La educación en Finlandia. Los secretos de un éxito asombroso.
Cada alumno es importante.
Por: Paul Robert.
Director del Colegio Nelson Mandela, de Clarensac, Gard, Francia.
Traducción: Manuel Valdivia Rodríguez.
Resumen: Alejandro García del Castillo.
Los resultados del primer estudio PISA (Program for International Student Assessment), llevado a cabo en 2000, fueron recibidos en Finlandia con satisfacción y sorpresa. Los finlandeses habían emprendido desde hace 30 años profundas reformas en su sistema educativo.
Aureolada de prestigio por sus resultados en las evaluaciones internacionales PISA, 14 países desde Noruega a Turquía viajaron motivados por el deseo de comprender las razones del asombroso éxito conseguido por lo alumnos finlandeses. El programa europeo Arion, me permitió hacer una visita de estudio en ese país. Al descubrir poco a poco la profunda originalidad del sistema finlandés, todos concebimos una verdadera admiración y el deseo de importar alguno de sus secretos a nuestros países respectivos.
EL SISTEMA EDUCATIVO, LOS COLEGIOS.
Finlandia ha hecho del desarrollo de la persona humana, en todos sus componentes, la finalidad fundamental de la educación. Es esto lo que hace que todo educando experimente el sentimiento de tener un lugar, de poder ser él mismo y de desarrollarse libremente. Cada uno puede alcanzar la plena medida de sus capacidades.
Una reivindicación de los valores morales y paralelamente una gran tolerancia. Nada asfixiante ni obligatorio en la ética finlandesa, por objetivo la expansión de la persona.
Cada alumno es importante.
¿Qué es necesario poner en el centro del sistema, el alumno o los conocimientos? Finlandia eligió sin discusión la primera alternativa: el alumno.
Un profundo análisis de las necesidades reales de cada alumno es lo que está detrás del asombroso éxito del sistema.
Un alumno feliz, bien desarrollado, libre de progresar a su ritmo, adquirirá más fácilmente los conocimientos fundamentales.
Finlandia respeta profundamente los conocimientos, pero respeta aún más a los individuos que están en proceso de adquirirlos. La fórmula resume esta filosofía: “Cada alumno es importante”.
El sistema finlandés aspira a ayudar a cada alumno a llegar a ser una persona plenamente responsable y capaz de tomar parte, con total consciencia, en la sociedad, sin dejar de ser, jamás él mismo.
Los valores morales que los finlandeses promueven están tejidos en lo más íntimo del ser: la honestidad, la lealtad, la confianza, una sociedad de individuos que pueden ser plenamente ellos mismos en un marco de respeto al otro.
Un medio ambiente cálido y acogedor.
El alumno debe sentirse en la escuela “como en su casa”. Toda divergencia entre la escuela y la casa debe ser borrada en la medida de lo posible.
Los alumnos descansan en pasillos de colores cálidos y a menudo decorados por trabajos de ellos mismos.
Uno de los criterios que el Colegio enfatiza es el sentimiento que tienen los propios alumnos de poder ser ellos mismos en toda circunstancia.
Relajación (incluso de indumentaria) y libertad de movimientos de los alumnos lo que por otra parte no excluye, una sorprendente autodisciplina.
Esta atmósfera familiar es aún más notoria en el jardín de niños. El número de adultos allí es el suficiente para garantizar una estrecha relación con cada niño.
Es tomado en cuenta el ritmo de las actividades, para evitar cualquier tensión innecesaria a los niños.
En sí, el nivel de ansiedad relacionado con el aprendizaje de matemáticas –en Finlandia- aparece claramente como más bajo que en los otros países.
Trato personalizado.
El número de alumnos en un colegio 400 a 500 crea una atmósfera de proximidad y permite al tutor o al director conocer personalmente a todos sus alumnos.
Durante la educación básica -de 7 a 13 años- el número de alumnos por clase no debe sobrepasar de 25.
Ritmos de aprendizaje adaptados a los niños.
En el jardín de niños (de 1 a 6 años) y en la educación preescolar (de 6 a 7 años) se pretende sobre todo despertar las aptitudes de los niños, sus habilidades, su curiosidad.
Los niños trabajan solamente durante la mañana, siempre de manera muy atractiva. La tarde es reservada al juego.
Los aprendizajes iniciales se logran sin tensión y sin presiones, con la preocupación constante de estimular, de motivar, de mantenerse en estado de escucha.
Disciplinas en jardín de niños: música, deporte, actividades manuales o artísticas, lengua materna, matemáticas.
A partir de 7 años los niños comienzan normalmente el aprendizaje de la lectura. Si un niño muestra disposiciones particulares, se le dará la oportunidad de aprender a leer precozmente (6 años). En cambio, y estando de acuerdo con los padres los profesores pueden dejar a un niño hasta los 8 años en el jardín sin todo indica que no está listo para la lectura.
Después de los 7 años se organizan grupos de apoyo para los alumnos que muestran tener dificultades en una u otra materia.
La jornada de trabajo se organiza cuidando respetar los ritmos biológicos del niño hasta los 16 años, las sesiones se limitan a 45 minutos y se entrecruzan con periodos de descanso de 15 minutos durante los cuales los alumnos pueden caminar libres por los pasillos, hablar tranquilamente en las salas de descanso, jugar o utilizar las computadoras puestas a su disposición.
Los alumnos comienzan el aprendizaje del inglés a los 9 años; a los 11 pueden elegir otra lengua.
El total de las sesiones semanales no debe exceder de 30 en todos los niveles del Colegio.
La jornada escolar puede terminar así a las 2 ó 3 pm comenzando a las 8 am.
Cada uno puede progresar a su ritmo.
Los alumnos invierten poco tiempo en las tareas que se llevan a casa.
Una detección precoz de las desventajas y desordenes del aprendizaje.
Desde el jardín de niños, los alumnos son sometidos a una serie de pruebas. Los que muestran mayores desventajas pasarán al primer grado de escuela primaria en clases especializadas que serán llevadas a cabo con 5 alumnos por clase, con profesores formados a tal efecto.
Instalaciones.
En una clase las paredes están cubiertas con estantes de libros; no hay una sala que no tenga su retroproyector, su computadora, su TV y su lector de DVD.
Los profesores finlandeses gozan de condiciones materiales de trabajo particularmente favorables.
La evaluación como una palanca del cambio.
Uno de los puntos importantes es la obligación para todos los establecimientos escolares de proceder a evaluaciones regulares de su funcionamiento y de sus resultados.
Esta práctica revela la concepción finlandesa de la educación como servicio a sus familias. Aparece en Finlandia como una manera sana y eficaz de impulsar el sistema en función de las necesidades y de los que sienten los principales interesados.
Sistema caracterizando por un alto grado de organización y flexibilidad.
PROFESORES.
Sirkky Pyy, profesora de inglés in Finlandia dice: “El profesor no está allí para hacerlo todo: él organiza, ayuda a los alumnos a aprender”.
Maestros: Una profesión valorada
La profesión docente goza de un prestigio real en la sociedad de Finlandia. Esto no tiene que ver con la remuneración – que se acerca al promedio de los países de la OCDE – sino con la importancia que otorga el país a su educación y al sentimiento ampliamente extendido de que los docentes son expertos en su dominio y que ellos se consagran con todo su corazón a su tarea.
A la pregunta ¿Por qué ha elegido usted esta carrera?, la respuesta que aparece más a menudo en las encuestas a las que se somete a los aspirantes a la docencia es: “Porque quiero a los niños”.
Los profesores finlandeses están ampliamente inclinados hacia la comprensión de los niños y sus necesidades, y sienten que se encuentran al servicio de la infancia más que al servicio de una materia.
Una selección exigente del personal.
La selección considera no sólo las competencias disciplinares y teóricas sino toma en cuenta también el concepto que ellos se han formado sobre su oficio y el conocimiento que tienen conocimiento de la infancia.
Los profesores de la educación fundamental deben haber tenido ya experiencia durante 3 años.
Los postulantes son sometidos enseguida, durante dos días, a una serie de pruebas y entrevistas. Una de
estas pruebas es un “test de grupo” durante el cual los candidatos formando grupos de 6, deben discutir
frente a observadores sobre un asunto referido a educación que les es propuesto.
Una formación continua claramente determinada.
Los profesores participan regularmente en acciones de formación continua. Los directores de los establecimientos pueden estimularlos a hacerlo. Esto no se consigue en un régimen de obligación sino mediante la negociación y el diálogo. Ellos se involucran profundamente en un oficio que aman y que los motiva, pues se sienten libres para desarrollar su propia manera de enseñar.
Una completa libertad pedagógica.
Los profesores mostraban un grado impresionante de satisfacción respecto a su trabajo. No eran profesores amargados, decepcionados desengañados; por el contrario, eran profesores felices.
Una vez que han pasado el trance de la formación y reclutamiento, los profesores gozan de una libertad pedagógica total y de un margen amplio de autonomía y de iniciativa: y seguramente es ése el componente esencial de su motivación.
un profesor de la escuela de Kanenvala dice: “Me gusta mi profesión porque yo puedo hacer las cosas a mi manera”.
Relación profesor-alumno.
En cuanto a las relaciones entre los profesores y los alumnos, estas son de gran familiaridad, lo que no excluye a ningún caso es el respeto mutuo.
Los profesores son accesibles, están disponibles y atentos. Todo el mundo, es abierto y positivo. Todo es extremadamente cálido y amistoso. Todos los alumnos dicen gustar de su escuela.
Los profesores consideran igualmente como parte de su trabajo la relación con la familia fuera del horario escolar: no es raro que un profesor visite el domicilio de sus alumnos.
En sus cursos los profesores tienen un elevado límite de tolerancia con relación a pequeñas faltas. Ejemplos:
Clase de Matemáticas en la Universidad de Juhanala, suena un celular, se comprende que el profesor llame la atención al alumno con su chasquido de reprobación hecho con la lengua. El alumno observa directamente su SMS y todo vuelve al orden.
En la misma clase, otro alumno teje tranquilamente una pulsera de hilos trenzados sin atraer ninguna atención: No molesta a nadie y quizá esta ocupación le permite seguir mejor la clase…el maestro lo permite.
Entonces ¿por qué pretender un comportamiento formal?
Fomentar alumnos activos y comprometidos.
En Finlandia el profesor está allí como un recurso entre otros. Todos los medios para poner a los alumnos en contacto con los conocimientos –libros, tecnología, material- son buenos y los alumnos son constantemente impulsados para construir un sentido a su medida a partir de todo lo que tienen a su alcance.
Nada de obligación, nada de pesadez. Hannu Naumanen, director del Colegio Pielisjoki en Finlandia dice:
“No se puede forzar a los alumnos; es necesario darles posibilidades diferentes para aprender, para adquirir competencias”. Por eso reina en las clases una atmósfera de sana cooperación donde cada uno está en su lugar y tiene un papel en la construcción colectiva del conocimiento. Algunos ejemplos:
- Curso de Inglés. Un alumno expone, un buen inglés, una asignación sobre el skate. Había llevado el suyo y con él mostró su funcionamiento; luego pasó un vídeo que muestra distintas acrobacias, todas muy arriesgadas, acompañando las imágenes con un comentario en inglés. Al final de la exposición, los alumnos aplauden, pero luego deben emitir su opinión sobre el trabajo de su compañero en función de una guía de análisis proporcionada por el profesor.
- Curso de Historia. Los alumnos asisten a la representación de un sainete presentado por un grupo teatral aficionado. Se muestra un episodio de la Segunda Guerra Mundial. Los alumnos luego de algunas explicaciones y consignas el profesor, se distribuyen por grupos para dialogar sobre sus impresiones y presentarlas por escrito o de manera gráfica.
En otros países: ¿Cuántas veces se observa clases donde los alumnos pasan la mayor parte del tiempo copiando la lección? Finlandia quiere que los alumnos accedan al conocimiento con entusiasmo y eso sólo es posible si llegan a ser, plenamente, protagonistas de su aprendizaje.
En un documento de la Facultad de Educación de Joensuu, titulado “Lo que hace a un buen profesor” aparece: “Este papel de guía más que de “magister” dominando sobre sus conocimientos”. En él dice que si bien se le pide al profesor controlar “la estructura de los conocimientos” en su disciplina, se espera sobre todo que favorezca el aprendizaje de sus alumnos en una atmósfera de tolerancia y respeto. Se le pide aún más: crear situaciones de aprendizaje variadas y estimulantes, en vez de imponer, con autoridad omnipotente, un conocimiento.
Los alumnos construyen poco a poco su autonomía y desarrollan un sentido de responsabilidad con relación a sus estudios. Los alumnos finlandeses tienen una gran confianza en sí mismos, en sus competencias y en su potencial de aprendizaje.
Una evaluación motivadora.
¿Qué hay sobre las notas en Finlandia? ¿Cómo evalúa este país a los alumnos? ¿Encontró un medio de reconciliar evaluación y motivación?
Hasta los 9 años los alumnos no son evaluados con notas. Sólo a esa edad los alumnos son evaluados por primera vez, pero sin emplear cifras. Después no hay nada nuevo hasta los 11 años.
Es decir que en el periodo equivalente a nuestra escolaridad primaria los alumnos sólo pasan por una única evaluación. Así, la adquisición de los saberes fundamentales puede hacerse sin la tensión de las notas y controles y sin la estigmatización de los alumnos más lentos.
Cada uno puede progresar a su ritmo sin interiorizar ese sentimiento de deficiencia si no sigue al ritmo requerido por la norma académica que producirá tantos fracasos posteriores, esa imagen de sí tan deteriorada que, para muchos alumnos, hace que los primeros pasos sobre los caminos del conocimiento sean a menudo generadores de angustia y sufrimiento.
Finlandia ha elegido confiar en la curiosidad de los niños y en su sed natural de aprender. Las notas en esta fase no serían más que un obstáculo, ello, por supuesto, no excluye informar a las familias regularmente sobre los progresos de sus niños: Las notas expresadas en cifras aparecen recién en el 6to año, cuando los niños alcanzan la edad de 13 años.
Un conocimiento puede ser adquirido pero en diferentes niveles de logro: eso es lo que significan las notas.
En Finlandia, la práctica de la evaluación parece estar guiada por el cuidado de no castigar a nadie y de darle siempre la oportunidad al alumno, valorando más lo que sabe que lo que no sabe.
Hannu Naumanen, Director del Colegio Pielisjoki dice: ”Lo importante es que os alumnos tengan la sensación de que son buenos en algún campo”.
La evaluación de los alumnos pierde su carácter competitivo y angustiante y, por el contrario, puede convertirse en un medio que los estimula y motiva para ubicarse en una gradiente de progreso adaptada a su ritmo.
Sanciones a los alumnos.
Ciertamente, existen sanciones: los alumnos perturbadores pueden verse infligidos con media hora de retención durante la cual deberán quedarse tranquilos. La suspensión definitiva no está prevista: ¿Un padre de familia tendría entonces que ubicar a su niño en la calle? Sirkky Pyy, profesora de inglés en un colegio de Joensuu dice: ”Los profesores nos cuidamos de responsabilizar a nuestros alumnos”.
La calidad de la educación es una consecuencia de múltiples factores externos. Si sólo miramos el sistema educativo no podremos cambiar sus resultados, porque para onseguirlo tenemos que mejorar como sociedad.
EDUCACIÓN SECUNDARIA.
Profesores especializados están presentes en todos los colegios de secundaria con el fin de brindar una ayuda orientada a los alumnos que tienen dificultades en alguna parte uno u otro curso. La cantidad de alumnos que se permite, para una clase con estos profesores no excede de 5. Cuando es posible, los alumnos son reincorporados en su clase normal.
Las escuelas secundarias cuentan con consejeros, un consejero para 200 alumnos, lo que les permite estar disponibles para todos los alumnos que acuden a consultarlo buscando orientación en sus estudios. Aunque el alumno no lo necesite, debe visitar a su consejero al menos dos veces al año.
El total de las sesiones semanales no debe exceder de 30 en todos los niveles del colegio.
En el liceo (Preparatoria) de Niinivaara, el director mismo propuso también un curso de creación de empresas, que permite a los alumnos realizar un proyecto de dimensión real en todos sus componentes incluido el financiero – dado que no se descartó la posibilidad de obtener beneficios.
La amplia autonomía de la que se benefician los alumnos de secundaria constituye indudablemente una excelente preparación para los estudios superiores.
El mismo ritmo de evaluación es mantenido en el colegio después de los 13 años empleando calificaciones en cifras que pueden ir de 4 a 10. Un conocimiento puede ser adquirido pero en diferentes niveles de logro: eso es lo que significan las notas.
Más flexibilidad en nuestros currículos y dar más oportunidades de elección para nuestros alumnos, concediéndoles progresivamente una autonomía cada vez mayor en relación a la adquisición de los saberes.
La formación profesional secundaria transcurre durante 3 años, con una estadía de 6 meses en una empresa. Objetivo es proporcionar los conocimientos necesarios para el ejercicio de la profesión y de una ciudadanía responsable. El acento es puesto sobre el desarrollo sostenible y sobre el espíritu de iniciativa.
Todo está planteado para estimular a los alumnos hacia la creación de su propia empresa.
Los temas transversales definidos a nivel nacional son siete:
1. Llegar a ser persona.
2. Identidad cultural y dimensión internacional.
3. Medios y comunicación.
4. Ciudadanía participativa y el mundo de las empresas.
5. Responsabilidad frente al entorno, bienestar, desarrollo sostenible.
6. Seguridad vial.
7. Tecnología e individuo.
Finlandia hizo un estudio y publicó la diferencia entre chicos y chicas es mucho menor que en cualquier otro de los países participantes en la prueba PISA.
Después de Islandia, el impacto de las diferencias sociales sobre los resultados de los alumnos es el más bajo.
En Finlandia, la educación es obligatoria sólo a partir de los 7 años.
La educación es gratuita.
El Banco Mundial ubica a Finlandia entre los países con ingreso per cápita alto.
Allí sólo un 2% de la población es considerado pobre, pero seguramente con criterios distintos de los que usamos nosotros. En otras palabras, es un país boyante, en donde todos viven en plenitud.
Finlandia comenzó a superar el analfabetismo en el siglo XVII. En 1686 “la ley de Iglesia” obligaba a los pastores luteranos a verificar la competencia en lectura de los niños y adultos porque “nadie podía recibir la confirmación mientras no supiera ´leer y recitar su catecismo´. Puesto que aquel que no estuviera confirmado no podía realizar ningún acto oficial (por ejemplo casarse), puede decirse que quien no supiera leer no existía ante la ley”.
Los países protestantes de la Europa del norte – entre ellos Finlandia- “fueron los primeros en implantar una escuela de enseñanza media concebida para la enseñanza masiva más allá de la enseñanza elemental”.
Finlandia es el primer país del mundo según el Índice de Adelanto Tecnológico del PNUD. Ellos no estudian solamente porque gozan de un derecho, lo hacen porque es casi su obligación en un pueblo que valora el crecimiento intelectual de sus miembros no sólo como una virtud sino como una necesidad.
Un niño sordo puede seguir todos los cursos gracias a un dispositivo micro emisor portátil con el cual se equipa a todos los profesores que tienen a este alumno en su curso.
http://www.colegiofinlandes.com/pdf/circulares/qro/paulRobert.pdf
Finlandia: En el mejor sistema educacional del mundo está prohibido seleccionar a los alumnos
por Denisse Charpentier
Es de conocimiento público que Finlandia ostenta el título de ser el país con el mejor sistema educativo público del mundo. Esto, de acuerdo al Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA, por sus siglas en inglés), de 2009.
Este informe, donde Chile ocupó el lugar 44 de 65 países, evalúa hasta qué punto los alumnos han adquirido conocimientos y habilidades necesarias para la participación en la sociedad, según indica el sitio oficial de PISA.
Entre las razones que configuran que este sistema sea tan exitoso están: la carrera de profesor es una de las más prestigiosas (sólo el 10% de los aspirantes logra ingresar a estudiarla en la universidad), los niños inician la escuela a los 7 años cuando tienen suficiente madurez emocional, no hay más de 20 alumnos por sala, no se ponen notas hasta el 5º grado para evitar fomentar la competencia, se busca más la curiosidad que la memorización, la planificación educativa es consensuada entre apoderados y profesores, el 80% de los padres van a la biblioteca con sus hijos, el gasto en educación es cercano al 6,8% del PIB del país y desde el material hasta el transporte escolar es gratuito.
“Los finlandeses consideran que el tesoro de la nación son sus niños y los ponen en manos de los mejores profesionales del país”, expresó en una oportunidad el psicólogo escolar y ex director de un colegio de Barcelona, Javier Melgarejo, en una entrevista con el diario español ABC.
Y además de todo esto, está el hecho de que en Finlandia está prohibido por ley que los colegios seleccionen a los alumnos, les pregunten a qué se dedican sus padres o pidan antecedentes económicos de éstos.
Así lo afirmó la investigadora post-doctoral y profesora de formación inicial, política educativa y metodología de investigación educacional en la Universidad de Helsinki (Finlandia), Sonja Kosunen, quien durante una charla realizada en la Pontificia Universidad Católica de Chile explicó las principales diferencias entre el sistema educativo de nuestro país y el del suyo.
En la oportunidad, la académica señaló que los padres finlandeses no fomentan la segregación social inscribiendo a sus hijos en colegios de élite, argumentando que la razón más probable es que exista una especie de trauma social por la guerra civil de principios del siglo XX.
La docente invitada por el Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación (CEPPE UC) comentó que es habitual que las familias finlandesas lleven a sus hijos al colegio público que corresponde a su distrito, donde el gobierno local regula la matrícula.
“La idea basal es que no existe selección. Todos van a la misma escuela, no existen diferencias de clase, ni de sueldo de los padres, ni del lugar donde viven, ni de las creencias que tienen. El hijo de un doctor estudia al lado del hijo de un albañil. No existe la posibilidad de selección. El dinero no está involucrado como factor, no se toma en cuenta ni se considera el capital económico para la educación”, afirmó.
Por otro lado, en Finlandia no existe una prueba similar al SIMCE, ya que no es necesario controlar el nivel educativo de los colegios y los profesores, porque es “un sistema basado en la confianza”.
También aseguró que todos los niños reciben educación preescolar porque es obligatoria, la primaria o básica se rige bajo un programa nacional para cada curso. Al concretar esta etapa, se debe rendir una prueba que determina qué tipo de enseñanza seguirá el alumno de acuerdo a su vocación.
“Existe algo muy similar a la PSU, un examen nacional, más la selección que cada universidad pide para ingresar a sus propios estudiantes”, explicó.
Con respecto a los profesores, la académica señaló que “en Finlandia, trabajar de profesor genera un reconocimiento y prestigio social alto. La formación se realiza en Escuelas Normales, que forman parte de las propias universidades, con un fuerte periodo de práctica profesional”.
A continuación te mostramos un gráfico realizado por el medio español United Explanations, con correcciones mínimas de BioBioChile.
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