viernes, 24 de octubre de 2014

UNIVERSIDADES NO PUEDEN HABLAR DE AUTONOMÍA, SIN RECURSOS SUFICIENTES

Debates en la Universidad Nacional

"Sin recursos suficientes, universidades no pueden hablar de autonomía"

El caso del profesor Miguel Ángel Beltran reabrió el debate sobre la libertad universitaria y de cátedra de las instituciones educativas. La crisis financiera hizo parte de la agenda.

Por: Estefanía Avella Bermúdez

De izquierda a derecha: Víctor Moncayo, Ricardo Sanchez y Oscar Aponte. /Cortesía Unimedios

Hace más de un mes se ratificó la destitución del profesor de sociología de la Universidad Nacional, Miguel Ángel Beltrán. La Procuraduría fue el órgano estatal que señaló que las investigaciones, conferencias y la conformación de espacios académicos por parte del docente respondían a intereses de grupos armados; razón por la que Beltrán debía retirarse de las aulas de clase.

Desde entonces estudiantes, académicos y la sociedad civil se han pronunciado al respecto; ante todo alegando y pidiendo respeto por la autonomía universitaria y la libertad de cátedra: un derecho que la Constitución del 91 le otorgó a las instituciones de educación superior en el país.

El artículo 69 de la Carta Constitucional, declara que se garantiza autonomía universitaria y que estas instituciones podrán darse sus directivas y regirse por sus propios estatutos, de acuerdo con la ley. Pero para Víctor Manuel Moncayo, exrector de la Universidad Nacional, la fortaleza del concepto de autonomía fue efímera. “Paulatinamente, sin necesidad de reformas o leyes, las prácticas políticas estatales la han limitado de múltiples formas como con el poco presupuesto que obtienen las universidades públicas, la injerencia de los cuerpos de gobierno en las instituciones y aspectos como los exámenes y pruebas estatales que apuntan a que las mismas universidades no puedan manejar su contenido”, apunta Moncayo.

En el debate por la educación superior realizado hoy por la Universidad Nacional, académicos de la institución se reunieron para discutir sobre la situación actual de la autonomía universitaria y la libertad de cátedra. El punto de partida para todos estos especialistas fue sin duda la destitución del profesor Beltrán, hecho que aún continúa vigente en la institución y frente al que la misma Universidad se declaró en contra y expresó su apoyo al afectado, en un comunicado emitido pocos días después de que se ratificara la decisión.
Pero más allá de esta discusión los participantes, académicos y estudiantes, concordaron en señalar que la autonomía de las universidad está realmente restringida y que esto es un ejemplo de las contradicciones propias de la sociedad colombiana. La percepción generalizada es que este derecho es de palabra, más no de acciones, pues el gobierno ha visto la manera de poder constreñir la libertad de estas instituciones.

El mejor ejemplo, es sin duda la financiación económica que según Oscar Aponte, representante estudiantil, apenas alcanza para los gastos administrativos y de docentes. “La infraestructura, por su parte, está totalmente olvidad. Los techos se caen y es apenas suerte que no lastimen a un estudiante. Los recursos estatales, si bien no tienen que cubrir los gastos totales de las instituciones públicas, sí deben ser más que suficiente para cumplir con los objetivos misionales de la institución: cátedra, investigación y extensión”, señala el estudiante de sociología.

Uno de los principales orgullos del Gobierno Nacional es el aumento de la cobertura en educación en el país. Sin embargo, para Aponte, este es un logro que se ha hecho sin el aumento del presupuesto necesario y es lo que tienen en crisis a la gran mayoría de las 32 universidades estatales. Esta situación, afecta directamente la libertad de cátedra, pues como indicó Ricardo Sánchez, decano de la Facultad de Ciencias Humanas, los programas académicos ahora deben estar orientados hacia lo que genera recursos y ello corta las posibilidades de organización de las universidades.

“Tener que rogarle al Ministerio para que nos dé presupuesto nos pone en una situación de sometimiento absoluto. Al respecto tiene que haber un cambio pues es la única manera de asegura que la creación del conocimiento y las universidades sean un bien común”, asegura Moncayo.

Habla el representante de instituciones técnicas y tecnológicas ante el CESU
Desigualdad en la financiación de la educación superior

De los recursos provenientes del impuesto sobre la renta para la equidad destinados a instituciones públicas, sólo el 25% es para técnicas y tecnológicas.

Por: Estefanía Avella Bermúdez

De las 33 instituciones acreditadas por el Consejo Nacional de Acreditación, sólo tres son de carácter técnico y tecnológico.

“Hay 28 instituciones universitarias, 12 instituciones tecnológicas y nueve instituciones técnicas profesionales que están prácticamente dejadas a su suerte en materia de financiación”. Estas son las palabras de Lorenzo Portocarrero, rector del Tecnológico de Antioquia (TDEA), quién en la última reunión del Consejo Nacional de Educación Superior (CESU) hizo un análisis sobre el deber ser de la financiación de la educación superior en Colombia.

El país cuenta actualmente con instituciones de carácter universitario, técnico y tecnológico y colegios mayores, que son niveles diferenciados en el sistema educativo que deberían estar mejor articulados, según Portocarrero, y cada uno recibir la atención necesaria para su buen funcionamiento.

La problemática de que el sistema tenga cuatro tipos de instituciones se refleja en materia de recursos cuando se habla de las entidades públicas. Si la situación financiera de algunas de las 32 universidades estatales es difícil, la de las instituciones de educación superior de carácter no universitario es peor. Para el director de la TDEA, basta mirar la distribución de los recursos que el Estado destina cada año a las instituciones públicas para darse cuenta de que hay algunas que ven más amenazada su estabilidad y sostenimiento.

Actualmente, las universidades públicas obtienen del impuesto sobre la renta para la equidad (CREE) el 75% de los recursos, y sólo el 25% se entrega a las demás instituciones. Para 2014 se designaron $392.000 millones, de los cuales sólo $98.000 millones fueron distribuidos entre las 49 instituciones de educación superior sin categoría de universidad.

Además, los directivos de las instituciones tecnológicas y técnicas llaman la atención sobre las desigualdades que en materia de financiación supone la Ley 30 de 1992. En los artículos 86 y 87 se establece el aporte del presupuesto nacional para la educación, pero se refiere sólo a las universidades y no se mencionan los demás tipos de instituciones que componen el Sistema de Educación Superior.

“Es lógico entender que la tríada paz, educación y equidad propuesta por el presidente de la República de Colombia, Juan Manuel Santos, se cumplirá si la equidad que se menciona es también para el Sistema de Educación Superior Público, y no para una parte de él, dando cumplimiento cabal a la premisa de que Colombia será para el año 2020 la más educada de Latinoamérica”, fueron las palabras con las que terminó su intervención el doctor Portocarrero ante los demás miembros del CESU y la viceministra de Educación.

La propuesta, que según el rector de la TDEA acogen los demás representantes del consejo, es llamar la atención de las autoridades competentes para comenzar a establecer igualdad de condiciones en el sistema. Esto sin perjudicar de ninguna manera el presupuesto que actualmente reciben las universidades, agregó Portocarrero.

Algunas de las ideas se basan en considerar que las instituciones no universitarias deben recibir una mayor participación de los aportes del CREE. Además no deben contribuir en el pago a las cajas de compensación ni al Sena (4% y 2% de la nómina, respectivamente) si las 32 universidades públicas no lo pagan. Y reclaman que todas las entidades que conforman el Sistema de Educación Superior deben gozar de la misma autonomía.

“Hoy el país aboga por la calidad de la educación, pero actualmente hay apenas 33 instituciones acreditadas por el Consejo Nacional de Acreditación, y sólo tres de ellas son instituciones técnicas y tecnológicas. La calidad no sólo les compete a las universidades, sino a todas las demás instituciones, pero nosotros no podemos dar resultados si no contamos con el apoyo financiero suficiente por parte del Estado”, dice Portocarrero.

http://www.elespectador.com/noticias/educacion/sin-recursos-suficientes-universidades-no-pueden-hablar-articulo-523820
http://www.elespectador.com/noticias/educacion/desigualdad-financiacion-de-educacion-superior-articulo-522225

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