viernes, 5 de marzo de 2021

PEDAGOGÍA DIALÉCTICA DE LO CONCRETO

Las escuelas, colegios y universidades en Colombia son cárceles, abarrotadas de reclusos inocentes y guardias licenciados que no se reconocen

Por Pablo Nariño 

«Necesitamos otra educación para otra sociedad y otra sociedad para otra educación.» K. Marx

Las escuelas, colegios y universidades en Colombia son cárceles, abarrotadas de reclusos inocentes y guardias licenciados que no se reconocen, se olvidaron ahogados en competencias, estándares y currículos que son duplicado de dictados foráneos, construidos en medio de bostezos burocráticos.

Una elite tecnócrata, inserta en ministerios, no cambian la educación y cercenan la posibilidad para que sea transfigurada, perpetuando de esta manera los verdaderos propósitos encubiertos en medio de ostentosos calificativos, como aquel por ejemplo de la “Revolución Educativa” del MEN [1], mientras se pavonean ante las pantallas y micrófonos como “preocupados” actores de la educación.

No deja de ser mordaz que Colombia se encuentre en los últimos lugares a escala mundial en cuanto a calidad educativa, incluso hasta en los estudios de organismos neoliberales tipo PISA realizado por la OCDE a nivel global.[2]

A esto se suma la situación real de la mayoría de colegios públicos y privados que existen en la periferia y en los barrios populares de muchos países del continente, situación de violencia social, miseria, desinterés y conflictos diversos que convierten a la escuela en un ataviado espacio de reclusión, hacinamiento y desesperanza, con enormes índices de deserción y un ultrajante número de niños y jóvenes que quedan por fuera de los sistemas nacionales de educación. La problemática se ahonda si tenemos en cuenta por el otro lado la baja calidad de vida de los maestros, la inseguridad laboral y la coerción soterrada al pensamiento libre y crítico.

Pedagogos vueltos funcionarios, sofocados obreros de proyectos y “modelos” educativos, construidos a partir de los despojos de “experiencias insustanciales”, o de la trivialización de propuestas fundamentales, haciendo de la educación en Colombia y los países de la periferia, el eterno circulo acariciado que se vuelve vicioso, produciendo una educación cautiva de las repeticiones.

Por su parte, la educación popular y la revolucionaria, parecen renunciar cada vez más a su obligatorio carácter científico, y se diluyen en gran medida en el colorido espectáculo del recreacionismo, del aprender jugando, de la reproducción de estructuras conceptuales estáticas y en el dogma localista y coyuntural, que les hace perder de vista el enorme desafío inscrito en su origen, cual es, el de construir el sujeto que desde la práctica revolucionaria presente anuncie el futuro, confronte y supere al capitalismo agonizante pero campante.

Por otro lado, está la banca internacional y sus asesores devenidos en pedagogos que deciden una enseñanza global desde las necesidades del mercado “autorregulado”; una enseñanza para la catalaxia; [3]haciendo de los estudiantes individuos lo suficientemente peligrosos entre sí, como para ser competentes en la sociedad de la incompetencia y la miseria.

Los cabecillas del mercado regulan a la humanidad para que la humanidad no regule el mercado, son auto privilegiados, estatus logrado desde el filo de la sangre, el corte de franela y la motosierra; y para ello diseñan sujetos encadenados; los ministerios de educación los fabrican a través de resoluciones, y las llamadas instituciones educativas los procesan a través de la aplicación de estándares educativos y competencias.

Pero si en décadas atrás podíamos afirmar que en países como Colombia y otros del continente americano, se perseguía desde la educación el generar mano de obra barata, hoy podemos aseverar, que las siempre insuficientes escuelas, colegios y universidades, y obviamente los medios masivos de comunicación, cuentan con un objetivo puntual; producir individuos adaptados a la exclusión, formados no para el trabajo sino para un mundo sin él, predominantemente improductivo y precariamente humano.

En esa dirección el aparato educativo pasa de ser solo un mecanismo cultural para la producción de oprimidos, adaptados a las condiciones económicas, políticas y culturales de la producción asalariada, tal y como lo planteara P. Freire; a un sofisticado dispositivo que reproduce suprimidos, adaptados a una realidad económica en la que el salario y el trabajo paulatinamente se disipan, en relación directamente proposicional al paradójico fenómeno en el que el desarrollo exponencial de los medios de trabajo es confinado en los constreñidos espacios de la financiarización de la economía.

Hablamos entonces de una formación que no corresponde al desarrollo actual de los medios de producción, en consecuencia, gran parte de los modelos educativos y por su puesto sus fundamentos pedagógicos, no expresan una cualificación de la educación y la pedagogía; sino el triunfo de la lógica de mercado vuelta dogma científico.

Como lo hemos visto la educación institucional se circunscribe en la actualidad a reproducir la crisis sistémica y a “formar” individuos para adaptarse a ella, lo que en la realidad actual descrita quiere decir individuos aptos para un mundo sin trabajo, en estado de guerra perpetua, crisis ambiental y miseria desbordantes.

Estudiantes y maestros, aun no se reconocen en la idéntica miseria, aunque juntos, concurren al rito en el que se les hace creer que aprenden o que enseñan, pero que realmente encarna la danza macabra, en que se modulan letanías en tributo al propósito último del mercado en el escenario de la educación: saber hacer en contexto. Una y otra vez, se inocula y gradúa a los nuevos suprimidos en el arte de olvidar, de omitir, de adaptarse; de claudicar.

Es urgente que la reflexión pedagógica se materialice en propuestas concretas que asuman el desafío de revertir la realidad mundial desde formulaciones pedagógicas y dialécticas al servicio de los seres humanos. El actual salto tecnológico significa posibilidades revolucionarias para la educación, y ello obliga a cualificar los propósitos formativos, actualizar y adecuar los instrumentos de conocimiento, para fortalecer y enriquecer operaciones intelectuales, habilidades y valores humanistas, lo cual implica, articular una pedagogía de la liberación, al empeño por una liberación de la pedagogía, y la superación de su actual subordinación a las denigrantes necesidades del capital especulativo.

Prologo del libro “Pedagogía Dialéctica de lo Concreto”, próximo a publicarse.
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[1] Ministerio de Educación Nacional

[2] Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes. (Programme for International Student Assessment)

[3] Orden espontaneo de las operaciones producidas por el mercado “autorregulado”.
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Fuente>:

LOS NEANDERTALES HABLABAN COMO NOSOTROS

Los neandertales disponían de la capacidad auditiva y fonética necesaria para procesar y producir el habla humana

Pablo Javier Piacente

Un nuevo estudio demuestra que los neandertales disponían de la capacidad auditiva y fonética necesaria para procesar y producir el habla humana, tal como hoy la conocemos.

Los neandertales tenían la capacidad de percibir y producir el habla humana, según una investigación realizada en la Universidad de Binghamton. Los investigadores se basaron en tomografías computarizadas de alta resolución, para crear modelos virtuales en 3D de las estructuras del oído en Homo sapiens y neandertales. Los resultados son sólidos y se sustentan en evidencia fósil para estudiar la evolución del lenguaje.

No es casual que los denominemos como nuestros “primos”: los neandertales son el antepasado más cercano de los humanos modernos. De acuerdo a diferentes estudios paleogenéticos, existió un origen común para los humanos y los neandertales, como así también hibridaciones entre ambas especies en Próximo Oriente y Europa occidental. ¿Qué nos diferenciaba de nuestros parientes?

Por ejemplo, los neandertales disponían de una anatomía más robusta, incluyendo tórax y cadera anchos y la presencia de extremidades cortas. Contaban con una capacidad craneal media más grande que el ser humano actual, en tanto que estos homínidos se caracterizaban por la ausencia de mentón. Utilizaban herramientas líticas y eran omnívoros, explotando una amplia variedad de recursos.

Aunque distintos estudios anatómicos y genéticos previos ya indicaban la posibilidad de un sistema de lenguaje articulado en los neandertales, la cuestión ha suscitado múltiples polémicas durante un largo tiempo. Ahora, la nueva investigación realizada en la universidad estadounidense parece haber concluido la discusión: nuestros antepasados disponían de la capacidad necesaria para comprender y generar el habla en su concepción actual.


Similitudes con el Homo sapiens

De acuerdo a un comunicado, el trabajo realizado por un equipo internacional de investigadores se basó en los restos hallados en excavaciones efectuadas en los yacimientos de Atapuerca, ubicados en la provincia española de Burgos. El objetivo ha sido intentar reconstruir cómo escuchaban los neandertales, para de esta forma poder profundizar en su sistema de comunicación.

Como se había indicado previamente, se crearon modelos virtuales en 3D de las estructuras del oído en los neandertales, para compararlas con las del Homo sapiens. Posteriormente, esa información se analizó con un software orientado al campo de la bioingeniería auditiva, según se indica en una reciente publicación en la revista Nature Ecology & Evolution.

Dicha herramienta tecnológica permite estimar las capacidades auditivas hasta 5 kilohercios (kHz), una medida que incluye a la mayor parte del rango de frecuencia sonora relacionada con el habla humana contemporánea. En los estudios, los neandertales mostraron una audición ubicada entre 4 y 5 kHz, asemejándose claramente a los humanos modernos.

Al mismo tiempo, los científicos midieron la sensibilidad y riqueza de señales acústicas en los neandertales, una característica crucial en cualquier sistema de comunicación. Hallaron nuevamente notables similitudes con el ser humano contemporáneo, algo que demuestra su eficiencia comunicacional: eran capaces de producir mensajes claros en el menor tiempo posible.

Las consonantes son la clave

Por si esto fuera poco, los expertos descubrieron que el habla neandertal probablemente incluía un mayor uso de consonantes. Esta característica es fundamental, ya que refleja la existencia de un sistema comunicacional más rico y complejo, como así también el desarrollo de capacidades lingüísticas avanzadas.

Las consonantes suman información al sonido vocal, y también marcan una diferencia clave con los sistemas de comunicación empleados por otros primates. Para los investigadores, esta característica y la riqueza de señales acústicas terminan por comprobar la hipótesis: el habla neandertal y la humana pueden compararse.

Por último, la capacidad hallada en los neandertales para producir sonidos similares al habla humana va en paralelo con la evidencia arqueológica que indica el dominio de herramientas y prácticas más complejas. Esto demuestra que existió un desarrollo conjunto con el Homo sapiens, por lo menos hasta un momento determinado.
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Referencia
Neanderthals and Homo sapiens had similar auditory and speech capacities. Conde-Valverde, M., Martínez, I., Quam, R.M. et al. Nature Ecology & Evolution (2021).DOI:https://doi.org/10.1038/s41559-021-01391-6

Foto: 12019 en Unsplash.

Video y podcast: editados por Pablo Javier Piacente en base a elementos y fuentes libres de derechos de autor.
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Fuente:

 
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