PERFIL DE VALORES DE LOS LICENCIADOS PARA LA ORINOQUIA COLOMBIANA
Patricia Chávez Ávila1
pchavez@unillanos.edu.co
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y DE LA EDUCACIÓN GRUPO DE ESTUDIO DESARROLLO HUMANO - GDH
“Cuando no existen las posibilidades de educarse, de levantar dentro de la masa corpórea la estatua magnífica de un espíritu cultivado,no se es hombre, y mucho menos se puede ser ciudadano.” (Indalecio Prieto)
Resumen
El propósito de este trabajo es compartir los primeros resultados del proyecto “Perfil de Valores en estudiantes de programas de licenciatura del departamento del Meta”, cuyo objetivo inicial se centró en conocer el perfil de valores de los licenciados en formación y establecer la importancia relativa que estos conceden a cada valor. Como estudio descriptivo, inicia con la aplicación de la escala de medición “Estudio de valores” de Gordon W. Allport, Phillip E., aplicada a una muestra de 745 estudiantes,
528 mujeres y 214 hombres. El instrumento tiene como propósito evaluar aspectos de la personalidad relacionados con distintos valores, para ubicar la posición de un individuo en relación con seis tipos de actitudes valorativas: teórico, económico, estético, social, político y religioso. Se destacan los resultados obtenidos al comparar entre las facultades participantes: la Universidad Santo Tomás de Aquino se caracteriza por mayores valores teóricos y estéticos, así como menores valores económicos y sociales; la Universidad Nacional Abierta y a Distancia concede valoración más alta a las actitudes económicas, sociales y políticas, y menor importancia a los valores teóricos, estéticos y religiosos; la Universidad Minuto de Dios destaca altos valores religiosos y sociales, y menores valores políticos; y finalmente, la Universidad de los Llanos se describe con un grupo de estudiantes de orientación alta hacia lo teórico y político, y orientación menor en lo social y religioso.
Palabras Clave: perfil de valores, formación integral, maestros en formación
Indagar acerca del perfil de valores de los estudiantes en educación superior es un campo de estudio poco abordado en el país, por lo que este trabajo se constituye en el primer acercamiento al tema en la región de la Orinoquia. Cobra importancia en la medida en que el departamento del Meta y en particular su capital Villavicencio, congrega la mayor parte de universidades en este sector, caracterizándose por ser sedes de prestigiosas universidades a nivel nacional, siendo la Universidad de los Llanos la única de carácter público en la región y la de más antigüedad. Varias de estas universidades ofertan amplitud de programas entre los que se incluyen los de formación de maestros, que es el área donde se desarrolló la investigación.
1 Chávez P. Psicóloga, docente universitaria, ES Pedagogía Aprendizaje Autónomo, MG Desarrollo Educativo y Social. Tel. 3133953053 / 6616800
Ext.175 / Unillanos- Colombia. Simposio Internacional de Pedagogía: Educación, Razón y Fe. REDIPE -UPS.Quito, Ecuador. 12 a 14 Junio 2013.
Si bien, las instituciones de educación superior tienen la responsabilidad de velar por la calidad e integridad de los profesionales que forma, debe comprender que en sus manos está una responsabilidad aún mayor, que es la de formar maestros en quienes recae la tarea más importante: la educación de las nuevas generaciones que se espera constituyan el tejido social y la fuerza emprendedora que la región se merece luego de tantos años de vivir en la incertidumbre y desesperanza afrontando todos los fenómenos de violencia que han limitado sus posibilidades de desarrollo y de calidad de vida de sus habitantes.
El grupo de estudio Desarrollo Humano de la Universidad de los Llanos a partir de este estudio regional, espera contribuir con la reflexión que se debe propiciar al interior de las instituciones de educación superior que forman maestros, en relación con los procesos educativos que imparten y la manera como estos contribuyen o no, a resignificar la dimensión humana y en valores, los cuales deben ser el garante para hacer del maestro un profesional idóneo como agente socializador, modelo y dinamizador de la convivencia y el cambio social.
A continuación se presenta el contexto en el que se realizó el estudio, las características de la población participante, la metodología utilizada, los primeros resultados y algunas conclusiones finales.
Contexto Regional Universitario
En los últimos años las universidades de la región han llevado a cabo acercamientos en búsqueda de estrategias que permitan unir esfuerzos y encontrar alternativas que generen el desarrollo regional en todos los ámbitos y la protección, producción y preservación de sus recursos naturales y socioculturales.
Muchas universidades del país han hecho presencia en la región con la oferta de programas que buscan brindar alternativas acordes con las necesidades de sus habitantes. El estudio sobre valores, que inició desde el año 2009 y culminó en el año 2012, vinculó las siguientes universidades que ofrecían programas de formación de maestros: universidad Santo Tomás de Aquino (USTA), universidad Minuto de Dios (UNIMINUTO), universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) y la Universidad de los Llanos (UNILLANOS).
La universidad Santo Tomás de Aquino (http://www. usta.edu.co/index.php/nuestra-institucion/mision-vision) enmarca su Misión en el pensamiento humanista cristiano de Santo Tomás de Aquino, promueve la formación integral de las personasen el campo de la educación superior, mediante acciones y procesos de enseñanza-aprendizaje, investigación y proyección social. Propone como Visión, hacer presencia institucional interviniendo ante los organismos e instancias de decisión de alcance colectivo; pronunciarse e influir sobre los procesos que afectan la vida nacional o de las comunidades regionales.
La universidad se concibe desde el enfoque Tomista, que define al hombre como persona, como núcleo integrador del macrocosmos y el microcosmos, como estructura relacional abierta a la trascendencia, hacia Dios como fundamento último de la realidad y de los valores (Humanismo Teocéntrico) y se sustenta en un modelo educativo pedagógico de carácter humanista, que reconoce el papel central de la formación filosófica y teológica y su articulación compleja con el conjunto de los demás saberes y disciplinas, que posibilitan una sólida integración y fecundación entre la cultura humanística y la cultura científica.
De otra parte, la Universidad Minuto de Dios expone en su proyecto educativo institucional (http://www.uniminuto.edu/ proyecto-educativo-institucional-pei) que sus acciones y misión se orientan a partir de los principios heredados de sus fundadores como son: Humanismo Cristiano, Actitud Ética, Espíritu de Servicio, Excelencia, Educación para todos, Desarrollo Sostenible, Praxeología, Comunidad Académica, Democracia Participativa e Identidad Cultural. Expresa en su visión “el reconocimiento de la universidad a través de las vivencias espirituales y la presencia de Dios en el ámbito universitario, la formación en educación para el desarrollo; la alta calidad de sus programas; su impacto en la cobertura y sus amplias relaciones nacionales e internacionales”.
Adopta un modelo educativo praxeológico centrado en la formación integral, entendida como la formación que pretende el desarrollo armónico de todas las dimensiones de la persona. “El modelo se orienta a la conformación de una persona que integra el saber (theoria) con el actuar (praxis) y es diestra para articular en la sociedad el proyecto de vida y de trabajo que, en sí misma, ha realizado”.
En cuanto a la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (http://informacion.unad.edu.co/acerca-de-la-unad/ mision-y-vision) se puede decir que se constituye como un ente universitario autónomo de orden nacional, con régimen especial, cuyo objeto principal es la educación abierta y a distancia.
Tiene como Misión “contribuir a la educación para todos a través de la modalidad abierta, a distancia y en ambientes virtuales de aprendizaje, mediante la acción pedagógica, la proyección social, el desarrollo regional y la proyección comunitaria, la inclusión, la investigación, la internacionalización y las innovaciones metodológicas y didácticas, con la utilización de las tecnologías de la información y las comunicaciones para fomentar y acompañar el aprendizaje autónomo, generador de cultura y espíritu emprendedor que, en el marco de la sociedad global y del conocimiento, propicie el desarrollo económico, social y humano sostenible de las comunidades locales, regionales y globales con calidad, eficiencia y equidad social”.
Su Visión es proyectarse como una organización líder en Educación Abierta y a Distancia, reconocida a nivel nacional e internacional por la calidad innovadora y pertinencia de sus ofertas y servicios educativos y por su compromiso y aporte de su comunidad académica al desarrollo humano sostenible, de las comunidades locales y globales, con una estrategia pedagógica de educación a distancia, pertinente con las necesidades locales, regionales, nacionales e internacionales y acordes con los retos y las demandas de una sociedad democrática, participativa y dinámica afines con modelos científicos, sociales y culturales que contextualizan al siglo XXI.
Por último, la Universidad de los Llanos (http://www. unillanos.edu.co/), que orienta su quehacer hacia el propósito fundamental de la formación integral a través de la docencia, la investigación y la proyección social, formula en su Misión, “formar integralmente ciudadanos, profesionales ycientíficos con sensibilidad y aprecio por el patrimonio histórico, social, cultural yecológico de la humanidad, competentes y comprometidos en la solución de losproblemas de la Orinoquia y el país con visión universal, conservando sunaturaleza como centro de generación, preservación, transmisión y difusión delconocimiento y la cultura”. Se propone con su Visión, “ser la mejor opción de Educación Superior de su área de influencia, dentro de un espíritu de pensamiento reflexivo, acción autónoma, creatividad e innovación. Al ser consciente de su relación con la región y la nación es el punto de referencia en el dominio del campo del conocimiento y de las competencias profesionales en busca de la excelencia académica”.
Asume un modelo pedagógico que privilegie el aprender sobre el enseñar, la articulación contextual sobre la introspección institucional, la crítica y la argumentación frente a la aceptación silenciosa de modelos tradicionales. Un modelo pedagógico que apoye el concepto de educación centrado en el proceso, un modelo cuyo tipo de enseñanza se caracterice por la regulación de las relaciones epistemológicas, pedagógicas y de aprendizaje, establecidas a través de la interacción maestro- estudiante-conocimiento.
Los valores como aspectos característicos de la personalidad
El estudio se sustenta en una visión de los valores como aspectos descriptibles de la personalidad. Al respecto Álvarez Aguilar N. (1998) señala que “el proceso de formación de la personalidad deberá sustentarse en determinados indicadores que expresen la dimensión humana que requiere el individuo para incorporarse plenamente a la vida social; esos indicadores lo constituyen el sistema de valores humanos esenciales del hombre en una época y en un lugar”. Esta autora destaca que es necesario reconocer que existen valores universales propios de todos los seres humanos, los cuales poseen las características propias de una generación y de un lugar específico del mundo. Agrega que por eso “el estado de los valores humanos se determinan por la relación que existe entre rasgos comunes a todo ser humano y rasgos específicos propios de una época y de una situación social dada”… “El valor humano siempre tiene incidencias en la actitud de una persona hacia otra, derivada de las condiciones en que se producen esas relaciones interpersonales”
Desde la psicología como ciencia, la conceptualización de valor que partió de las tesis axiológicas subjetivas del siglo XIX que lo definían como un hecho psicológico, una vivencia o experiencia subjetiva que presupone una actividad preferencial en el sujeto que valora; tuvo su reinterpretación y relectura: Desde las concepciones humanistas de la psicología, los valores solo pueden comprenderse dentro del marco de la naturaleza de la propia experiencia y existencia humana que trasciende el mundo de los hechos y realidades empíricas que lo posibilitan para trascender tanto sus condiciones sociales concretas como su propia entidad presente. Así mismo, en el marco de la psicología de la motivación y de la personalidad, los valores se recogían en constructos como necesidad, interés, actitud, motivo.
Serrano M. Gonzalo (1984) realiza una valiosa revisión sobre la teorización acerca de los valores humanos. Citando a Rokeach (1979) menciona que varias de las limitaciones a que han llegado en los últimos tiempos las investigaciones sobre actitudes pueden superarse a partir de la teorización sobre los valores humanos. Expresa que posiblemente sea Spranger (1928) quien introduzca el tema en la Psicología, distinguiendo seis «tipos de hombre», en función del predominio de uno u otros valores sobre la globalidad del comportamiento y de la vida del sujeto. A saber: teorético, económico, estético, social, político y religioso. Siendo más tarde Allport y Vernon (1931) quienes intentan avanzar en una perspectiva más práctica mediante la construcción de un cuestionario cuyas respuestas posibilitarían clasificar a los sujetos en base a su sistema de valores.
Para Spranger, a cada clase de acto o vivencia humana le corresponde lo que él denomina una “esfera de sentido” y una “esfera de la cultura”. De este modo, investigando las clases de valores se pueden también indagar las clases de actos humanos, en tanto que cada uno de ellos posee un sentido totalizador fundamentado en un valor. Su hipótesis metódica consistió en considerar que en todo acto humano con sentido, están contenidas simultáneamente todas las formas fundamentales de actos de la misma clase; así, un acto teórico comporta y contiene al mismo tiempo un acto económico, estético y religioso, dado que las esferas de la cultura se insertan unas con otras mediante conexiones funcionales.
Nuevamente, en el recorrido sobre la teorización de valores humanos que hace Serrano (1984) cita a Triandis (1971) y Calder (1976), quienes mencionan que en los valores al igual que en las actitudes, pueden diferenciarse tres componentes: una dimensión cognitiva, otra afectiva y una tercera conductual. Al respecto agrega Williams (1979) que una característica especialmente relevante de los valores viene dada por su estabilidad, no total pero sí bastante duradera. Hay varias razones al respecto. No sólo cuenta la relación de los valores con la permanencia de estructuras sociales y el interés de éstas en conservarlos mediante mecanismos de presión social; también influye el hecho de que el sistema de valores contribuye en buena medida a posibilitar la conciencia de la propia identidad.
Allport (1937) citado por Garzón P. Adela (1989), desde un enfoque humanista y en el contexto de la psicología de la motivación y la personalidad, concibe los valores conceptuados dentro del marco de las fuerzas motivacionales que regulan los patrones preferenciales de conducta. Agrega que los valores contienen elementos tanto cognitivos (en cuanto que presuponen esquemas interpretativos del mundo) como evaluativos y conductuales, aun cuando hace mayor hincapié en las dimensiones motivacionales (interés). Así, señala: “Una vez que se ha formado un sistema de intereses, éste no sólo crea una situación tensional que puede ser suscitada con facilidad y conducir a una conducta manifiesta […], sino que también actúa como un agente silencioso que selecciona y dirige todo el comportamiento vinculado a él (Allport, 1937,p.219)”. Los valores son pues fuerzas motivacionales centrales en el desarrollo de la dinámica de la conducta y tienen un papel central en la configuración unificada de la personalidad.
Para Osatinsky I.(2006), Allport es uno de esos teóricos cuyas ideas han pasado a ser parte del espíritu humano a través de los tiempos. Para Allport los rasgos de personalidad o disposiciones personales van acompañados de improntas no solo biológicas, sino también de educación y de la cultura como factores constituyentes de la personalidad. Agrega Osatinsky que Allport consideraba que al pensar en comportamientos humanos nos vemos impelidos a pensar en algo que va más allá de lo biológico, en motivaciones diferentes, a lo cual Allport le llamó funcionamiento propio – propium – (palabra latina para expresar el self o sí mismo) que se caracteriza por su tendencia a la actividad, su orientación al futuro y que es psicológico. Otro de los conceptos fundamentales definidos por Allport fue el de Autonomía Funcional, la cual se presenta de dos formas: una Autonomía funcional perseverante, que se refiere esencialmente a los hábitos adquiridos y que se expresan como conductas que ya no responden a sus propósitos originales, pero que aún se mantienen, y la Autonomía funcional apropiada que se orientan más al Self que a los hábitos, refiriéndose a los valores de una persona. La idea de Autonomía funcional (valores) fue la que llevó a Allport y a sus seguidores Vernon y Lindzey (1960) a desarrollar una categoría de valores y una prueba de valores .
Allport, junto con sus colaboradores Vernon y Lindzey (1960), elaboró el cuestionario denominado “Study of Values”, diseñado para analizar los juicios preferenciales y medir el grado en que éstos estaban determinados por los diferentes tipos de valores e intereses, siguiendo las pautas de los seis tipos de personalidad humana diseñadas por Spranger. Según Allport, en cada uno de estos tipos subyace un interés central que dirige al individuo en su forma de orientarse en la vida y de interpretar su mundo. Dichos tipos son esquemas de comprensión que representan los tipos ideales (valores), los modos preferenciales de orientarse en el mundo que unifican la personalidad humana. Define cada tipo de la siguiente manera.
Teórico (Racional, lógico), que hace referencia a un conjunto de valores e intereses que expresan la preferencia de las personas por el mundo de las ideas y del conocimiento. Económico (Utilitario, hedonista), en que la persona se orienta preferencialmente por aquello que es útil. Estético (Belleza, armonía), que se orienta fundamentalmente por el valor de la armonía y la forma. Social (Relaciones personales y sociales), cuyo valor central y último es el de las relaciones con otras personas. Político (Poder, dominio), guiado por la búsqueda y obtención de poder, y por último, religioso (Unidad, trascendencia), que se rige y se orienta ante todo por la búsqueda de la unidad.
El marco interpretativo en el que se desarrolló la investigación se establece en la concepción de valores de Allport, quien lo define como las disposiciones personales, las fuerzas motivacionales centrales en el desarrollo de la dinámica de la conducta que tienen un papel central en la configuración unificada de la personalidad. El otro elemento importante que se consideró para el estudio, es la juventud universitaria vista desde una perspectiva social – cultural.
En cuanto al tema sobre valores en jóvenes universitarios, Ana Hirsch (2006) en su estudio sobre el estado de conocimiento sobre valores profesionales en estudiantes universitarios destaca su importancia al contribuir en la evaluación de la educación superior y en la elaboración de modelos de formación en valores, así como en el debate indispensable sobre políticas educativas en educación superior. Señala también que el estudio de valores en estudiantes universitarios se encuentra en un nivel general y falta investigación profunda que aporte datos sobre el significado que los estudiantes universitarios otorgan a cada uno de los valores. Además, que estos estudios consideran que se debe dar continuidad a este campo de investigación con proyectos interinstitucionales que aporten elementos de comprensión e intervención a la formación integral.
De otra parte, Elida L. de Gueventter (1997) muestra su trabajo con respecto al comportamiento valorativo durante 25 años, siguiendo los cambios en el comportamiento mental y valorativo de un grupo de edad (17 a 22 años) en un periodo de cuarto de siglo (1971 a 1995). Esta autora expresa que el preferir y el elegir implican un conocimiento previo del espectro valorativo que la sociedad despliega. El valorar significa un ejercicio de libertad, siempre y cuando la persona conozca lo que la sociedad le ofrece. De ahí que la educación tome aquí su misión esencial: poner en bandeja los valores para que los jóvenes puedan preferir y elegir.
Otro estudio realizado en la Universidad de Burgos (España) señala que desde la universidad educar en valores supone que a través de las distintas actitudes y comportamientos se favorezca el dialogo, la igualdad, la responsabilidad, la tolerancia, el respeto y la justicia entre otros; y que solo de esta forma contribuyen los docentes a que el estudiante interiorice una serie de valores universalmente admitidos. Concluye el estudio que sí es posible educar en valores desde la universidad, preparando a los jóvenes no solo para el desarrollo de una actividad profesional sino también para que se sigan formando como personas que asuman con éxito los nuevos retos que la sociedad plantea, potenciando una reflexión crítica ante la realidad y actuando conforme a unos valores coherentes.
En este sentido, el estudio de Álvarez R. J., se propuso realizar una aproximación al análisis de los valores afectivos de los estudiantes de magisterio y pedagogía de la facultad de ciencias de la educación de la universidad de granada. El interés de este estudio se basó en el hecho de que el estudio de la afectividad de los futuros educadores, su fuerza y evolución, permiten mejorar la relación educativa, decidir la metodología más idónea, así como la selección de los contenidos de la enseñanza, ofreciendo un lugar de primacía a los sentimientos como valor, ya que los alumnos viven, a veces inconscientemente, un conjunto de valores emergentes, ajenos a la reflexión y a la crítica. El autor parte del modelo axiológico de educación integral planteado por Gervilla (2000:53) en el que se sintetiza y relaciona la concepción de persona con el conjunto de valores y anti valores generados de cada una de sus dimensiones, susceptibles de ser realizados o rechazados a través de la acción educativa.
Método
El estudio realizado es de tipo descriptivo, en el que se buscó detallar el perfil de valores de los estudiantes de Licenciatura del departamento del Meta, mediante la aplicación de la Escala Estudio de Valores (Allport, Vernon y Lindzey, 2001)2 .
La aplicación de la prueba se llevó a cabo en dos momentos. El primero, año 2010, en la Universidad de los Llanos (Licenciaturas en: Educación física, recreación y deportes; Matemáticas y física, producción agropecuaria y Pedagogía infantil). Posteriormente, año 2012, se obtuvieron datos de los estudiantes de las universidades: Santo Tomás Aquino (Licenciaturas en: biología, lengua castellana, filosofía, informática educativa, inglés, matemáticas y preescolar); Minuto de Dios (Licenciatura en lengua castellana y pedagogía infantil) y Universidad Nacional Abierta y a Distancia (Licenciaturas en: etno-educación, filosofía, inglés como lengua extranjera). La muestra se conformó por 745 estudiantes, 528 mujeres (70,9%) y 214 hombres (28,7%); 3 estudiantes dejaron de contestar esta pregunta de la encuesta, lo que corresponde a menos del 1% de los participantes.
Resultados
Al analizar la distribución de los estudiantes del consolidado según la universidad en la cual se encuentran matriculados, se encontró que la mayoría de los evaluados pertenece a la Universidad de los Llanos, cuyos estudiantes comprendieron prácticamente la mitad de la muestra total, es decir cerca del 50% de los participantes del estudio colaboró durante la primera etapa.
En cuanto al programa de licenciatura que cursaban los evaluados al momento del estudio, la prevalencia más alta se ubica en los programas de Pedagogía Infantil, Educación Física, Recreación y Deportes, y Producción agropecuaria (la suma de estos tres alcanza el 79,3%), el resto de los estudiantes inscritos en los demás programas ocupó la quinta parte de la muestra.
La muestra tuvo edades comprendidas entre los 16 y los 50 años (X = 23,85 años, DE = 5,1); la distribución de los participantes según el rango de edad se encuentra en la figura 26, en la cual se evidencia que la mayoría de estudiantes (casi el 43%) se concentra en el rango de edad de 21 a 25 años.
En cuanto al estado civil, casi el 70% de los estudiantes se declaró soltero, mientras que los participantes que se encuentran en unión libre o casados alcanzan el 30,4%. Solamente el 2,3% de los estudiantes indicó estar viudo o separado, lo que equivale a un total de 17 personas. Frente a la pregunta acerca de con quién viven, casi todos los estudiantes (48,3%) respondieron que están viviendo con sus padres, o con su pareja o sus hijos (27,5%).
2 Allport, G.; Vernon, P.; Lindzey, G. (2001). Estudio de Valores. Protocolo (2a edición). México: Manual Moderno.
Con respecto al perfil de valores, los hallazgos fueron los siguientes:
A nivel general, las medias aritméticas de las seis escalas se encuentran dentro de los rangos promedio, aunque al compararla con los estándares del protocolo de la prueba, llama fuertemente la atención la media para los valores religiosos (X = 34,9, DE = 6,9), la cual se encuentra casi seis puntos por debajo del promedio normativo; sin embargo, en ninguna de las actitudes se encontraron valores extremos muy altos o muy bajos, ya que todos se ubican dentro de los rangos promedio.
La media más alta fue la de los valores Teóricos (X = 42,5, DE = 6,1) y las demás actitudes promediaron cerca de 40 (el valor esperado). Ver Figura 1.
Figura 1. Perfil general de valores de los participantes, para el consolidado 2010+2012.
En cuanto a los promedios discriminados por la variable de género, se destacan las siguientes observaciones. Los hombres promediaron más alto que las mujeres en los valores teóricos y en los valores políticos, en tanto que las mujeres superaron el promedio de los hombres en intereses sociales y religiosos. Por otro lado, las diferencias en las actitudes económicas y estéticas son prácticamente nulas (menores a un punto).
En todo caso, las participantes del sexo femenino se ubicaron por encima del promedio normativo en los intereses teóricos (lo que las ubica en el rango alto) y por debajo de estos estándares en los intereses estéticos (aunque dentro del rango promedio); tanto hombres como mujeres están muy por debajo de las medias esperadas en sus actitudes religiosas, y éstas últimas clasifican dentro del rango de puntuaciones bajas en esta dimensión.
Figura 3. Perfil general de valores de los participantes según universidad, para el consolidado 2010+2012.
Otro análisis consistió en comparar los puntajes promedios en las actitudes valorativas, tanto entre las cuatro universidades que participaron en el estudio, como entre las universidades y las normas universitarias reportadas en el protocolo (figura 3). Particularmente, llaman la atención las diferencias entre las universidades y los estándares en los valores teóricos (todas están por encima de los promedios esperados) y en los valores religiosos (todas están por debajo de los promedios esperados).
También es interesante observar que hay una mayor inclinación social de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia - UNAD y la Universidad Minuto de Dios -UNIMINUTO, una mayor inclinación política de la Universidad de los Llanos - UNILLANOS, y una menor inclinación religiosa de esta misma universidad (la más baja de todas).
Hasta el momento, estos son los primeros resultados obtenidos en el análisis de datos. Quedan aún análisis particulares por hacer, lo mismo que comparaciones de acuerdo con las variables de cada universidad y de los programas de licenciatura. Es importante señalar que, en general, se encontró normalidad en las distribuciones de las puntuaciones de los 745 estudiantes del consolidado 2010+2012 participantes de los 745 participantes de la muestra consolidada 2010+2012 con los estándares normativos del protocolo del Estudio de Valores, se destacan los altos intereses teóricos y los bajos intereses religiosos, lo cual denota una tendencia hacia el conocimiento razonado y al juicio crítico e intelectual, así como una baja inclinación hacia una visión trascendente y espiritual de la vida.
Discusión
Estas conclusiones son una primera aproximación a la interpretación de los resultados obtenidos, que debe considerarse como un examen preliminar que debe ser ampliado y profundizado con base en una revisión crítica a partir del modelo teórico que fundamenta el Estudio de Valores de Allport, Vernon y Lindzey. Igualmente, se recomienda analizar estas conclusiones con reserva, teniendo en cuenta que los estándares del protocolo del estudio de valores corresponden a normas estadísticas establecidas a partir de muestras universitarias de la población norteamericana en un periodo de tiempo ubicado entre 1951 y 1960, que sin embargo, no demerita su valor como punto de partida para el análisis e investigación sobre el tema.
Para empezar, a nivel general sin discriminar por ninguna variable, al comparar el perfil de valores de los Por otro lado, los hombres mostraron ser más teóricos que las mujeres (mayor orientación hacia el conocimiento y el raciocinio), del mismo modo más políticos (valoran más el poder y la influencia), lo cual se espera de acuerdo con el modelo de valores que sustenta el instrumento aplicado. No obstante estas diferencias, los intereses teóricos de las mujeres se pueden considerar altos en relación con los estándares definidos en el protocolo. En cuanto a la espiritualidad y el sentido de trascendencia, las mujeres demostraron mayor interés religioso que los hombres, aunque la puntuación media de ellas se acerca a niveles bajos. En todo caso, estas diferencias por género se deben analizar con más detalle según la universidad y el tipo de licenciatura.
Al concluir sobre los perfiles de valores de acuerdo con la universidad (al establecer comparaciones entre las tres facultades participantes del estudio), se puede decir que la Usta se caracteriza por mayores valores teóricos y estéticos, así como menores valores económicos y sociales; la Unad se perfila por concederle mayor valoración a las actitudes económicas, sociales y políticas, y menor importancia a los valores teóricos, estéticos y religiosos; los estudiantes de Uniminuto se destacan por tener más altos valores religiosos y sociales, así como menores valores políticos; y finalmente, Unillanos se describe como un grupo de estudiantes de orientación muy teórica y política, y menos social y religioso.
Finalmente, se recalcan las relaciones inversas entre los intereses sociales y los valores estéticos, lo cual indicaría que en la población participante en el estudio, a medida que se exacerban las actitudes de colaboración y generosidad, disminuye la preferencia por asuntos relacionados con la expresión artística. Igualmente, es interesante la relación negativa entre los intereses teóricos y los religiosos, esperada teóricamente. Aún más fuerte fue la relación negativa entre los motivos de tipo religioso y las actitudes políticas, lo que sugiere que el sentido de espiritualidad y misticismo tiende a disminuir cuando se hacen más fuertes las motivaciones relacionadas con el poder y la dominancia.
Como se observa, en estos primeros resultados ya se configuran aspectos interesantes para el análisis a nivel regional, con respecto a la formación integral y en valores que cada una de las universidades participantes proclama y con respecto a la formación ideal del maestro para la región de la Orinoquia, que como lo plantean todas las universidades participantes, ha de ser un profesional íntegro, responsable, competente, que pueda garantizar los mejores niveles de calidad en la labor más trascendental, como lo es la labor educativa.
A continuación se mencionan aportes importantes para la reflexión y el análisis. Ortiz Torres (1999) menciona, por ejemplo, que “el problema de la formación o la educación de valores o en los valores preocupa y ocupa a la comunidad educativa universitaria en el mundo y que este milenio exige de una mayor eficiencia, eficacia y pertinencia de los procesos formativos en la enseñanza superior, no solo en cuanto a la elevación del nivel técnico-profesional de sus egresados, sino también en sus cualidades morales”; más aún cuando en regiones y en un país como el nuestro, el fenómeno de la violencia con todas sus secuelas, se sigue perpetuando.
De otra parte, González Maura (2002) plantea que desde una pedagogía no directiva, la concepción humanista del desarrollo se expresa en el reconocimiento de la capacidad de autodeterminación del estudiante, quien posee en potencia la competencia necesaria para lograr su desarrollo y en la concepción del profesor como un facilitador del aprendizaje, en tanto su función en la enseñanza es propiciar las condiciones para la libre expresión de las potencialidades del estudiante. Agrega que desde el enfoque Histórico Cultural el ser humano es el resultado de la unidad dialéctica de los factores internos y externos del desarrollo en el proceso de la actividad, lo que implica entender que la personalidad, como la forma más compleja de expresión del ser humano, se forma y se desarrolla en el proceso de interacción social.
Así, en el orden pedagógico asumir esta concepción implica entender que la educación, en particular la escuela y el profesor, tienen un papel rector en el sistema de influencias sociales que estimulan la formación y desarrollo de la personalidad del estudiante; por lo tanto, la función del profesor no puede ser facilitar la libre expresión de las potencialidades “que trae” el estudiante, sino diseñar situaciones de aprendizaje que planteen retos al estudiante para que el proceso de solución de las tareas de aprendizaje, en condiciones de interacción social, puedan formar y desarrollar las potencialidades que le permitan alcanzar la condición de sujetos de su actuación.
Nuevamente, los planteamientos de González Maura invitan a pensar en la necesidad de revisar los procesos formativos y las condiciones y estrategias que se implementan para ese proceso de formación. ¿En realidad las universidades de la región cuentan con los maestros formadores de formadores idóneos para generar verdaderos escenarios de aprendizaje significativos, contextualizados? ¿El maestro formador de los futuros licenciados se puede considerar un verdadero maestro comprometido y empoderado en su labor? De otra parte, los estudiantes que se están preparando para ser maestros, ¿en realidad han concebido la labor educativa como su pilar y proyecto de vida? ¿Se está formando a estos profesionales para contribuir y generar alternativas de solución frente a los problemas que aquejan la región?
Por ahora, se dejan estos interrogantes y se espera que este avance de resultados y los que quedan pendientes, sean el insumo de los urgentes debates y discusiones con respecto a la formación en valores, y que permitan generar procesos de cambio y de fortalecimiento curricular, no solo en cada programa o facultad de las universidades participantes, sino que sirvan también para fortalecer la identidad personal, profesional e institucional al servicio de una región que tanto lo necesita.
Referencias
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