Una política de educación deficiente
La educación es un derecho fundamental, por lo tanto, debe ser defendido por los pueblos para garantizar su bienestar.
Si el objetivo de la Educación es construir esquemas mentales; mediante los cuales, se pueda garantizar que los estudiantes van a ser exitosos en su programa de vida, es necesario tener en cuenta que la aprehensión del conocimiento inicia en el vientre materno y se encuentra en su máxima expresión durante los primeros años de vida; por ello, hablar de Educación sin que el Estado asuma la responsabilidad del desarrollo socioafectivo sano de los niños en las primeras etapas de su existencia no es coherente.
Una de las fallas que posee el modelo de Educación es precisamente el olvido del componente sociocultural y contextual en la construcción del conocimiento; el cual, se solidifica en la primera infancia y un niño formado en un ambiente socioafectivamente deficiente va a tener dificultades de aprendizaje durante toda su vida.
Actualmente se clasifican las personas de acuerdo con el número de grados aprobados en la educación formal; sin embargo, empiezan a surgir estudios que claman por un modelo de formación que supere este concepto y se enfoque en programas de vida exitosos, democratización de la ciencia, desarrollo de la tecnología y lanzamiento de productos con tecnologías del futuro: Carbono Cero, amigables con la naturaleza.
Una política para la Educación debe dar énfasis a herramientas que le permitan al estudiante reconocerse, en primer lugar como ser humano en toda su complejidad, donde se promueva la creatividad y se respete el derecho a asumir posiciones personales ante la vida.
El conocimiento del ser humano implica que niños y jóvenes vayan entendiendo a cada nivel de su desarrollo los aspectos sociales del cómo funciona una comunidad y los aspectos físicos del cómo funciona su cuerpo
Una política de educación deficiente permite que la formación en estos niveles continúe influenciada por organizaciones políticas, culturales y religiosas que impiden, entre otras, una educación sexual formal donde se expliquen los roles de la mujer y el hombre entendiendo su comportamiento a través de la historia y fomentando el respeto entre ellos; a partir de allí, se debe incorporar al estudiante en los diferentes campos del conocimiento entrenándolo con capacidades y habilidades dirigidas a generar más y mejores oportunidades.
Los conceptos y las categorías del conocimiento se cristalizan en el terreno de la actividad práctica y es la respuesta del medio lo que establece su validez; es decir, hay conocimiento en la medida que el estudiante pueda hacer, diseñar o proyectar temas que puedan ser validados; por ello, la política de gobierno para la educación debe estar soportada fundamentalmente en el hacer.
Algunos ejemplos para ilustrar este tema donde el conocimiento impartido va de la mano con la validación correspondiente son: el análisis crítico de situaciones vividas por la comunidad y su correspondiente debate; el conocimiento de planes, programas y actividades de desarrollo en la localidad y actuación como veedores ciudadanos; el conocimiento del perfil epidemiológico de la localidad e involucramiento en los programas de salud preventiva y la apropiación de las tecnologías mediante la construcción de equipos desde la primera infancia, entre otros por el estilo.
Es deficiente una política de educación que no contemple la administración pública como responsable de la formación ciudadana en los diferentes niveles del aprendizaje y no tenga la capacidad de minimizar los factores socioeconómicos que segregan y producen deserción.
En Colombia la poca inversión oficial en ciencia y tecnología está concentrada en algunas universidades y destinada fundamentalmente al conocimiento puro; por ello se observa un incremento en la participación de artículos publicados en periódicos científicos internacionales; mientras que, en el área de la tecnología siguen siendo muy pobres los desarrollos susceptibles de lograr una patente de invención.
A pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años para aumentar los desarrollos tecnológicos por parte de las universidades este valor sigue siendo muy bajo y la tendencia no es nada halagüeña. Mientras en el Brasil las universidades registraron más de 1.000 patentes de invención al año sobre las 5.200 realizadas por inventores brasileños[1], en Colombia las universidades alcanzaron la cifra de 84 de las 248 patentes solicitadas por los inventores durante el 2016.
Por otro lado, de acuerdo con SCImago Institutions Rankings (SIR) las 5 mejores universidades en investigación científica en Colombia son: la Universidad del Rosario; que ocupa la posición 26 en Latinoamérica; le siguen la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad de los Andes, la Universidad de Antioquia y la Pontificia Universidad Javeriana cuya posición en Latinoamérica es la 92[2]; estos resultados muestran que a pesar de los programas del gobierno, la política de Educación en Colombia ha generado una relación deficiente entre la empresa y la universidad al punto que se puede afirmar que las empresas en general, no utilizan los desarrollos de las universidades; ni aún como fuente de información tecnológica.
El alejamiento empresa – universidad y el pobre nivel de desarrollos tecnológicos por parte de las universidades indica la necesidad de realizar un cambio importante en la orientación de la educación. Se requiere de una reforma donde se implementen sistemas de enseñanza donde el conocimiento vaya de la mano con el “como se hace” y pueda garantizarse su validación, conduciendo a que la inversión en conocimiento se traduzca en nuevas innovaciones tecnológicas.
La inversión en ciencia y tecnología debe fortalecer el crecimiento de micro, pequeñas y medianas empresas fomentando nuevos desarrollos con tecnología propia susceptible de ser patentada; esto conllevará al desarrollo de una tecnología nacional y motivará el crecimiento de nuevos innovadores.
Un nuevo enfoque hacia el campo de la tecnología. La política para la educación debe estar enfocada en formar jóvenes y mujeres emprendedoras capaces de construir empresas innovadoras y liderar nuevos mercados preferiblemente con tecnologías del futuro “Cero Carbono”.
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[1] http://www.inpi.gov.br/sobre/estatisticas/arquivos/publicacoes/boletim-ranking-2016.pdf
[2] http://noticias.universia.net.co/educacion/noticia/2016/07/05/1141481/5-mejores-universidades-colombianas-investigacion-cientifica.html
Fuente: https://laorejaroja.com/una-politica-de-educacion-deficiente/
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