domingo, 23 de diciembre de 2012

IMPORTANCIA DE LOS PROCESOS COMUNICATIVOS EFICACES EN LOS DIFERENTES ENFOQUES EDUCATIVOS

LA IMPORTANCIA DE LOS PROCESOS COMUNICATIVOS EFICACES EN LOS DIFERENTES ENFOQUES EDUCATIVOS 



Imagen: medios.jpg. paomodeloscurriculares.blogspot.com

Blanca. Nelly Andrade Zamora 
Monterrey.N.L.- México 
Bo l e t í n V i r t u a l - 8 1 9 I S N N 2 2 6 6 - 1 5 3 6

Resumen 

El proceso educativo es una actividad que se da eminentemente entre seres humanos, lo cual implica que las relaciones humanas y los procesos comunicativos deben darse en un marco de eficacia, que contribuya a lograr los propósitos educativos. 

Cada una de las corrientes pedagógicas ha aportado diversos elementos para llevar a cabo los procesos de enseñanza - aprendizaje, desde distintas perspectivas metodológicas. Sin embargo, se requiere generar el interés en los docentes para analizar los diferentes enfoques educativos resignificando y dimensionando los procesos comunicativos a través de los cuales se han desarrollado, identificando la importancia de diseñar e implementar estrategias comunicativas eficaces. 

Abstract 

The educational process is eminently activity between humans, implying that human relationships and communication processes must take place in a framework of efficiency, to help achieve educational purposes. 

Each educational trends have adduced to conduct the teaching - learning from different methodological perspectives, however required generating interest in teachers to analyze the different educational approaches and dimensioning resignifying communication processes through of which have been developed, identifying the importance of designing and implementing effective communication strategies. 

Palabras clave: 

Procesos comunicativos, enfoques pedagógicos. Communication processes, pedagogical approaches. 
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El proceso educativo es una actividad eminentemente entre humanos, lo cual implica que las relaciones y los procesos comunicativos entre los participantes 

deberán darse en un marco de eficacia, que contribuya a lograr los propósitos planteados en toda propuesta educativa. 

Además de estos aspectos fundamentales, las diversas instituciones educativas habrán de desarrollar sus programas buscando adaptarse a las necesidades que plantea la diversidad socioeconómica y cultural en la que vivimos, el acceso a los avances tecnológicos, la multidireccionalidad de los flujos informativos y la conformación de la sociedad de la información, aspectos que han propiciado un fenómeno de redistribución social del conocimiento y por ende un nuevo reto para los docentes para encontrar nuevas formas de construir el conocimiento. 

Se ha cuestionado la implementación de los métodos tradicionales debido a que limitan el aprendizaje al espacio áulico, aún y cuando su constitución cognitiva 

y su capacidad de socioconformación van más allá de la misma, pues el desarrollo de habilidades se entrelaza a la actitud emprendedora de nuestros estudiantes. Estos cambios en los modelos involucran las diversas modalidades de organización pedagógica en las que tienen importancia fundamental las estrategias de enseñanza y aprendizaje con procesos comunicativos eficaces. 

Aunque generalmente se busca la contextualización de los saberes, el fin primordial del proceso será apropiarse de ellos y aplicarlos en la vida misma, por 

lo que el objetivo fundamental del maestro deberá centrarse en la búsqueda de formas para preparar individuos capaces de enfrentar a la escuela nueva, discerniendo entre torrentes de información a su inmediato alcance. 

El nuevo orden mundial demanda la necesidad de preparar alumnos capaces de enfrentar de manera crítica toda aquella información que está fuera del aula, diferenciando entre lo que puede aplicar a su vida personal y profesional y aquello que no le favorece. Por ello planteamos la necesidad de conformar de manera permanente, individuos fortalecidos con el desarrollo de habilidades digitales, mediante adecuadas formas de comunicación, que le permitan una relación interpersonal eficiente, aún a distancia, capaces de aprender a aprender, de buscar, analizar, organizar y utilizar información para desarrollar el análisis y la crítica de la misma. 

El docente ya no es el centro del proceso, el maestro busca un enfoque educativo centrado en el aprendizaje, desarrollando en el alumno ante todo su autonomía. El propósito fundamental implicado en el aprender a aprender radica en el desarrollo de la autonomía cognitiva y afectiva en todas sus formas, mediante un proceso que le permita construir conscientemente dicha autonomía, no sólo en el aspecto cognitivo sino en la vida interna de los sujetos. 

El mayor desafío se manifiesta en el momento que accede al infinito campo de la información, ya que la realidad percibida a través del contexto informativo, representa la posibilidad de construir el aprendizaje a lo largo de la vida. Ante este panorama, el mayor reto para las instituciones educativas será entonces generar condiciones para formar individuos responsables de su propio aprendizaje, generando ambientes propicios, para formar individuos capaces de involucrarse con la sociedad en la que viven, que resuelvan los problemas que afrontan no sólo en su profesión, sino en su ámbito personal. 

Cada una de las corrientes pedagógicas ha aportado diversos elementos para llevar a cabo los procesos de enseñanza - aprendizaje, proporcionando explicaciones, instrumentos metodológicos y recursos tecnológicos para abordar, desde distintas perspectivas, las diversas propuestas educativas en los diferentes enfoques pedagógicas. 

El aprendizaje se construye en una interacción continua entre lo que está fuera y lo que está al interior del sujeto que aprende, tomando en cuenta que tal dimensión interior es la que determina el éxito del proceso de aprendizaje, pero ¿cómo se lleva a cabo ésto?, justamente mediante los procesos comunicativos, por ello nos hemos dado a la tarea de realizar una breve aportación de cada uno de los paradigmas educativos, aplicados en diferentes momentos históricos. 

Enfoque conductista: La propuesta básica de este enfoque se basa en el estudio descriptivo de la conducta del individuo, así como sus factores aplicados al aspecto educativo, por lo que el ambiente y su influencia son determinantes en esta propuesta, condición en que la autonomía del individuo pasa a segundo plano. La tarea del docente en este enfoque consiste en proporcionar una serie de estímulos y condiciones de reforzamiento, para lo cual se requiere de una renovación constante en sus actividades, en su planeación, gradualidad y control de las mismas (positivas y negativas), concluyendo con una evaluación a través de la respuesta del alumno. 

En este enfoque pedagógico el proceso comunicativo es unidireccional y poco dinámico ya que es el maestro quién busca compartir la información que posee, por lo tanto el alumno entra en la situación comunicativa en la medida que manifiesta cambios en su conducta, consecuencia del aprendizaje adquirido. 

Enfoque cognitivo: Este enfoque está orientado a los aspectos internos relacionados con la adquisición y procesamiento de la información, no es precisamente un enfoque único sino que involucra a un conjunto de corrientes que estudian el comportamiento humano desde la perspectiva de las cogniciones o conocimientos, así como de otros procesos o dimensiones relacionados con éstos, (memoria, atención, inteligencia, lenguaje, percepción entre otros). Esta propuesta propicia en el alumno la posibilidad de desarrollar procesos de comunicación e intracomunicación a través del diálogo, al tener que interpretar e intercambiar información de interés. 

De esta manera el proceso comunicativo en este enfoque se vuelve más dinámico ya que tanto el maestro como el alumno intercambian información. 

Cabe mencionar el planteamiento que Chomsky hace referente al proceso cognitivo complejo que se da mediante el leguaje constituido por un sistema de reglas internas y menciona “Otro factor que influye en la aparición de un nuevo paradigma, es la influencia que tienen en el desarrollo de la disciplina psicológica, los avances tecnológicos de la posguerra en Estados Unidos, particularmente los originados en las comunicaciones y la informática”. 

Paradigma sociocultural: Aunque se relaciona con el enfoque cognitivo, se consideran de vital importancia las influencias escolares y socioculturales, estableciendo bases para el aprendizaje colaborativo en modalidades educativas a distancia y en educación basada en el desarrollo de competencias. 

En este paradigma, se provocan cambios internos a partir de la comprensión, la adquisición y desarrollo del lenguaje y conceptos, entre otros procesos, se realiza como resultado de la interacción del individuo con el mundo físico, pero particularmente, con las personas que lo rodean, donde cobran especial atención los procesos comunicativos, favorecidos por la interacción y el trabajo colaborativo desarrollados en el proceso enseñanza –aprendizaje. 

El docente promueve los procesos de apropiación de los saberes y los instrumentos de mediación socioculturales, ya que el aprendizaje se realiza mediante el aporte de apoyos estratégicos, en lo que adquiere especial importancia la conducta de imitación y el uso del discurso lingüístico (preguntas, demandas, peticiones, explicaciones, etc.). 

Enfoque constructivista: Ésta es quizá la corriente con más influencia en el ambiente educativo de la actualidad, algunas de las grandes reformas en diversos países se han fundamentado en la misma, en ésta, las personas son sujetos activos que aprenden, inician y aprovechan experiencias, buscan información para resolver problemas y reorganizan lo que ya saben para lograr su propia reconstrucción y con ello nuevos aprendizajes. La búsqueda y análisis de la abundante información se constituyen en el medio fundamental en este enfoque pedagógico, ya que el alumno está inmerso en un mundo de información del que no podrá abstraerse, por el contrario habrá de navegar en esa realidad imperante mediante procesos comunicativos diversos y dinámicos, ya que dicha información genera un ir y venir constante buscando respuestas a su propia realidad. 

Paradigma humanista: Aunque aún hay discrepancia, acerca de la falta de consolidación de esta corriente con fundamentos y marcos de referencia, se puede establecer que en este enfoque cobra importancia la dimensión socioafectiva de los individuos, de las relaciones interpersonales y de los valores en los escenarios educativos, constituyendo una alternativa centrada en el desarrollo de la persona. 

Carl Rogers asume que la persona es capaz de responsabilizarse y establecer el control de su propio aprendizaje, siempre y cuando el contexto presente condiciones favorables para facilitar y liberar las capacidades, se trata de una educación centrada en el individuo que requiere la utilización de recursos no tradicionales, diversos y cercanos a la realidad del estudiante, tales como el uso de problemas reales (incluso los de los propios alumnos ), el establecimiento de contratos, la negociación de objetivos, de actividades y de los criterios para lograrlos, trabajos de investigación y desarrollo de proyectos, tutorías entre compañeros y particularmente, el fortalecimiento de la autoevaluación y habilidades de aprendizaje existentes en cada individuo. Los procesos de comunicación eficaz sustentan este paradigma, ya que los principios de interrelación e interacción concebidos en el desarrollo humano del individuo dependen de estrategias comunicativas oportunas y adecuadas. 

Propuesta: Generar el interés en los docentes para analizar los diferentes enfoques educativos resignificando y dimensionando los procesos comunicativos a través de los cuales se han desarrollado las diversas propuestas, identificando la importancia de diseñar e implementar estrategias comunicativas eficaces, en una sociedad determinada por los avances tecnológicos y el abundante flujo de la información, que vienen a constituirse en un referente de los sistemas educativos actuales. 

Mediante el recorrido y revisión de los distintos enfoques pedagógicos y los diversos procesos comunicativos comentados, nos queda claro la importancia de situar al docente como un actor importante en todo proceso educativo, lo que implica la necesidad de que sea éste quien revise, analice y diversifique sus propios procesos de comunicación, considerando los variados recursos tecnológicos que habrá de implementar para este fin. 

Bibliografía 

Galeano Ernesto, Modelos de Comunicación, Ed. Macchi Buenos Aires 1997 
Florence, Toussaint, Crítica de la Información de masas, Ed. Trillas, 6ª. Edición, México, 2000 
Piccini, Mabel y Nethol, Ana María, Introducción a la pedagogía de la comunicación, Ed. Trillas, México 1990 
PÉREZ TORNERO, Manuel Comunicación y Educación en la Sociedad de la Información, Paidós, 2000

ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIAL Y CULTURAL

LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS DESDE UNA PERSPECTIVA SOCIAL Y CULTURAL 

Imagen: ciencia.jpg. aprendiendoconlacienciaenlaescuela.blogspot.co

Jhon Jairo Martínez Murillo 
listosparaservir@hotmail.com 
Docente del Área de Ciencias Naturales y Educación Ambiental 
B o l e t í n V i r t u a l - 8 1 9 I S N N 2 2 6 6 - 1 5 3 6 

“Si los hombres de ciencia se limitan a acumular el saber por el saber, la ciencia se quedará debilitada para siempre y vuestras nuevas máquinas no serán más que una fuente de nuevas tribulaciones para el hombre. Y, cuando con el paso del tiempo, hayáis descubierto todo lo descubrible, vuestro progreso no será más que un alejamiento gradual de la humanidad. 
Entre vosotros y la humanidad puede abrirse un abismo tan grande que, un día, corramos el peligro de que a cada eureka vuestra responda un grito de dolor universal...” (Brecht, “La vida de Galileo” 1945) 

¿Es posible generar nuevas formas de conocer, que nos cuestionen como docentes acerca de nuestras prácticas de enseñanza de las ciencias naturales, desde una mirada que involucre lo social, las nuevas formas de ser y hacer, para aportar en la construcción de un mundo más habitable? A partir de este planteamiento “aparentemente ingenuo”, los educadores de ciencias estarían llamados a aceptar el grado de responsabilidad y compromiso consciente que tienen como entendedores y transformadores de la sociedad y de la vida en la misma sociedad; sin embargo, la mayoría desconoce desde qué perspectivas de su misión podría aportar sistemáticamente al progreso de la misma desde una posición que propenda por el sentido particular humano en lo colectivo. Es así que a continuación se discutirá someramente sobre las dinámicas culturales de las prácticas científicas y su influencia en la enseñanza de las ciencias, intentado establecer mecanismos que logren responder a la pregunta inicial. 

Debido a la influencia del positivismo lógico[1] en el pasado siglo, se ha visto a la ciencia como un conjunto de conocimientos verdaderos provenientes de minorías capacitadas que a través de comprobaciones descubrían el universo siguiendo un método riguroso y descontextualizado llamado “método científico”, que le otorgaba a la ciencia un sentido absolutista que no le permitía desarrollarse adecuadamente, pues la comunidad científica no contrastaba sus productos con el proceder comunitario, y si examinamos la enseñanza de esta ciencia, simplemente se ocupaba de transmitir la realidad descubierta sin involucrar las necesidades escolares. Hoy se reconoce una realidad diferente, en la que la ciencia se ha impregnado de valores, de satisfacción de necesidades humanas, de mejorar la adaptación al entorno y por la capacidad de evaluar sus acciones como buenas o malas, logrando repercutir en todos los ámbitos de la sociedad y más aún, en la actividad educativa y formativa de las escuelas, donde el “espíritu científico” no puede 

ser ajeno a los valores epistemológicos, sociales y morales, es decir un aula de ciencias más próxima a la dinámica de la sociedad en la que se inserta, pues si bien es cierto, aunque la sociedad le debe mucho a las prácticas científicas, también la ciencia y sus prácticas le deben mucho a la sociedad, juntas avanzan mejor. Desde esta última óptica, las ciencias naturales son en principio prácticas sociales, puesto que sus proyectos están íntimamente vinculados a las circunstancias ideológicas, políticas, históricas y económicas donde son generados, y en este sentido su único poder sería actuar como un factor de cambio en sociedades que estén en vías de 

desarrollo. En este escenario, es precisamente que los educadores son los principales agenciadores y más los que se ocupan del conocimiento científico, porque junto a los alumnos construyen explicaciones del mundo que permanecerán por un periodo de tiempo como imágenes verdaderas. 

En esta labor de agenciar la enseñanza de las ciencias, como una práctica social, es prioritario cumplir aspectos como: 

1. Reconocer que la ciencia no es el resultado de un proceso de resolución de problemas de índole 

teórica, sino la respuesta equitativa y racional a las cuestiones que se han planteado los humanos 

como interrogantes ante problemas que emergen del proceso de respuesta a necesidades básicas 

o producto de la convivencia social. Es decir una ciencia que ha sido construida colectivamente y además afectada por las condiciones espacio – temporales en las que ha sucedido y sucede. 

2. Valorar la comprensión de la heterogénesis de la historia[2] sobre los eventos de estudio y no sólo se aprehendan los resultados, la teoría, los datos o los inventos, tal como sucede en los textos de clase. Es preciso entonces discutir y reflexionar sobre la actividad investigativa con un acercamiento a las preguntas, procedimientos, argumentos y contraargumentos que la hicieron posible. 

3. Evitar actuar desde las imágenes culturalmente determinadas que se tienen del conocimiento científico y que generalmente provienen de sociedades “avanzadas” a las que se pretende seguir 

en pro del desarrollo, se debe entonces empezar a construir como la cultura híbrida que caracteriza a los países latinoamericanos. Es importante una ruptura con lo mentalmente configurado y esquematizado de contextos culturales alejados del nuestro. 

4. Aclarar el papel que desempeñan los profesores en la producción y legitimación de diversos intereses políticos, económicos y sociales a través de las pedagogías que aprueban y utilizan, en otras palabras, ser conscientes, comprometidos y responsables del contenido ideológico que depositan en su discurso y en la elaboración de objetivos, programas y actividades propias de la enseñanza, pues su labor pedagógica es trascendental a la hora de formar ciudadanos críticos y activos que transformarán la sociedad de una determinada manera según se le haya formado y educado. Relevante es que actuemos como profesionales intelectuales que podamos formar valores y mejores ciudadanos, capaces de razonar, opinar y elegir con autonomía sobre un proyecto social más humano, a partir de las verdades o teorías que deben creer desde las ciencias naturales. 

5. Revisar de manera profunda la enseñanza formal de las ciencias y la tecnología como elementos de culturización, de manera que sea posible establecer una proximidad de la ciencia a la escuela desde las iniciativas y experiencias que los alumnos manejan en su entorno. Esto debido a que un gran porcentaje de la información científica que poseen los alumnos proviene de las diversas posibilidades a las que se expone en el contexto extraescolar. 

6. Reconocer la diversidad cultural que confluye en las aulas como elemento dinamizador que aporta a la construcción del conocimiento enriquecido en las relaciones con los otros y con el ambiente, es decir una enseñanza de las ciencias en términos multiculturales que pone de manifiesto la capacidad dialógica, aprender en el disenso y saber encontrar consensos. Debe existir el interés de interrelacionar en el ámbito educativo las expresiones del conocimiento científico, del conocimiento cotidiano o común y del mismo conocimiento que se establece en la escuela, de modo que se pueda lograr una dimensión propiamente cultural que involucre la amplia gama de pensamientos con diferentes tintes sociales. 

Desde estas consideraciones no será posible dudar de la dinámica cultural de la ciencia y sus prácticas, que trata de una construcción histórico – social o de la importancia que ofrece en la vida cotidiana. Por ello, el conocimiento científico, debe ser en este momento parte esencial del saber de las personas, de manera que permita interpretar la realidad con racionalidad y libertad, ayude a construir opiniones libres y a dotar de argumentos para tomar decisiones. 

El papel de la escuela como instrumento para orientar y formar culturalmente a las personas y comunidades, se refuerza y justifica en la importancia que debe tener la enseñanza científica en el currículo, aunque con un enfoque que permitan conseguir los fines a los que se ha referido, y sobre el contenido que debe proponerse, no es posible reducirlos solamente a los conceptos que la ciencia ha producido, sino también de un modo significativo y funcional para los alumnos, a los procedimientos y actitudes que los familiaricen con la actividad científica que permitió llegar a los resultados que hoy muestra. 

BIBLIOGRAFÍA 

CHAPARRO, C. & OROZCO, J. “Conocimiento Científico, Escuela y Cultura”. Universidad Pedagógica Nacional. Revista Planteamientos en Educación. Vol. 3 No. 1. Escuela Pedagógica Experimental. Bogotá. 1988 

ELKANA, Y. “La Ciencia como Sistema Cultural. Una Aproximación Antropológica”. Boletín Sociedad 

Colombiana de Epistemología. Vol. 3 No. 10-11. Santafé de Bogotá. 1983 FOUREZ, G. & MATHY, P. “Percibir la dimensión ideológica de la enseñanza de las ciencias” Alfabetización Científica y Tecnológica. Buenos Aires. Ediciones Colihue S. R.L. 1994 

LATOUR, Bruno, “Pasteur y Pouchet: heterogénesis de la historia de las ciencias”, en Michael Serres. Historia de las Ciencias. Madrid: Cátedra, pp. 477-501. 1991 

PEDREROS, R. & VARGAS, M. La Ciencia como actividad cultural. Modulo de Pedagogía I. Universidad Pedagógica Nacional. Departamento de Física. 2012 
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[1] 1. El positivismo lógico se consolida como escuela independiente con el Círculo de Viena y el Círculo de Berlín por los años 1920-30. 

[2] 2. LATOUR, Bruno, “Pasteur y Pouchet: heterogénesis de la historia de las ciencias”, en Michael Serres. Historia de las Ciencias. Madrid: Cátedra, pp. 477-501. 1991

 
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