ha hecho sobre estos avances técnicos, y las expresiones culturales de los mismos, dan una mirada del cómo es que el mundo -entendiendo al mundo en este sentido, como un grueso cultural apartado de la tecnocracia y, por ende, ignorante de las verdaderas funcionalidades técnicas de un avance tecno-científico- se enfrenta a los demonios instrumentales (y que instrumentalizan) que son las nuevas tecnologías de la información, que generan profundos cambios culturales e históricos.

Desde Hal de Odisea 2001, pasando por los arquetipos tecno-científicos de William Gibson, con Neuromante, o los androides de Phillip K. Dick, sin olvidar múltiples refinamientos que han surgido con el paso de las décadas, a través de las miradas de filmes como Ghost in the Shell, Ergo Proxy o Psycho Pass, pasando por Her y Ex Machina, las interpretaciones que se le dan a inteligencias diferentes a la humana, han sido diversas, algunas más benevolentes que otras.

Sin lugar a dudas, la Inteligencia Artificial es un tema que fascina, en buena medida debido al desconocimiento y misterio que hay con relación al tema, y la pregunta cultural y filosófica que surge sobre estos avances, una vez más tiene como referente a un sistema axiológico humano, dado a trazar fronteras morales entre conceptos y temporalidades, mismas fronteras que, mientras son vigentes, dan un formato claro sobre el caminar histórico de la humanidad en un sentido hegemónico, pero que cuando se difuminan, ya sea por una liquidez cultural, que autoaniquila desde dentro al oficialismo práctico y teórico, o por la formación de una fuerza opuesta emanada de las sombras de la cultura barbárica, fundada en una redención de las culturas vencidas -en una lógica fundada por el pensador Walter Benjamin-, esta pregunta es ¿En qué momento termina la técnica/máquina/avances tecno-científicos/inteligencias artificiales y comienza el ser humano?
La respuesta a la anterior pregunta no es única, y Philip K. Dick ofrecía una interesante lectura sobre este tema con su novela “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”, adaptada a la gran pantalla con la película Blade Runner. Esta pregunta, que podría ser vista como una acotada a un tema específico, no es más que una de las máscaras de la pregunta que ha marcado al momento histórico desde la modernidad ¿En qué momento termina el instrumento y comienza el ser humano? René Descartes y Galileo dieron un inicio simbólico a la tiranía antropocéntrica que la técnica y la formación histórica de las sociedades trazaba. La instrumentalización del ser humano fue un tema recurrente entre la propia escuela de Frankfurt, y su tradición marxista los hizo fundar la idea dialéctica de la ilustración (Adorno y Horkheimer) llegando así, a un boceto de respuesta: El ser humano instrumentaliza y es instrumentalizado, esto ofrece un marco teórico a la explicación del porqué del Holocausto, y yo, como autor, igualmente traslado elementos de este marco teórico para proponer que no solo el fascismo, sino las democracias liberales, siendo ambas parte de un momento histórico coproducido, tiene en esta instrumentalización, la razón de ser de las dos bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki.

Las inteligencias artificiales , en sus marcos teóricos actuales, no superan la lógica instrumental, sino que la engrosan, al constantemente ser alimentadas de información que los seres humanos introducen en sus motores de aprendizaje, estas I.A. conceptualmente nos instrumentalizan como sus operadores/usuarios, generando con esto que no sean estas I.A. una extensión de las facultades humanas, sino que, al generar una dependencia unidireccional de nosotros a ellas, terminamos por ser una extensión de las I.A. lo que nos convierte en elementos caducos y prescindibles.

¿En el retorno al mito?

La sociedad de la información, del conocimiento, o la aldea global, son categóricos propuestos por pensadores de la segunda mitad del siglo XX, que han pronosticado a la información como potencia de cambio y principal objeto/símbolo fetiche y con valor. Marshall McLuhan y Jean-François Lyotard, establecieron, en diferentes espacialidades y temporalidades, las condiciones que estaban definiendo al momento humano posmoderno, uno cuya tendencia era cada vez más acelerada y multi-narrativa, sin cabida teórica para las grandes narrativas o metanarrativas. Esta aceleración de la sociedad y sus dinámicas históricas era tal, que McLuhan propuso a la luz como forma de información esencial, un elemento que viaja a una velocidad inapreciable para los sentidos humanos desnudos, pero completamente perceptible para sus extensiones técnicas (computadores, teléfonos, celulares, satélites, etcétera).

La Inteligencia Artificial parece ser un cambio de narrativa y velocidad visible, aunque no un cambio histórico en esencia, en tanto está dentro de la maquinaria hegemónica. Asimismo, en la lógica de la dialéctica instrumental, el desbordamiento de las I.A. por la sociedad de masas no implica una democratización de la técnica, de la misma forma en que el internet o las redes sociales no implicaron una democratización del conocimiento, sino una aceleración de las prácticas que generan valor en una sociedad que capitaliza la información, misma que posteriormente es utilizada para crear segmentos sociales, raciales, religiosos, electorales, políticos, generacionales, económicos, en otras palabras, para generar segmentos de consumo y así continuar un delineamiento del sujeto político ideal: Uno pasivo.

El capitalismo tardío, podría estar entrando en una etapa hiperacelerada, y nuevamente, los entes socioculturales más preparados para adaptarse a la nueva velocidad y capitalizar económica y políticamente las nuevas tecnologías y avances de la información, son los corporativos y conglomerados empresariales que, de forma astuta, saben leer los momentos de cambio de mejor manera y más a tiempo, que las arcaicas y perezosas burocracias políticas, de esta forma, y siendo estos entes los productores de estas mismas tecnologías y dinámicas, la única posibilidad histórica, con sujetos despolitizados y pasivos como ciudadanos, es la que marque quienes se encuentran en las élites económicas y políticas, en otras palabras, se suprime a la historia y cambio en un sentido dialéctico, al narcotizar y capitalizar los avances humanos, y desmembrando en segmentos consumistas, a las fuerzas sociales políticas.

Los entes empresariales y corporativos, se entienden y entienden al mundo como oportunidades en el mercado, sin tener en su profundidad ontológica (el ser del mercado) un real impulso ético, es así como la llegada de avances técnicos que economicen y reduzcan procesos y costos, para dinamizar su realidad, implica un directo y profundo cambio en las fuerzas laborales y -al estar enmarcados en un momento humano capitalista- de la sociedad y cultura misma.

La llegada de las Inteligencias Artificiales de fácil acceso y uso, implican la salida de operadores y generadores humanos de información, incompetentes en su individualidad frente a un ente técnico alimentado por millones de otros seres humanos, bien es cierto que una I.A. aún depende, en lo esencial, del ser humano, sin embargo, un proceso de tres pasos, llevado a cabo por tres tecnócratas/especialistas diferentes, puede ser reducido a un proceso de un solo paso, con un solo tecnócrata (¿Esta puede ser la venganza de la tecnocracia e hiperespecialización de los sujetos?), lo anterior ahorra para estos entes, recursos en un sentido amplio.

Si la mecanización en serie en un primer momento fordista, y la robotización en un segundo momento industrial, implicaron la extinción de ciertos empleos y la generación de otros más especializados, la llegada de la Inteligencia Artificial al grueso social, podría significar una extravagante síntesis de especialización y erudición, pues una misma persona podría programar, redactar, generar campañas publicitarias, guiones, sin necesariamente tener el conocimiento personal para hacer todo eso, pues solo se limita a dar instrucciones.

La llegada de la Inteligencia Artificial a los lugares de trabajo, tiene una entrada en una Sociedad de la Información que le permite ser, y esto tendrá implicaciones profundas que aún no se manifiestan, pues en este primer momento de frenesí, la verdadera teorización y lectura del fenómeno, aún no llega, no obstante, ya podemos vislumbrar que estos instrumentos están construyendo nuevos paradigmas y extinguen ciertas formas de creatividad, elemento humano y humanizante.

La humanidad no estaba preparada para la llegada de este tipo de Inteligencias Artificiales, sin embargo, el arribo y su penetración es ya inevitable, las preguntas que hoy surgen pueden ser ¿Está el mercado laboral preparado para soportar el impacto de las I.A.?, ¿Qué parámetros éticos utilizan las I.A. para regular sus procesos y respuestas?, la ética es un ejercicio humano, ¿Podemos hablar de ética en las I.A. programadas para aprender de forma aparentemente infinita y así formular una “ética” artificial?, ¿Cómo podrían ser utilizadas las I.A. como instrumentos de poder?, ¿Estas I.A. están alineadas a cánones morales específicos?, ¿Una I.A. realmente es un instrumento para la libertad, o al contrario, es un aparato coercitivo?, ¿Qué nuevas desigualdades se pueden generar con estos avances?, ¿Se debe de reformular el concepto de plagio y propiedad intelectual con el arribo de las I.A.?

Todo lo anterior puede devenir en una pregunta más general, como humanidad no especializada en estas tecnologías y programas ¿Qué sabemos sobre las Inteligencias Artificiales? La respuesta es clara: No lo suficiente.

El mito, de acuerdo a mitólogos y antropólogos como Joseph Campbell o James Frazer, podría ser definido, sin esto significar que se agota el concepto, como una forma que el ser humano, entregado a las fuerzas incomprensibles de la naturaleza, encuentra para explicar los acontecimientos del mundo mediante la generación de arquetipos y narrativas, el mito tiene su fin aparente, en el principio de la causalidad universal, y en la comprensión natural y científica de los fenómenos y noúmenos. En un sentido ilustrado, alineado al método científico, la “humanidad” (sea lo que sea que este concepto universal signifique), ha superado al mito al saber que las cosas tienen un principio y fin orgánico, sujeto a leyes que entendemos, es aquí donde hago una reflexión, si no entendemos a la Inteligencia Artificial, ni sus principios, origen y posible destino sujeto a leyes, ¿Podemos hablar de un retorno al mito? Esta pregunta no se limita a las I.A. sino a nuestro mundo inmediato, ¿Qué tanto conocemos sobre el mundo artificial que nos circunda?, ¿No estamos retornando al mito al dar a la realidad artificial y digital por dada, como algo apriorístico y no construido material y simbólicamente?

¿Qué es hoy la verdad?

La historia de la humanidad, ha estado llena de historias de búsquedas particulares de la verdad que se universalizan, la humanidad, desde su nacimiento con la interpretación que le ha dado al mundo, a través de la magia en una primera instancia, pero posteriormente con del mito, religión y finalmente de la ciencia, se ha desenvuelto de forma constante, siempre buscando una genealogía apriorística u orgánica la razón de ser del mundo, así, la verdad es contingente al momento histórico y, en buena medida, subordinada al estado de refinamiento de las técnicas de experimentación del mundo, ya sea que estas se encuentren dentro del paradigma científico, o que estas sean técnicas “alternativas” invalidadas por el momento metodológico de la investigación y del rigor científico.

Una constante -hasta el momento de la penetración sociocultural del ciberespacio en la cotidianidad-, es el fundamento material de la realidad para la producción/invención/representación de verdades, incluso cuando se habla del espíritu, de las ideas, o de la inmanencia, estos conceptos tienen una correlación dialéctica con la materialidad, pero tras la llegada del ciberespacio, el ser ya no se encuentra limitado por la experiencia tridimensional de la realidad, y en cierto sentido, superar las leyes físicas cartesianas, (de la misma forma en que la física habla de una física cuántica, no representable por la física clásica, con el ciberespacio tal vez podemos hablar de seres cuánticos, al menos simbólicamente). Con la llegada del ciberespacio, en conjunto con la dilución de un sistema axiológico, hemos abandonado el territorio de la representación, para entrar en el de la simulación, y así imponer al signo vacío como modelo de la realidad.

No han sido escasas las fotografías generadas con Inteligencia Artificial que han confundido a internautas, al hacer creer que estas mismas son verdaderas, es cierto que este fenómeno, llamado por muchos “posverdad”, no es propio de las Inteligencias Artificiales, ni exclusiva de los formatos gráficos, pero lo que hace diferente a este momento delineado por la I.A., es que si antes la creación de realidades simuladas podía estar contenida en sujetos que tenían el conocimiento técnico para producirla, hoy en día, esta se “liberaliza” para cualquiera con a acceso a una I.A., esto significa que la realidad y su sustento entran en un nuevo territorio de vulnerabilidad, que continuará expandiéndose en tanto no existan mecanismos que regulen a estos avances.

La introducción de la Inteligencia Artificial a la cultura, es un imperativo para replantear conceptos que se daban por supuestos, con divisiones conceptuales bien definidas, que hoy, se difuminan en el marchar progresivo de la realidad, y de su invasión a territorios fronterizos no explorados antes.

Regulación VS liberación VS suspensión

Lejos ha quedado esa época en donde se podía realizar una división tajante entre la realidad y la digitalidad, esa antigua frontera subordinaba lo digital a lo real/material, en un sentido cartesiano, la extensión de los cuerpos y su mecanicismo envuelto en una temporalidad y espacialidad, seguía siendo el motor de lo real, y, por tanto, de la historia, la digitalidad entonces, al no estar plenamente definida por este método científico, pasaba a ser una extensión de la realidad, en la virtualidad, sin que esto significara que lo digital tendría implicaciones directas en lo real, sino, que lo digital, sería tan solo, una consecuencia de lo real, hoy en día esta relación de subordinación, parece cuestionarse, al vivir en un mundo donde en ocasiones, lo digital precede a lo real, y retomando a Baudrillard, es la representación, y no lo real, lo que actualmente en ocasiones toma el lugar de lo real, en otras palabras, la simulación de lo real, ha pasado a tomar el lugar de lo real.

Es debido a lo anterior, que en una sociedad inmersa en los nodos de información, cualquier revolución digital tiene implicaciones profundas en lo real, y un cambio narrativo en la virtualidad, tendrá su reflejo directo en lo material. Las Inteligencias Artificiales que hoy han modificado, a través de la hiperaceleración, los procesos de trabajo propios de la globalización y de las sociedades de la información, han despertado fuerzas políticas adormecidas, me refiero a las fuerzas laborales que alimentan al mercado de la información con su trabajo.

Existe, actualmente, toda una fuerza laboral que, paradójicamente, está desmembrada y desarticulada de cualquier posibilidad de agremiación o sindicalización, debido a la propia naturaleza individualista de la información -pues la información es la masificación de los datos, el conocimiento, por otro lado, demanda de debate e intersubjetividad, de relaciones sociales y políticas, de ahí que diversos pensadores consideren que en un capitalismo neoliberal que tiene como unidad base al individualismo aislacionista, la posibilidad de trascender de sociedades de la información, a las sociedades del conocimiento, sean casi nulas-, lo cual deriva en una desprotección y vulnerabilidad por parte de las fuerzas laborales enjambre de esta etapa histórica. Estas fuerzas laborales son una parte orgánica de la posmodernidad, en la que esos sujetos ciudadanos globales, viven y trabajan sin una conexión real con el todo, especializados y digitales, laboran como creadores de contenido, diseñadores, mercadólogos, programadores, managers digitales, administradores, etcétera.

La pandemia producida por el SARS-CoV-2, fue un fenómeno global que le dio el impulso necesario al teletrabajo, un periodo en el que existió una migración masiva de burócratas de oficina hacia la casa, convirtiéndose en burócratas domésticos, las bondades que trajo el teletrabajo en diversos casos, serán balanceadas por el capital con la desvinculación laboral y política. Ante fenómenos culturales de alto impacto como lo es la Inteligencia Artificial, la cual vino a abrir un debate en torno al futuro del trabajo digital, pues la duda latente es si estas nuevas tecnologías, provocarán un desplazamiento y extinción masiva de puestos laborales, los trabajadores digitales solo se tienen a sí mismos, sin una organización política/sindical que pueda articularse para exponer los dilemas, y entrar en un periodo de negociaciones que beneficie a los trabajadores, el teletrabajo, hoy demuestra ser el fin del sindicalismo, y la desprotección de los trabajadores.

Ante el debate y posible reforma laboral que supone la llegada masiva de las I.A. en un momento laboral donde la norma es la carencia de contratos dignos y seguridad sociales, algunas preguntas resaltan y cuestionan a eso que se conceptualiza como progreso: ¿Quién se va a ir a huelga?, ¿Quién va a exigir sus derechos?, ante la posibilidad de un paulatino, pero pronunciado cambio del panorama laboral, en el que las personas se hacen aún más prescindibles ¿Quién va a exigir protección, sin contratos laborales, desde su propia casa, desarticulado política y laboralmente de otros?

La llegada de las I.A. golpea en un primer momento a una clase media y joven, cuya actividad laboral no es material, sino digital, en este sentido, podríamos vislumbrar una nueva crisis para este sector generacional y socioeconómico, ¿Está el mercado laboral listo para soportar este cambio?, o tal vez la pregunta debería ser, ¿Están preparados los Estados para sostener una posible ola de desempleo futura?

Las anteriores no fueron las razones que llevaron a diversas voces del campo científico y empresarial a firmar una carta que solicitaba detener, durante algunos meses, las pruebas abiertas con el ChatGPT, pues en su entendimiento, esta I.A. podría tener efectos muy negativos en la humanidad, a pesar de que esta propuesta está fundada en un miedo legítimo, es difícil concebir que empresarios como Elon Musk o Steve Wozniak estén genuinamente interesados por la libertad y bienestar humanos, más que por beneficios de mercado, no obstante, esta carta monta un precedente acerca de la urgencia de regular estos avances, (es curioso mirar como representantes del capital y del mercado solicitan medidas regulatorias cuando no se están beneficiando del momento socioeconómico). La regulación de la Inteligencia Artificial, viene a sumarse a otros temas que urgen de ser regulados en el entorno digital, pues su carencia de normativas, los convierten en potenciales herramientas/fuerzas coercitivas, y generadoras de nuevas desigualdades, aun con esta urgencia, se puede formular otra pregunta ¿Cómo es posible legislar con formatos y procedimientos burocráticos tradicionales, a una realidad hiperacelerada y diariamente cambiante?

El debate liberación vs regulación, es un debate neoclásico trasladado al ciberespacio, ¿Qué significaría una liberación de estas tecnologías? vs ¿Qué implicaría una regulación y desde dónde se regularía?, sin duda alguna, este es un tema nada sencillo de abordarse, pues existen argumentos fuertes para apoyar cualquiera de las posturas, no obstante, la I.A. al estar moviendo tantas fuerzas sociales y políticas, es un tema que debe de abordarse desde el debate crítico y maquetar posibles respuestas a preguntas tan sensibles como: ¿Qué sucederá con los centros educativos?, ¿Están preparados para sostener este avance técnico que es y será utilizado por el alumnado?, ¿Los productos de esta tecnología están al margen o fuera de los límites de la propiedad intelectual?, ¿Qué profundas reestructuraciones sufrirá el mercado laboral?

En el umbral de la transición

¿Qué puede ser histórico cuando en la posmodernidad diariamente acontecen sucesos históricos? En una realidad de este tipo, cuestiones que hace siglos habrían iniciado revoluciones, hoy se entienden como sucesos tendencia, en otras palabras, intrascendentes. Las Inteligencias Artificiales hoy están revestidas con el velo de “la tendencia”, una tendencia por su propia naturaleza gaseosa, está destinada a ser olvidada al comienzo de las siguientes, en este sentido, el tema coyuntural que significan hoy las I.A. pasará a ser parte de la basura informática y ciberespacial el día de mañana, sin embargo, como sociedad, experimentaremos sus efectos paulatinos y agudos en todas las dimensiones de nuestra vida. La tendencia avasallante narcotiza y adormece la capacidad de reacción política, y el debate es intercambiado por la opinión líquida. La Inteligencia Artificial, en su derramamiento cultural, tendrá implicaciones reales y profundas, (¿Podríamos hablar de un cambio de etapa productiva?), sin embargo, aún estamos en el inicio de la misma, atravesando el umbral hacia una siguiente realidad, ni siquiera teorizando, sino soñando con posibilidades de futuro. Lejos se encuentran las I.A. de tener consciencia, tal como la ciencia ficción nos las introduce, pero estamos muy cercanos a las consciencias que actualmente orquestan este cambio de paradigma sociocultural masivo, y el rol de las Humanidades y Ciencias Sociales, es seguir estos cambios de cerca, para cuestionar dogmas, criticar paradigmas, proponer alternativas y revolucionar realidades.

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Fuente:

 
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